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Crítica

‘El especialista’, una estupenda comedia romántica para recordarnos la magia de ver a dos estrellas de Hollywood enamorándose

Ryan Gosling y Emily Blunt en una imagen promocional de 'El especialista'.

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Al oficio de especialista le pasa lo que al western: es tan antiguo que ya existía antes del mismo nacimiento del cine. La conquista del Oeste y las acrobacias peligrosas habían confluido previamente al registro de imágenes en movimiento, dentro de esos espectáculos teatrales que hacia 1883 recreaban las hazañas de Buffalo Bill… con el mismo Buffalo Bill como protagonista. Las funciones precisaban de atletas que se responsabilizaran de las escenas de riesgo, como ocurrió más tarde con el nacimiento del cine aunque algunos de estos atletas pudieran terminar haciéndose famosos, como fue el caso de Buster Keaton, o Charles Chaplin.

Los especialistas siempre han existido, son consustanciales a cualquier forma de espectáculo en vivo. Fue en los vodeviles del Oeste, por otra parte, cuando se acuñó la palabra stunt para acotar el matiz de “riesgo” en sus interpretaciones, y han estado jugándose la vida durante la totalidad de la historia del cine. Tal era su dedicación, a la par que su utilidad, que han sido habituales las quejas por el hecho de que los Oscar de Hollywood no tengan una categoría destinada a premiar los mejores trabajo. Al menos hasta que en cierto momento, estos empezaron a tener menos espacio para lucirse: la afloración del CGI hizo mella en la profesión durante un tiempo prolongado, aunque hace más o menos una década esto se corrigió.

Fue gracias a que en 2014 dos antiguos especialistas, Chad Stahelski y David Leitch, dirigieran John Wick. Un espectáculo que devolvía la atención a lo artesanal, permitiendo que cada doble de riesgo se luciera perceptiblemente. Como gracias a John Wick tanto Stahelski como Leitch han medrado en Hollywood, la reivindicación de su oficio se ha expandido a otros proyectos, siendo El especialista el ejemplo definitivo. La dirige el citado Leitch, basándose libremente en una serie homónima de los años 80 con Lee Majors pero solo como excusa para celebrar esta profesión. Y, ya de paso, el cine de Hollywood en su forma más pura. Con sus estrellas guapísimas, sus enamoramientos, su diversión a raudales.

Hacia un nuevo cine de acción (y colegas)

De cara a esta nueva edad de oro para los especialistas, a Stahelski y Leitch no solo les ha venido bien el categórico éxito de John Wick, sino también contar con una productora propia que canalice el movimiento. En 1997 fundaron 87Eleven (renombrada hace poco como 87North Productions), y en lo que respecta a Leitch pudo sacar partido preventivamente de su experiencia como doble en el falso documental Sledge: The Untold Story, comedia centrada en una estrella de acción que él mismo guionizó. John Wick fue, por otro lado, el debut de Stahelski y Leitch a la dirección, dándose la simpática tesitura de que Stahelski había sido doble de riesgo de Keanu Reeves en anteriores películas.

Como sabemos, John Wick ha tenido tres secuelas desde entonces, pero Leitch no ha seguido dirigiéndolas. Dejando al mando a Stahelski ha preferido aventurarse en otros proyectos, habiendo incurrido con éxito en franquicias como Deadpool y Fast & Furious, y reclamando poco a poco una cierta distinción como director. Al fin y al cabo fue él quien nos mostró a Charlize Theron en modo John Wick con Atómica, y quien dirigió a Brad Pitt —tras haber sido su doble durante un tiempo, como la entente Stahelski-Reeves— en Bullet Train.

Bullet Train puede ser la película definitoria (junto a Sledge) para entender la afinidad de Leitch por El especialista. Bullet Train, espectáculo veraniego de diálogos sobrecargados y pretendidamente ingeniosos, combinaba el estilo artesanal de los combates con un inagotable desfile de estrellas: de Sandra Bullock a Bad Bunny. Confirmaba a Leitch, en fin, como un afable currante de la industria que tras pasarse décadas recibiendo golpes había reunido una procelosa red de contactos y colegas que ampararan sus producciones con 87North —sello que ha ido lanzado otros films de acción al margen de John Wick, como las estupendas Nadie o Kate—, y en cierto punto algún proyecto más personal como pudiera ser El especialista

Leitch no es el guionista de El especialista —ese es Drew Pierce, que ya escribiera para él Fast & Furious: Hobbs & Shaw— y al fin y al cabo se trata de la adaptación de una serie, pero sin duda es la película que más directamente emana de su experiencia previa a ser director. Ryan Gosling afirma haberse inspirado en el perfil de Leitch, sin ir más lejos, a la hora de interpretar a Colt Seavers. Emily Blunt, por su parte, ha revelado a los medios que su gran referente para encarnar a Jody Moreno —la directora de la película en la que trabaja Colt, y la mujer de la que él está enamorado— ha sido Greta Gerwig. No parece casual que lo haya hecho justo después del fenómeno Barbie, que consagró a Gerwig como la directora más taquillera de la historia y le dio una nominación al Oscar a Gosling por interpretar a Ken.

