La pelota está muy dura

Irujo se retira tras lesionarse un dedo cuando la final iba empatada a 10, por lo que Olaizola II y Urrutikoetxea son los campeones del parejas.

Quienes han jugado alguna vez a mano saben lo que es el “sobre hueso”, el típico dolor en la parte superior de palma de la mano, en la prolongación de los dedos, donde “se te clava” la pelota. Es la zona que habitualmente se protege con los “tacos”, para evitar que la bola impacte directamente ahí donde duele. Si pasan unos días para que desaparezca el hematoma, y las protecciones libran la zona dolorida, se puede volver a disfrutar del juego de la pelota.

Pero otra cosa es si te fastidias un dedo. Cuando un mal golpe a la pelota provoca una lesión en un hueso de cualquier dedo, aunque sea pequeña y en el meñique, le des con la parte de la mano que le des, un punzante y doloroso pinchazo te recorre el dedo dañado. Así le pasó en la final del parejas a Juan Martínez de Irujo: Andaba la final abrazada a 10, cuando marcó otro buen gancho a la punta Aimar Olaizola; Llegó bien el de Ibero, que se lanzó hábilmente a por la pelota, pero impactó en la esfera con la misma punta del dedo corazón de su diestra.

“Fractura conminuta de la falange distal del tercer dedo de la mano derecha”, dice el parte médico tras la correspondiente radiografía. Irujo, tras recibir unos primeros cuidados en vestuarios, lo intentó unos tantos más, pero el dolor era inaguantable, por lo que decidió retirarse con 16 a 10 en el marcador.

Hasta ese momento la final tenía mucho ritmo, pelotazos impresionantes, remates ajustados y mucha emoción. Irujo, como acostumbra, combinaba aciertos (6) y errores (4). Su rival de puesto, Aimar Olaizola, como siempre, más fiable (3 ganchos y un único error). Atrás, ambos zagueros competían por el dominio de los cuadros largos, sin que Urruti ni Rezusta lideraran claramente la ensalada de pelotazos (2 fallos y 0 tantos el primero, 3 errores y un tanto de pelotazo cruzado, el segundo).

Pero con todo por decidir llegó el infortunio de Juan Martínez de Irujo, y ahí terminó la contienda. Una verdadera lástima, porque el espectáculo que estaban dando los cuatro pelotaris estaba siendo acorde a la expectación despertada por la final.

Una curiosidad para terminar: los tres jueces de la gran final fueron riojanos.

Si esto ocurría el sábado, el domingo en Eibar Gorka y Tolosa desaprovecharon la primera oportunidad que les dio su empresa de disputar un estelar, tras ganar el campeonato de promoción la semana pasada. 22-12 cayeron ante Retegi Bi y Zabaleta. Esperemos que lleguen más ocasiones de demostrar su valía.