Falsos fardos de cocaína en una playa de Cambados: una broma pesada o un engaño entre narcos

Cada uno pesaba casi 20 kilos. Tenían el mismo aspecto que los fardos que se utilizan para transportar paquetes de cocaína: cinta aislante bajo un plástico impermeabilizante para protegerlos del agua. No les faltaban ni las asas, pero toda la fariña que contenían podía usarse para cocinar. El hallazgo en una playa del concello pontevedrés de Cambados de dos bultos sospechosos movilizó todo un operativo de la Guardia Civil por tierra y aire, por si pudiera tratarse de restos de una descarga de droga. Sin embargo, horas después, todo hace pensar en una broma “de pésimo gusto”. Es la hipótesis con mayor peso, pero no la única: esta línea de investigación convive con otra que explora un posible engaño entre narcos.

“Con ellos nunca se puede descartar nada, cualquier cosas es posible; aquí la realidad siempre supera la ficción”, admite el presidente de la Fundación Galega contra el Narcotráfico. Aún así, a Fernando Alonso todo le suena más a una chanza “sin nada de gracia”. Lo que sí rechaza es que ese supuesto señuelo tuviese como objetivo despistar a las fuerzas de seguridad. “No era tan importante el hallazgo como para que se dejasen de vigilar otras zonas”, apunta en un diagnóstico con el que coinciden fuentes del instituto armado.

Y eso que el despliegue incluyó la movilización de un buen número de patrullas por tierra y hasta un helicóptero para sobrevolar la superficie del agua, por si hubiese más fardos flotando. Pero no los hubo. Fueron sólo los dos bultos que encendieron la alarma entre los vecinos más madrugadores.

Unos dicen haberlos visto flotando en la orilla, otros ya sobre la arena de Tragove, una de las playas del interior de la ría de Arousa a las que la pleamar bien podría haberlos arrastrado si cayesen de una planeadora o tuviesen que ser lanzados al mar. En una zona acostumbrada a acaparar titulares por estas actividades, los residentes no tuvieron dudas a la hora de dar la alerta a la Guardia Civil.

Era primera hora de la mañana y los agentes no tardaron en llegar. Lo primero, una vez comprobado el aspecto familiar, fue tratar de averiguar qué tenían en el interior. Un reactivo químico permitió comprobar que allí no había cocaína, sino poliespán, y que el polvo blanco que lo rodeaba podía encontrarse en cualquier estante de un supermercado. También que los dos fardos habían pasado pocas horas en el agua.

Con esos datos, la posibilidad de una broma gana cuerpo. El buen tiempo de este abril, con temperaturas récord en Galicia, volvió a llenar las playas durante el fin de semana. Una de las hipótesis apunta a un grupo de jóvenes, que prolongó la fiesta en la arena mucho más allá de la puesta del sol –el “follón” que llegaba hasta las casas próximas no dejaba lugar a dudas– y que, quizá, fueron los autores de la bufonada.

Si se confirma esta autoría, Alonso pide que se encuentre y castigue a los responsables. “En Galicia no estamos para estas bromas porque estamos sufriendo a estos sinvergüenzas mucho más de lo que quisiéramos”, algo a lo que añade el “dispendio” de recursos públicos al movilizar a agentes, vehículos y hasta el helicóptero.

“Todo eso no es gratis, estos graciosos –si es que se queda en eso– han jugado con todos y es conveniente que se investigue lo sucedido para evitar tentaciones futuras. No es gracioso, por todo lo que simboliza, y les va a salir muy caro”, concluyó.

Porque en un momento en el que se multiplican las series y películas sobre narcos gallegos, incluso se llegó a barajar la posibilidad de que se tratase de un falso fardo utilizado para un rodaje, al que se quisiese dar toda la autenticidad posible. La Guardia Civil lo descarta porque no se ha notificado ninguna grabación en la zona. Claro que hoy en día cualquier aficionado con cierta creatividad puede hacerse su clip –o su cortometraje– de narcos simplemente con un móvil, una playa y un poco de atrezzo.