Victoria 'in extremis' para alejar fantasmas

Victoria 'in extremis' para alejar fantasmas

Rioja2

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Luis Morán asistía desde la izquierda y Muneta, dentro del área, ejecutaba al Somozas. Dos hombres de recambio que habían intercambiado, por así decirlo, las posiciones daban un triunfo, por la mínima, a la UDL en un campo complicado y en el minuto 89. Cuando más le duele al rival. Hace doce días el Sporting B, de la nada, remontó a los riojanos y en Jueves Santo, el conjunto de Carlos Pouso, cuando todo apuntaba a la igualada, exprimió sus recursos para sumar 3 puntos en el Manuel Candocia. No sin sufrimiento, ya que Antas, en la siguiente acción, tuvo el empate.

El Somozas hizo su partido. La presión era para el que es más favorito, la UDL. Así que los locales poco expusieron. Eso hicieron en Las Gaunas y sacaron petróleo. La idea era muy similar, pero en un campo más corto en el que un buen despeje podía ser una contra peligrosa. Que Miguel tuviera poco trabajo dice de cómo resultó el encuentro. Tampoco es que Mandaluniz fuera excesivamente exigido. Choque espeso, con mucho balón por arriba, con máxima atención a las segundas jugadas, así como tiros y remates generados tras centros laterales.

En esa tesitura, pese a que fue la UDL fue la que más lo intentó, era complicado saltarse un guión establecido desde el pitido inicial en el que se necesitaba un pellizco. Como no apareció era crucial mantener la portería a cero. Y cuando el reloj se acercaba a esos minutos finales –de infortunio para los riojanos, por ejemplo, ante el Sporting B- los fantasmas estaban ahí. La mejor manera de espantarlos era marcar, sumar una victoria y dar carpetazo al asunto. Está bien decirlo, pero fue más difícil ejecutarlo. Así que el empate a cero en el Manuel Candocia debía verse como bueno pese a que si alguien debió llevarse la victoria fue el cuadro dirigido por Carlos Pouso. Sin embargo, la conexión Luis Morán y Muneta evitaron ese sabor agridulce antes de coger cuatro días de descanso.

MUCHO ORDEN

No era día para esconderse ni en defensa ni en ataque. El técnico vasco añadió músculo en la medular con un doble pivote para que Jacobo y Adrián Léon –con más llegada que en otras ocasiones- sujetaran a un equipo que no se podía resquebrajar en un campo que exigía máxima concentración y orden para estar colocado y poder recoger las segundas jugadas. De ahí, que Carlos Fernández se tuviera que pegar con los centrales del Somozas.

Titi, como estilete desde el lado derecho, era el puñal que requería la UDL. Prácticamente todos sus compañeros le buscaban con insistencia para que generara juego. Luego, el asturiano se encargaba, con calidad y velocidad, de percutir por su perfil para poner balones en el área. El remate ya era más complejo, por mucho que Pere Milla, con mucha movilidad partiendo desde la izquierda, lo intentara o que Chevi, actuando como enganche, aprovechara los espacios que le dejaba Carlos Fernández.

Más allá de un comienzo en el que el cuadro local quiso asumir el control, intención cercenada cuando a los 8 minutos Titi, con un centrochut, casi sorprende a Mandaluniz, fue la UDL la que quería pisar en campo rival. Presión, intensidad y velocidad. El argumento era sencillo: balón sobre Carlos Fernández, segunda jugada y a partir de ahí se trataba de combinar y alternar dentro y fuera.

MÁS PRESENCIA VISITANTE

Con esa dinámica, hubo varios tiros sin puntería de Chevi y Pere Milla hasta que el ilerdense, cerca de la media hora chutó entre los tres palos tras un centro de Titi. La respuesta no se hizo esperar de un Somozas que también sabía cómo actuar. Mario Barco era su hombre boya para dejar de cara y entonces los hombres ofensivos locales buscaban las cosquillas a la zaga blanquirroja –este jueves de azul-, aunque sin peligro salvo una contra mal ejecutada por Añón, con superioridad de los gallegos, que culminó con un tiro plano para Miguel.

En los minutos finales del primer tiempo, el choque bajó un poco debido a las interrupciones. Varias faltas y saques de esquina que permitían que no hubiera un dominador claro, que la alternancia fuera constante –hasta hubo un gol a favor del Somozas anulado por fuera de juego- y que las combinaciones fueran mínimas. Quedaba todo para la segunda mitad.

Si previamente el juego había sido poco brillante, ahora parecía que el Somozas, como aconteció en el inicio del partido, saltaba al Manuel Candocia más activado, aunque sin consecuencias en el luminoso. La UDL proponía lo justo, como el conjunto local. Era el típico día en el que era más importante no cometer errores que desbocarse en aras del triunfo. Eso no quita para que los riojanos quisieran poner el cuero en el área contraria.

EL CERO A CERO SE DABA POR BUENO

Por su parte, el Somozas, cada vez que la UDL se lanzaba al ataque, trataba de robar y lanzar una contra letal. Por fortuna, la elaboración de esos contragolpes se desdibujan en el segundo pase. El tiempo pasaba y aunque el dominio era de los visitantes no había variaciones, salvo un tiro, desviado, de Pere Milla y otro de Barco, en la otra dirección.

Muneta entraba en escena en busca de pausa y tranquilidad entre líneas, además de calidad en el último pase. Pero en los poco más de 25 minutos que estuvo en acción no encontró la manera liderar a los suyos -hasta la acción del go-. Luis Morán, como revulsivo, apareció en el último cuarto de hora para sustituir a un Titi que fue de más a menos, pero aunque agitó la recta final del duelo, su presencia tuvo consecuencias en el marcador para asistir a Muneta. Pouso, es más, fue a lo seguro cuando Miguel Santos (ubicado como extremo) irrumpió en el encuentro en el minuto 87 dejando a Luis Morán como punta de lanza.

Sin embargo, esto es fútbol y una contra de los riojanos fructificó la victoria a la UDL cuando el empate parecía un hecho. Luis Morán, desde la izquierda, sirvió de lujo para que Muneta, dentro del área, superara a Mandaluniz. El Somozas, en la siguiente acción, metió el miedo en el cuerpo cuando Antas, tras una falta lejana, a punto estuvo de tirar por tierra el tanto del jugador vasco. Por suerte, se aguantaron los 3 minutos de tiempo añadido para finiquitar, de una vez, esos fantasmas de los instantes finales. Toca descansar y ver desde la barrera lo que hacen el resto de rivales.

FICHA TÉCNICA

Somozas: Mandaluniz; Leuko, Juan, Antonio, Remeseiro; Mateo, Antón; Antas, Joseba (Baleato, min. 87), Añón (Pedrosa, min. 72); y Mario Barco.

UD Logroñés: Miguel; Barreda, Borja, Santelices, Paredes; Jacobo, Adrián León; Titi (Luis Morán, min. 76), Chevi (Muneta, min. 65), Pere Milla; y Carlos Fernández (Miguel Santos, min. 87).

Gol: 0-1, min. 89: Muneta.

Árbitro: Gustavo Rebollo López (colegió Catalán). Amonestó a los visitantes Jacobo (min. 28), Borja (min. 58), Muneta (min. 90) y Barrreda (min. 91).

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