España sigue creciendo más que Europa

España sigue creciendo más que Europa

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El Producto Interior Bruto (PIB), principal indicador de la economía española, aumentó un 0,8% en el segundo trimestre, lo que supone una tasa de crecimiento similar a la del primer trimestre del año. A esta tasa, el crecimiento anual quedaría en el 3,2%, dos décimas inferior a¡ la del trimestre anterior, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La tasa de crecimiento de España se sitúa, por tanto, por encima de la media de la Unión Europea de los 28, que para el segundo trimestre quedó en 0,4%. También esta tasa es menor que la del trimestre anterior (0,5%) para la Unión de los 28. Lo mismo sucede con la Eurozona, cuyo crecimiento se situó en 0,3%, la mitad que el trimestre anterior (0,6%).

Por países, Reino Unido y Bélgica mejoraron sus tasas respecto al trimestre anterior, no así Alemania, Francia e Italia.

La demanda interna tira del PIB, pero menos

Lo cierto es que la aportación de la demanda nacional ha disminuido, pero ha sido paliada en parte por una mayor contribución de la demanda externa. Analizando el crecimiento anual del PIB español en el segundo trimestre de 2016 desde la óptica del gasto, se observa una contribución menor de la demanda nacional (3,0 puntos frente a 3,8 del trimestre anterior) y una aportación mayor de la demanda externa (0,2 puntos frente a –0,4).

Demanda nacional

Los dos principales componentes de la demanda nacional (consumo e inversión) desaceleraron sus tasas interanuales respecto al trimestre anterior.

En concreto, el consumo de los hogares creció un 3,6% interanual en el segundo trimestre, el consumo de las instituciones sin fines de lucro avanzó un 1,5% y el gasto de las Administraciones Públicas creció hasta el 0,1%.

Por su lado, la inversión registró un crecimiento interanual del 4%. En construcción, moderó su avance interanual un punto, hasta el 2,1%, mientras que la inversión en bienes de equipo se incrementó un 7,8%, en contraste con el aumento del 9,3% registrado en el trimestre anterior.

Exportaciones

En el segundo trimestre, la contribución de la demanda exterior neta al PIB fue de cuatro décimas, en contraste con las dos décimas que restó al crecimiento de la economía en el primer trimestre. Esto fue consecuencia del buen comportamiento de las exportaciones, que aceleraron tres puntos su crecimiento interanual, desde el 3,8% al 6,8%, mientras que las importaciones ampliaron 1,2 puntos su avance interanual, hasta el 6,6%.

La oferta de industria, agricultura y construcción empeoró su comportamiento, mientras que los servicios crecieron un 3,6% respecto al primer trimestre.

Por contra, la agricultura empeoró dos puntos su tasa interanual, hasta el 3,5%; la industria recortó la suya una décima, hasta el 2,6%, y la construcción moderó su crecimiento interanual seis décimas, hasta el 2,2%.

El avance del empleo se modera

A pesar de que hay 484.000 ocupados más en lo que va de año, el empleo en el segundo trimestre creció un 0,6%, 3 décimas menos que en el primero.

En el segundo trimestre, la ocupación en los servicios desaceleró una décima su crecimiento interanual, hasta el 3,3%; la agricultura recortó más de tres puntos su tasa interanual, hasta el 2,1%, y la industria empeoró ocho décimas su tasa interanual, hasta el 1,6%. Por el contrario, la construcción aceleró dos décimas el avance de puestos de trabajo, hasta el 1,1%.

Remuneración por asalariado

El empleo asalariado, por su parte, creció un 3,2% interanual en el segundo trimestre, tres décimas menos que en el trimestre anterior.

Con todo, la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente subió tres décimas, hasta el 0,4%, mientras que el crecimiento de la productividad aparente por hora efectivamente trabajada mejoró dos décimas, hasta el 0,3%.

En este contexto, la remuneración de los asalariados pasó del 3,4% al 4% por la desaceleración del número de asalariados (del 3,5% al 3,2%) y por el aumento en nueve décimas de la remuneración media por asalariado (del -0,1% al 0,8%). Así, el crecimiento del coste laboral por unidad de producto (CLU) se situó en el 0,4%, una décima menos que la variación experimentada por el deflactor implícito de la economía (0,5%).

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