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La difícil 'repesca' de futuros médicos de familia: tres comunidades tienen desiertas más del 40% de sus plazas MIR

Protesta de los MIR en 2021 por el sistema de adjudicación de plazas. / Cézaro de Luca / Europa Press

Sofía Pérez Mendoza / Yuly Jara

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El centro de salud donde trabaja María José Gamero está en la ciudad de Badajoz y se sitúa al lado de las vías del tren. Tiene fácil comunicación y no es un área rural, así que no responde a priori con el estereotipo de “desierto médico” que cualquiera puede tener en la cabeza. Sin embargo, allí se han cubierto menos de la mitad de las plazas (13 de 29) que habían ofertado para formación de médicos y médicas de familia y comunitaria este año, según los datos que ofrece el Ministerio de Sanidad. “Las condiciones son las mismas y el número de tutores es bueno, pero desde hace tres años tenemos vacantes”, explica la doctora, que también es responsable de Tutores y Residentes de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). El problema se extiende a lo ancho y largo de toda España: 13 comunidades autónomas tienen puestos desiertos, cuatro más que el año pasado; y el número total ha escalado de 202 a 459 plazas sin cubrir.



Son 459 personas que prefieren repetir el MIR o tomar otro camino laboral antes que formarse en Medicina de Familia en lugares muy diversos: hay plazas desde el área metropolitana de Barcelona (Sabadell o Cornellá de Llobregat) hasta en la España vaciada (Teruel o Soria). La Rioja, Extremadura y Castilla y León son las comunidades peor paradas porque tienen un porcentaje mayor de puestos no cubiertos. 68%, 62% y 43%, respectivamente. Solo cuatro territorios han conseguido agotar sus cupos: la Comunidad de Madrid, Canarias, la Comunitat Valenciana y Cantabria. En Euskadi y Murcia se han cubierto también prácticamente todas y Ceuta se queda también con una plaza libre. En esta tabla de abajo se pueden consultar las vacantes en cada localidad.



Con este escenario “triste” y “preocupante” arrancó el lunes la convocatoria extraordinaria del Ministerio de Sanidad. O, lo que es lo mismo, la repesca que da la oportunidad a quienes no escogieron plaza en la ordinaria de elegir, incluyendo también a los sanitarios extracomunitarios que pueden optar a lo que ha quedado sin cubrir. El miércoles se conocerán las vacantes definitivas. “Si hacemos lo mismo, lo normal es que tengamos el mismo resultado. O peor, como ha pasado”, critica la presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que considera que las elecciones MIR parece “que examinan a la especialidad cada año”. “No es justa esa tensión porque esto no es el fracaso de la Medicina de Familia sino del sistema sanitario y distributivo para el acceso a las diferentes especialidades”, sostiene.

Rodríguez Ledo es jefa de estudios de la unidad docente de Lugo (la medida que se utiliza para ofrecer las plazas MIR en Atención Primaria y agrupa a varios centros de salud). Sacaron 30 plazas, de las cuales se han cubierto 18. “Mina mucho la moral de todo el mundo porque trabajamos para mejorar en la formación pero navegamos en contra. Cuanto más potenciamos, más vacantes se quedan y desaprovechamos recursos. Nos preparamos para algo que no sucede”, describe la doctora.

Cinco veces la oferta de Pediatría

Las sociedades médicas que agrupan a estos profesionales tratan de mirar los datos de otro modo: 2.033 personas han elegido la especialidad para formarse a partir de este año. “Si ofertáramos lo mismo que Pediatría (588 plazas) habríamos cubierto con creces. ¿Se trata de cubrir plazas o responder a las necesidades del sistema?”, se pregunta la presidenta de SEMG. “La diferencia de número de plazas es abismal con otras especialidades porque es la base del sistema y está diseminado por todo el territorio, no en centros urbanos grandes donde están los hospitales”, subraya Domingo Sánchez, representante nacional de la sección de Médicos Jóvenes de la Organización Médica Colegial.

Varias comunidades se lanzaron a anunciar incentivos para asegurarse de que se cubrían sus plazas más difíciles una vez comenzó la elección de puestos hace dos semanas. Aragón ofrece un plus de hasta 10.000 euros anuales y la Comunidad de Madrid ha prometido 500 euros al mes. La primera comunidad se ha quedado con más de un 25% de las plazas desiertas; la segunda, ninguna.

SEMERGEN, SEMG y la OMC consideran que son medidas que llegan tarde, muy encima del proceso, y que no solo deben ser económicas. “El efecto del dinero se ve rápido pero es evanescente. Debe haber, junto con ello, otros reconocimientos: compensaciones en tiempo, mejora para la formación, facilitar la labor investigadora, hacer intervenciones comunitarias... No podemos hacer creer que solo por vocación van a elegir una especialidad con muchos turnos extra, que no se compensa y que no tiene reconocimiento académico. Los jóvenes son muy amantes de su tiempo y es normal, ¿quién no quiere una buena calidad de vida?”, se pregunta Rodríguez Ledo.

Hay que tener cuidado porque si generas más puestos en Madrid, por ejemplo, puede que perdamos todavía más en Castilla y León. Tenemos que sentarnos bien y verlo

María José Gamero, portavoz de SEMERGEN

Esta convocatoria de MIR también pone de manifiesto, dicen las sociedades médicas, que aumentar la oferta de plazas no soluciona el problema de la falta de médicos. “Hay que tener cuidado porque si generas más puestos en Madrid, por ejemplo, puede que perdamos todavía más en Castilla y León. Tenemos que sentarnos bien y verlo”, analiza María José Gamero, de SEMERGEN. Este año se han ofertado 37 plazas más en la especialidad y se han doblado las vacantes. El Gobierno de la Comunidad de Madrid pidió durante el fin de semana un número mayor de vacantes de formación en la línea de la postura adoptada por el Partido Popular, que lo solicitó el sábado también al Ministerio de Sanidad como una vía para atajar el problema.

El Ministerio de Sanidad convocará la semana que viene un Consejo Interterritorial de Salud extraordinario donde se hablará, entre otros asuntos, de Atención Primaria con la creación de un grupo de trabajo específico. La titular del ramo, Mónica García, aseguró el sábado que los profesionales se veían “abocados a la precariedad al terminar la residencia” y miró a las comunidades: “son las que en última instancia tienen que ofrecer buenas condiciones laborales”. Por su parte, el secretario de Estado, Javier Padilla, avanzó que su equipo valorará “cambios en los procesos de oferta y elección de plazas MIR”, como recogió Redacción Médica.

En marzo de 2023, el Ministerio firmó con las comunidades autónomas un acuerdo que recogía los criterios para declarar un puesto de “difícil cobertura” –distancia al centro de referencia o turno de tarde eran algunos de los requisitos– y planteaba una serie de incentivos “para la atracción y retención” en dichos puestos. Será otro de los asuntos que se traten en la próxima reunión de Interterritorial, según Sanidad, que asegura que las comunidades ya han identificado estas plazas.

Pero, ¿qué pasa con los puestos que no llegan a cubrirse? Se quedan sin residentes. “Los echamos de menos, pero el problema no es ahora, sino cuando esas personas acaban la residencia. Si en nuestra unidad docente debían salir 20 doctores formados en cuatro años, van a salir 15 o 16. La repercusión es muy grande a medio plazo porque si no hay profesionales no se puede garantizar a los pacientes la asistencia que se merecen”, dice Gamero, que asegura que “vamos a entrar en bucle” si a este escenario sumamos las jubilaciones. Uno de cada tres profesionales, unos 12.000 en total, de este primer escalón asistencial va a estar en edad de jubilación de ahora a 2027.

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