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El mundo tiene un límite

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Nueve meses y seis días tras la toma de posesión de Fernando Clavijo como presidente del Gobierno de Canarias, todas las islas –La Graciosa incluida- celebrarán concentraciones o manifestaciones bajo el lema 'Canarias tiene un límite'. Y, a partir de ahí, se han ido sumando conflictos o reclamaciones de lo más variado.

La primera convocatoria se produce en Tenerife, la isla con mayor población y la que recibe más turistas de todo el archipiélago. También es la que tiene más oferta alojativa, sobre todo hotelera. Y, más recientemente, el pasado mes de agosto al poco de tomar posesión los nuevos responsables en las instituciones, fue la isla donde se vivió un devastador incendio que afectó a 12 municipios. La Corona Forestal hundió la moral de la población tinerfeña al ver su pulmón quemado (y pudo ser peor) aunque no hubo víctimas mortales. Pero este suceso se sumaba al desencanto cotidiano que supone sufrir impresionantes atascos a diario. Y no cejan las malas noticias: el pasado mes de marzo se ha declarado la emergencia hídrica en la isla.

No ayuda a levantar ánimos el contexto geopolítico de guerras, escalada de precios, polarización extrema, fenómenos atmosféricos no menos extremos. Esto no ha hecho sino empezar.

Y, sin embargo, crece el empleo y la economía. Aunque de forma desigual, casi abismal, afectando tanto crecimiento a las capas más amplias de la sociedad que ven como empeora o se encarece la vivienda, la movilidad (y eso que el transporte puede salir gratis, lo nunca visto) y la incertidumbre sobre el futuro.

Especialmente aludido, por convocantes y lemas lanzados, el sector turístico es señalado como uno de los que más impactan (en lo negativo) sobre el territorio. Cosa que es en parte cierta, puesto que el modelo impuesto desde la etapa del hárter (poco que ver con el turismo de salud de hace un siglo), se sustenta en la puesta en producción del espacio litoral, hasta entonces improductivo y poco transitado. El negocio de las tres 'S' (‘sun’, ‘sea’ & ‘sand’) impulsaría el valor –y la especulación-, de pedregales, arenales y surcos de zafra, hasta situarlo en el principal sector económico en Canarias, dando el salto de una economía sustentada en el sector primario a una terciarización que se desarrolló rápidamente.

Los conflictos no se hicieron esperar. Las voces de Néstor Martín-Fernández de la Torre y de César Manrique intuían las posibles transformaciones se escucharon con mayor intensidad. Ambos artistas, y sus numerosos ‘discípulos’, intentaron hacer pedagogía y también manifestaban sus rechazos. Los desmadres urbanísticos provocaron acciones como el derribo del Dunas en Maspalomas (1987) y las concentraciones en Los Pocillos (1988. Tías), pero no sería hasta la aprobación de la Ley de Medidas Urgentes (2001) cuando la moratoria impuso un cambio de ritmo en el desarrollo urbanístico del litoral.

Los problemas que se plantean no son nuevos, llevamos arrastrándolos durante décadas. Pero hubo una lucha que se armó del descontento y que dio lugar a la paralización de proyectos en La Tejita y Cuna del Alma. El sueño duró poco y, tras las elecciones, el nuevo gobierno regional ha facilitado que estas iniciativas volvieran a situarse en el centro de la polémica. El cambio de dirección ha reavivado y extendido en la isla el descontento. Si hubo razones para frenarlo por un gobierno ¿Cómo han desaparecido sin más? Volvieron a tirar la piedra sobre la propia Tejita, lo que hizo que, nuevamente, comenzara a rodar y a crecer (con problemas que se suman: gestión del monte, del agua, tráfico, salarios e inflación, gentrificación y viviendas a precios desorbitados, aguas residuales, etc). Y la pregunta es ¿de qué va esto? Todos sabemos que las islas y el mundo tienen un límite. Quizás lo hayamos sobrepasado y nuestro futuro es menos cierto y las amenazas o catástrofes climáticas ya están aquí: La calima no nos abandona; Las inundaciones han sido las más graves en décadas; El calor sigue batiendo récords; la población sigue creciendo y no hay cama (a precio accesible) p’a tanta gente...

¿Será una tasa turística el precio de sofocar esta crítica que se extiende y sobre la que hablan raperos, murgas, profesores universitarios, sindicatos, colectivos...? No lo creo. Si multiplicamos 14 millones de turistas a un euro por noche (la media son 7 noches de estancia) supondría 98 millones. A 10 euros la noche sería 980 millones (la tasa en Ámsterdam llega a 11 euros la noche y en Venecia te van a cobrar por entrar, también). Habría que pensar, dentro del debate de la tasa, en otras fórmulas que incrementen la estancia media y el gasto en destino. Más allá del sol y playa. Servicios de salud, deporte, cultura, naturaleza... y pensar si es necesario crecer en camas o en superar las tres 'S'.

Otra ocurrencia es subir “unas décimas” el IGIC, pero… ¿No habían prometido que lo iban a devolver a su casilla de inicio en el 5% anterior a 2012, cuando por la crisis se subieron todos los impuestos (los que decían que subir impuestos ahogaba la economía)? Pues sí. El IGIC lo subieron un 40%, pasando del 5 al 7%. Y, lo que es peor: el IGIC lo pagamos todos, por lo que no sería una tasa directa a los turistas y no se destinaría directamente a los supuestos impactos del sector, ya que el IGIC se tiene que distribuir con ayuntamientos y cabildos. ¡Un lío!

Y, por último, aunque no menos importante: ¿Acaso sucede lo mismo en todas las islas? ¿El mismo lema o el popurrí de lemas que se escuchan tienen el mismo efecto en todas las islas? Evidentemente: no. Quizás sea por el hartazgo que ya la gente da por sentado que Canarias tiene un límite. Hasta aquí hemos llegado. ¿Pero a dónde queremos ir? ¿Cómo se puede decir que todos los problemas se solucionarán con movilizaciones si hace menos de un año que votamos y la mayoría optó por las diferentes propuestas políticas para los ayuntamientos, cabildos y Comunidad Autónoma y estamos donde estamos porque democráticamente lo elegimos?

De buena fe, los asistentes reclamarán un cambio de modelo. Pero ¿Cuál? ¿A quién? ¿Para cuándo? ¿Cómo? ¿En cuál isla? Y… ¿Por qué no lo reclamaron en las urnas hace unos meses?

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