La realidad supera la ilusión blanquirroja

La realidad supera la ilusión blanquirroja

Rioja2

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El sueño copero se esfumó rápido. Demasiado rápido. El Sevilla dio pocas opciones ante una Unión Deportiva Logroñés que no estuvo hábil en defender un córner, a los 11 minutos, que resultó fatal para sus intereses. Pese a los intentos, el esfuerzo es irreprochable, el conjunto de Carlos Pouso comprobó lo que se intúia, que para poder competir ante un Primera División hay que aprovechar un mal día del oponente, caso que no se dio, y gozar de uno propio excelso, tampoco aconteció. Lástima que el duelo de vuelta sea un mero trámite para ambos contendientes en una competición que había levantado ilusión en el bando riojano.

Quizá la UDL respetó demasiado al Sevilla. Tanto que cuando se quiso dar cuenta, cuando vio que podía hacerle daño ya iba con un gol en contra y con el riesgo que podía llevar su rival si salía a la contra. Pero claro, los errores se pagan y más ante un conjunto de Primera División, de ésos a los que no les puedes dejar ni el mínimo resquicio.

A los 11 minutos, Coke encontró el hueco y pèinó para resquebrajar las ilusiones blanquirrojas de aguantar el máximo tiempo posible sin encajar. El marcaje zonal en el córner no fue suficiente para el gran envío de Krohn-Dehli y para el remate del lateral. Golpe psicológico para un equipo, el riojano, que estaba expectante en el duelo, como era lógico, y al que sólo le faltaba un poco de convicción.

Ligeras muestras de fe

La fe vino gracias a dos acciones muy similares pasado la veintena de minutos. Dos contras. En la primera, Íker Alegre cedió para que Jordan, en velocidad y con espacio, buscara crear peligro, pero el defensor se le echó encima y al delantero se le nublaron las ideas. En la segunda, Álvaro González -una de las novedades- se escapó por su banda derecha y la puso de lujo, fuerte y rasa en paralelo a la línea de gol. Por ahí llegaba Íker Alegre, pero David Soria sacó la manopla para hacerse con el esférico.

Lo dicho, dos aproximaciones que animaron a la grada y a los propios jugadores. Se vieron capaces de enredar. Hubo continuidad porque gracias a varias faltas laterales y saques de esquina, prácticamente todas las acciones jugadas en corto, la sensación era que este UD Logroñés podía competir. La pega estaba en el marcador adverso.

Sin embargo, el Sevilla, quizá sin tanto control como en alguna fase del encuentro, sobre todo unos minutos después de anotar el primer gol, era letal en sus llegadas. Coke, en una buena internada, se encontraba con los puños de Miguel, que previamente ya había intervenido en una falta peligrosa de Reyes. Cuando no parecía ocurrir nada, como si los dos equipos se hubieran dado un respiro, un saque de banda ejecutado con rapidez pilló desprevenida a la retaguardia blanquirroja; el centro no acabó de despejarlo Miguel Santos y la pelota le cayó a Krohn-Dehli, el cual decantó el rumbo de la eliminatoria antes de los primeros 45 minutos.

Media hora final sin historia

Chevi sustituía a un errático Birane Ba. Era la manera que tenía Carlos Pouso de intentar algo. La verdad es que la presencia del madrileño se acusó para bien -pese a no tener efecto en el marcador- y eso que Pere Milla no acababa de adquirir su protagonismo. Jordan, con chispa, se fajaba y peleaba con los centrales, aunque sin fortuna. Quería el Sevilla tener el balón, pero la UDL no le dejaba porque corría y presionaba. Pero la calidad es la calidad. Krohn-Dehli, presente en los tres goles, arrancó con fuerza, se internó en el área en los preliminares de una acción que culminó Inmobile -en posición de fuera de juego en primera instancia- tras una mala salida de Miguel. Ahí murió el choque.

Y eso que quedaba media hora por delante. El conjunto anfitrión lo intentaba, más por orgullo y con corazón, ante un Sevilla que parecía dosificar esfuerzos, que ralentizaba la puesta en escena y en el que el riojano Llorente -con poco brillo y presencia, la verdad- era ahora su estilete ofensivo. El objetivo de los hispalenses era no encajar, no dar alegrías a un conjunto local que, al menos, quería dar una alegría a los más de cinco mil aficionados que se dieron cita en Las Gaunas. Sin embargo, ni siquiera hubo un uy. Muneta y Chevi -lo peor sin duda su luxación de hombro- le dieron más posesión, aunque sin profundidad porque el Sevilla no le hacía ascos a eso de dejarse querer. Lo malo de los sueños es que había que despertar y regresar al día a día, la Liga. El domingo se comprobará si la Copa tiene o no efectos secundarios.

UD Logroñés: Miguel; Miguel Santos, Borja, Adrián León, Reguilón; Jacobo, Birane Ba (Chevi, min. 46); Íker Alegre, Pere Milla (Joel Valencia, min. 66), Álvaro González (Muneta, min. 57); y Jordan.

Sevilla: David Soria; Coke, Kolo, Luismi, Diego González; Krohn-Dehli, Iborra, Cristóforo, Reyes; Francisco (Llorente, min. 60) e Inmobile.

Goles: 0-1, min. 11: Coke. 0-2, min. 37: Krohn-Dehli. 0-3, min. 56: Inmobile.

Árbitro: Hernández Hernández (colegio de Las Palmas), acompañado por Sobrino Magán y Naranjo Pérez. Amonestó a los locales Adrián León (min. 26) y Álvaro González (min. 37); y a los visitantes Diego González (min. 25) y Coke (min. 53).

Incidencias: 5.314 espectadores en Las Gaunas, según informó el club organizador, en el partido de ida de los dieciseisavos de la Copa del Rey.

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