Otro contundente triunfo al zurrón

Otro contundente triunfo al zurrón

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Compostela, Coruxo... que pase el siguiente. El UD Logroñés despacha rivales con autoridad; 3-0 en ambos encuentros en Las Gaunas. Evidencia que tiene mucha pegada; ante los santiagueses generó un sinfín de ocasiones y frente a los vigueses resultó letal para sentenciar. Demuestra que algunos de los nuevos han venido para hacer olvidar a los que quisieron marcharse, caso de Pere Milla, brillante en el regate corto, supremo en el tiro largo -ahí queda su primero de este sábado-, crucial en el área. O de Borja, contundente en el despeje, veloz en el corte y peligroso en las acciones a balón parado -con gol incluido-.

Dos argumentos individuales, unidos a la seguridad que ofrece bajo palos Miguel, más que suficientes para doblegar a un Coruxo que venía líder y que llegaba a Logroño con 7 goles a favor. Pero queda claro que el bloque de Carlos Pouso, modelado como un gran equipo, quiere hacer de Las Gaunas un fortín, un campo inexpugnable del que los rivales ni siquiera piensen que es posible sumar. Así se despeja de los significativos resultados ofrecidos esta temporada como local. Sin embargo, no todo el monte es orégano.

Porque hay que saber leer entre líneas. Victoria, sí. Cómoda, casi también. Pero el triunfo ante el Coruxo no se asemejó al paseo contra el Compostela. Hubo que fajarse más. Hubo que pelear. Hubo una pizca más de suerte. Hubo remate. Hubo ataque demoledor, por momentos. Hubo una mano milagrosa de Miguel a remate de Pedro Vázquez. Y hubo respuesta ante la debilidad, sin duda un aspecto muy positivo.

Gol de Borja mediado el primer tiempo

El duelo comenzó con altibajos, con una UDL que quería poner tierra de por medio, que quería imponer su estilo, que buscaba a su oponente con una presión alta, que avasallaba. Jordan daba buena prueba de ello con un tiro que sacaba bajo palos Cifuentes. Un aviso a los 7 minutos que tuvo su previa en una acción del propio ariete que no encontró rematador y que disfrutó de continuidad en un tiro de Íker Alegre desde la frontal. El Coruxo, como bloqueado, intentaba dar pausa, bajar el ritmo. Cuando parecía que lo había logrado irrumpió Borja para a la primera -no como contra el Compostela que parecía gafado en el remate- adelantarse a su par -aunque en el acta el colegiado se lo diera a Cifuentes en propia puerta- y superar a Brais tras una falta lateral.

Se había hecho lo difícil, lo que tanto costó contra el Compostela: marcar. Pero no se podía caer en el error de dejarse llevar. Los fantasmas de la temporada pasada -voy a por el segundo o conservo lo que tengo- regresaron cuando Adrián Armental entró en acción por el costado diestro. El extremo generó dudas, provocó que el choque fuera más de ida y vuelta, que los espacios aparecieran y que Miguel tuviera que ordenar y exigir concentración en las acciones defensivas a balón parado. Cierto que a la contra Titi, Íker Alegre y Jordan podían ampliar la ventaja, pero había que concretar esas transiciones porque no se elegía la mejor opción, se abusaba de la conducción y las jugadas no terminaban. Al revés, se convertían en punto de partida para un ataque de los vigueses.

No en vano, Ortiz, que con anterioridad no aprovechó una volea franca en el vértice del área pequeña, no llegó a un centro medido de Adrián Armental en el que tanto Borja, lanzándose al suelo, como Miguel haciendo más pequeña la portería, ayudaron a que el delantero no atinara. Fue un aviso que se prolongó durante los compases iniciales de la segunda parte.

Paradas de Miguel y doble ración de Pere Milla

El UD Logroñés requería control, más posesión. Lo intentó. Buscó la forma de asegurar los pases, de no cometer errores y de imprimr velocidad en sus acciones ofensivas. Sin embargo, el Coruxo saltó tras el descanso respondón. Un córner y un saque de banda tuvieron la culpa. Balón suelto en el punto de penalti tras un saque de esquina y Ortiz, libre de marca, chuta con potencia encontrando la respuesta de Miguel, perfectamente colocado, blocando con solvencia. Ortiz recibe de espaldas, tras un saque de banda, y centra de espaldas al área donde Pedro Vázquez, también sin que un defensor le fije, de cabeza haga lucirse a Miguel con una soberbia mano izquierda -puro reflejo y agilidad- para desbaratar la gran oportunidad del Coruxo.

Ahí firmó su defunción el cuadro de Rafa Sáez. Aún no lo sabía, pero ese último paradón propició que Pere Milla le relevara en el protagonismo minutos después. Joel Valencia, eléctrico y más acertado que en el debut liguero, asistió al ilerdense para inventarse un golazo que Brais acompañó con la mirada. La escuadra de la portería aún se lamenta el zarpazo de Pere Milla. No contento con esto, la UDL corrió con Titi por el costado derecho que cedía para que el actual 'pichichi' del grupo anotara el cuarto en su cuenta, asegurando el remate. Poco más de 100 segundos entre ambas acciones y media hora por jugar que resultó estéril.

Por un lado, el Coruxo lo intentó, no bajó los brazos, buscó la forma de adueñarse de la pelota y de llegar al área contraria, aunque le faltó tanto el último pase como el remate definitivo. Y, por el otro, el UD Logroñés bajó su intensidad. Se acomodó, quizá inconscientemente como pensando en el partido de Copa del Rey del miércoles ante el Linense. 30 minutos que sirvieron para ver debutar, oficialmente, a Edu Payá -sustituyó a Miguel Santos, única novedad del once blanquirrojo- y a Carlos Fernández -Jordan siguió con el '9' a la espalda por tercera jornada consecutiva-.

Precisamente, el ubetense tuvo en sus botas ampliar el marcador después de que Titi le hubiera hecho el trabajo sucio asistiéndole para su lucimiento, pero con todo a favor, con la portería vacía, Carlos Fernández mandó el balón fuera. Un error que no tuvo mayor transcendencia, pero que puede pasar de anecdótico a una contrariedad -el aspecto mental es importante, así como su reacción en la próxima cita, presumiblemente el miércoles-.

Más allá de este aspecto, el UD Logroñés es segunda, un lugar circunstancial a estas alturas, según entiende Carlos Pouso, el cual estima que más que la posición ahora lo importante son los puntos. De hecho admite que estaría más contento con 9 puntos. ¿Y quién no?

UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos (Edu Payá, min. 67), Borja, Santelices, Paredes; Jacobo, Adrián León; Titi, Pere Milla, Íker Alegre (Joel Valencia, min. 54); y Jordan (Carlos Fernández, min. 75).

Coruxo: Brais; Rafa Mella, Alberto García, Acoidán (Antúnez, min. 67), Cristóbal; Raúl Medina (Jorge Fernández, min. 67), Cifuentes; Adrián Armental, Santi, Pedro Vázquez; y Ortiz.

Goles: 1-0, min. 23: Borja. 2-0, min. 59: Pere Milla. 3-0, min. 61: Pere Milla.

Árbitro: Miguel Bosch Domenech (Comité valenciano), acompañado por Santiago Jacobo y Yeray Fermosell Pérez. Amonestó a los locales Borja (min. 47) y Santelices (min. 54); y al visitante Acoidán (min. 38).

Incidencias: 2.217 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Delfín Álvarez, exentrenador del CD Logroñés.

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