El especialista, en efecto, tiene un vínculo claro con Barbie. Gosling bien podría hallarse en el mejor momento de su relación del público, además, optando por seguir exprimiendo vis cómica tras el fenómeno Ken y jugar con su imagen mediática: la película de Leitch no es la primera donde Gosling interpreta a un especialista. Drive de Nicolas Winding Refn, otro de sus trabajos más celebrados, le encontraba hace unos 13 años como conductor de escenas de riesgo, codificando una expresión de masculinidad —contenida, meditabunda, agresiva— que contrasta totalmente con la de Ken y Colt Seavers. Colt es un perdedor bonachón que llora con Taylor Swift y afirma sin ambages su amor por Jody, con quien se reencuentra en una película que ella dirige tras la ruptura que precipitó Colt, por su torpeza emocional.

Sí, porque El especialista ante todo es una comedia romántica. Gosling y Blunt centran la trama del film de Leitch, y fuerzan que el mayor atractivo de este resida en sus enredos y acercamientos. La mezcla de géneros podría recordar a lo que la misma Blunt intentó junto a Dwayne Johnson en Jungle Cruise hace unos tres años, pero El especialista es un film notoriamente superior, que parece hacerse eco de una renovada efervescencia para el género. Al fin y al cabo, 2024 empezó con el exitazo de una comedia romántica de las de toda la vida, Cualquiera menos tú, con Sydney Sweeney y Glen Powell. Hollywood, de algún modo, está reencontrando su esencia entre un contundente star system, un clasicismo bien entendido y la celebración onanista de su glamour. El especialista rebosa de todos estos ingredientes.

Esto sí que es Hollywood

Hay que entender El especialista, en fin, como una celebración del aparato hollywoodiense desde varios frentes. Por un lado está esa confianza en los valores elementales: si los taquillazos de Barbie y Oppenheimer —por la que Blunt fue nominada al Oscar al mismo tiempo que Gosling— han inspirado tanto optimismo es por cómo se apartan del cine franquiciado y sometido a la dictadura del blockbuster clónico, devolviendo el foco a las historias ambiciosas con grandes interpretaciones. Y por otro está el cine dentro del cine, que permiten que El especialista se prodigue en chistes contemporáneos —la película que ruedan Jody y Colt es una parodia evidente de Dune— al tiempo que homenajea a los distintos profesionales que hacen posible un rodaje. Ahí nos reencontramos con los stuntmen.

Logan Halliday es uno de los especialistas más prolíficos de los últimos tiempos y ha trabajado en El especialista. La película llega a identificarle y también podemos asomarnos a un breve making of tras las cámaras, pero por suerte Leitch nunca llega a caer en la trampa de lo meta. Hay un compromiso total en que El especialista funcione de forma exclusiva como ficción, o al menos como vehículo para el lucimiento de sus integrantes. Así que, ni que decir tiene, lo mejor de la película está concentrado en su pareja protagonista. Atravesada por las sonrisas deslumbrantes, los diálogos veloces y una curiosa placidez a la hora de enhebrar los giros —es un romance cuyos integrantes nunca parecen llegar a creer realmente que no vaya a prosperar—, Gosling y Blunt están absolutamente magnéticos, si bien tras el ímpetu sexual de la citada Cualquiera menos tú pueda echarse en falta un poco más de recreación física.

Si hablamos de físico, por otra parte, hay que remitirse al recital particular de Gosling. A estas alturas no es ninguna revelación que sea uno de los tipos más genuinamente graciosos del Hollywood actual, pero aún así El especialista sorprende lo suyo por cómo el actor —que empezó a demostrar hasta qué punto podía ser hilarante en Dos buenos tipos— logra enriquecer su faceta de payaso impasible. Antes hablábamos de Buster Keaton, y quizá no sea descabellado invocarlo a la hora de describir cómo Gosling es atropellado, sufre palizas y se cae desde sitios altos. Todo en aras no solo del trabajo de su amada, sino de un inquietante encargo que le han hecho: ha de investigar la desaparición del arrogante actor de quien ha acostumbrado a trabajar de doble, interpretado por Aaron Taylor-Johnson.

Con lo cual El especialista también es un film de misterio, donde Gosling ha de ir acumulando pistas con el ímpetu oculto de salvar este decisivo debut de Jody a la dirección. Un misterio desarrollado con abundantes escenas de acción, aunque en este sentido nos topemos con algún defecto que otro: Leitch es un director bastante discreto a la hora de planificar los guantazos —irónicamente, viniendo de donde viene—, y salvo cierta escena muy ocurrente donde Gosling ha de combatir drogado, El especialista no es tan espectacular ni tan artesanal como demandaría su premisa. La narración también es algo embrollada, aunque logre ser finalmente satisfactoria gracias a la milagrosa presencia de Gosling, su química con Blunt, y un sentido del humor algo más excéntrico de lo esperado.

El especialista puede tener un aire inexcusable de sofisticación, pero la comedia que dispensa es más bien absurda. Marcada por el rostro de Gosling —hierático, capaz de generar carcajadas con un solo gesto— la propuesta humorística de El especialista fluye entre el golpazo constante, el diálogo de cadencia fumeta y la sorpresa estúpida. Resulta, al final, que su inspiración más trascendente entre todas las citadas es la de Leslie Nielsen y Agárralo como puedas. Y que, por tanto, es la película que con mayor urgencia hay que ir a ver ahora mismo al cine.

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