Hasta luego Europa

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Es un hasta luego. No cabe la menor duda de que la temporada que viene el Naturhouse La Rioja buscará la forma de quebrar un sistema de competición en el que no prevalecen los méritos deportivo y sí los económicos para insistir en su presencia en la EHF Velux Champions League. El 39-37 debe dar más fuerzas para regresar con más ganas.

Este sábado, el Motor Zaporozhye demostró que supo jugar con la calculadora, con el 30-31 que conquistó en Logroño y con un presupuesto que le permite contar con jugadores determinantes, caso del central bielorruso Pukhouski, autor de 20 goles -de los 70 de su equipo- en la eliminatoria. Su anotación y su movilidad trajeron en jaque a una defensa riojana que arriesgó en tierras ucranianas, no lo quedaba otra.

En este sentido, que el duelo de vuelta se jugara a un ritmo endiablado y con una gran cantidad de goles favorecía los intereses visitantes, pero claro cuando un equipo no es capaz de aprovechar sus oportunidades en superioridad es difícil lograr el objetivo si enfrente hay un bloque de la entidad del Motor Zaporozhye. Por ahí fue imposible. Y en esta ocasión no pudo haber quejas del dúo arbitral: hasta 8 exclusiones locales. Por actitud y esfuerzo no se pueden poner peros, sin embargo, el resultado obtenido en el Palacio condicionó el encuentro disputado en Ucrania.

PARCIAL CLAVE DE 5-0

Que Garabaya recibiera un golpe en el codo izquierdo en un choque con su compañero Luisfe a los 45 segundos no fue un buen presagio. Más aún cuando con la primera ventaja riojana, 3-4, y la exclusión de Kalarash tenían buena pinta. Pero a continuación llegaron dos minutos, inexplicable, para Pedro Rodríguez y un parcial de 5-0 criminal imposible de levantar.

Con Pukhouski en plan estelar (6 goles en 20 minutos), bien acompañado por Zhukov, Shevelev y Malasinskas el Motor Zaporozhye parecía jugar a otra marcha. El Naturhouse, con una defensa 5-1 de partida, arriesgaba en exceso, buscaba la anticipación, el robo, pero si no llegaba la superioridad de los ucranianos era clara.

Que el partido fuera a muchos goles, lo que quería el cuadro franjivino, era positivo, pero no que los locales se escaparan en el electrónico: 14-7 y 16-9. Los de Jota González estaban ansiosos. Se notaba cada vez que jugaban en superioridad porque no ganaron ni una y eso que los locales sufrieron hasta cinco exclusiones en la primera mitad, ocho en el global. El técnico pucelano pidió dos tiempos muertos en apenas 18 minutos porque algo había que hacer.

Rocas, desde los siete metros, daba vida a los suyos. Fue la forma de meterse en la eliminatoria. Un parcial de 0-3 propició que el 18-15 se antojara interesante. Pero con el 16-19, gol de Langaro, vinieron dos minutos para Zhukov, lo que provocó que el Zaporozhye retomara la senda del gol por mucho que Aginagalde, bajo palos desde el 13-7, tratara de evitarlo. Pukhouski, haciendo su séptimo gol en 30 minutos, y Malasinskas, desde su casa, colocaban el 21-16 al descanso.

30 MINUTOS PARA LA HEROICA

Quedaban 30 minutos para morir, para batirse el cobre y buscar el imposible. Voluntad había, otra cosa fueron recursos para apaciguar a un Zaporozhye que se sacó de la chistera, en la segunda parte, a Burka. El 24-18 parecía languidecer las ilusiones, pero con Molina y Vigo, al mando de las operaciones y asumiendo responsabilidades, volvieron a creer en sus opciones tras el 26-23 (min. 40) y cuando Kalarash vio su tercera exclusión.

El 29-27 tras el gol de Pedro Rodríguez mantuvo las esperanzas, pero una doble exclusión de Garabaya y Ángel Fernández provocó que el Zaporozhye cogiera oxígeno con el 33-29 (min. 48). De nuevo, esfuerzo ímprobo de los riojanos para reducir la ventaja, 33-31, a 10 minutos de la conclusión. Y, otra vez, una superioridad lastró a un Naturhouse gafado ante este tipo de acciones este sábado. Soroka, desde los siete metros, dibujaba un 36-32 difícil de levantar a 6 minutos del adiós de Europa.

La octava exlcusión de los ucranianos y un penalti fallado por Rocas minó a un Naturhouse valiente por jugársela con Vigo con el peto azul en la recta final del choque. El problema era la rémora que arrastraba el cuadro riojano, a estas alturas, insalvable pese a los intentos, desesperados, por luchar por un milagro que no llegó pese al intercambio de goles entre Molina y Vigo con el imparable Pukhouski, auténtico protagonista de una eliminatoria.

El 39-37 final demostró que superar al Motor Zaporozhye era difícil antes de medirse a ellos, complicado tras el duelo vivido en Logroño (30-31) e imposible cuando el Naturhouse no estuvo fino en una faceta determinante en el caso de encuentros igualados, las superioridades. Aun así, lo realizado por el bloque franjivino tiene su mérito. Lástima que de haber estado algo más atinado en ese tipo de acciones, quizá este hasta luego de Europa se hubiera prolongado una ronda más. Viaje complicado, por las ilusiones puestas, pero esto es deporte profesional y en breve hay otra cita importante: la Copa del Rey.

FICHA TÉCNICA

Motor Zaporozhye: Komok (p), Kubatko (1), Shelmenko (4), Zhukov (2), Kalarash (5), Pukhouski (10) y Zhuk (1), siete inicial, Kurylenko, Malasinskas (6), Koshovy (p), Denysov, Burka (4), Shevelev (3), Doroshchuk, Soroka (3p).

Naturhouse La Rioja: Kappelin (p), Molina (6), Luisfe (2), Vigo (7), Garabaya, Pedro Rodríguez (6) y Ángel Fernández (2), siete inicial, Aginagalde (p), Langaro (2), Val, Rocas (6p) y Garciandia (3).

Parciales: 3-4, 7-4, 10-6, 15-9, 18-13, 21.16 (descanso); 24-18, 26-22, 30-27, 33-30, 36-33 y 39-37 (final).

Árbitros: Slave Nikolov y Gjorgji Nachevski (Macedonia). Expulsaron a Kalarash (min. 41) por tres exclusiones de dos minutos. Excluyeron a los locales Shevelev (mins. 17 y 55), Doroshchuk (min. 22), Zhukov (min. 28) y Shelmenko (min. 52); y a los visitantes Pedro Rodríguez (min. 8), Garabaya (min. 45) y Ángel Fernández (min. 46).

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