La mitad de los padres riojanos regalarán un dispositivo móvil en Navidad

Estas Navidades, uno de cada dos padres regalará a sus hijos un dispositivo móvil, según datos del estudio realizado por holaMOBI. Así, el 49 por ciento de los padres pedirá a Papá Noel o a los Reyes Magos, al menos, un dispositivo móvil, que será principalmente un smartphone o una tableta.

El gasto medio será de 100 euros cuando el regalo vaya destinado a los chavales y de 250 euros cuando sea para un adulto. Se estima que el 63% de los riojanos se decantará por la compra de móviles libres, mientras que el 37% restante los adquirirá a través de una operadora.

En plena 'era digital', este cambio hacia el regalo “tecnológico” pone de manifiesto sin embargo, otros problemas preocupantes que afectan directamente a la salud ocular como el altísimo riesgo que tiene para los ojos de los más pequeños de la casa el uso masivo de las pantallas. En este sentido, los niños son los más vulnerables ante los efectos de la luz de alta energía de las nuevas pantallas y resulta imprescindible protegerlos.

Según Nilo García, director general de Reticare, “ya nos parece normal algo que no es tan claro que lo sea. Un niño de entre 10 a 15 años todavía no está preparado para utilizar de forma intensiva este tipo de tecnologías sin protección. Por parte de los padres, lo que tenemos que hacer es llevar a cabo las medidas de prevención necesarias. Lo primero sería poner protección en las pantallas ya que los niños no están preparados para recibir esta cantidad de luz tantas horas y sobre todo, regular también qué uso hacen de estos dispositivos”.

A nivel regional, un total de 12.800 niños riojanos de entre 10 y 15 años ya tienen un teléfono móvil, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, apenas un 0,5 % dispone de una protección adecuada en estas pantallas. Una situación que se produce principalmente por el desconocimiento que los padres tienen de los efectos adversos que puede implicar una exposición a estas pantallas sin la adecuada protección.

Además de un uso responsable de estos dispositivos, dicha protección es imprescindible para salvaguardar la salud ocular de las generaciones futuras. Como destaca Nilo García, “la razón fundamental por la que la cantidad de personas que se protege es muy pequeña es por la minusvaloración del riesgo. Pensamos que ese riesgo o no les está afectando o nos les va a afectar. Sin embargo, la realidad nos dice que estamos demasiadas horas delante de dispositivos y que emiten 5 veces más luz de alta energía, luz que está relacionada con riesgos muy importantes para la salud”.