60 años de tradición

Ciudadanos y autoridades han repetido hoy en la Concha de El Espolón, sesenta años después, la estampa típica que eleva a institucional el inicio de la vendimia con la ofrenda del primer mosto a la Virgen de Valvanera.

De la mano del presidente del Gobierno de La Rioja, Jose Ignacio Ceniceros, que por segundo año ha tomado protagonismo en el acto más solemne de las Fiestas de la Vendimia Riojana y San Mateo, y de los vendimiadores, Leire Calvo y Jesús Javier González, el liquido ha salido del tinanco para ser bendecido.

Fruto de uvas de toda La Rioja, aportadas por las reinas de las cabeceras, los danzantes y niños de los 36 colegios de Logroño, el primer mosto ha sido bendecido por el Obispo de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño, Carlos Escribano, quien se estrenaba, con ciertos nervios, en este acto.

Las uvas se han convertido en mosto gracias al trabajo artesano de los pies descalzos de Diego Muñoz Urdiales y Antonio Tobalina Urdiales, nietos de los hermanos Urdiales (Francisco y Antonio), quienes se convirtieron en una institución en este acto hasta su retirada.

Frente a la Concha del Espolón, han observado sentados las intervenciones alcaldes, concejales, diputados, consejeros... Un nutrido grupo de representantes de las instituciones. Tras las vallas y de pie el público que, bajo un sol a ratos excesivo, no perdía detalle.

La música también ha sido protagonista, en concreto, la melodía creada por el maestro Elisedo Pinedo, Rioja, interpretada al comienzo del acto por los Gaiteros de Albelda, cuando han llegado las autoridades; y, también, por la Agrupación Musical de Logroño mientras se machacaban las uvas.

Tras escuchar los himnos de Logroño y La Rioja, interpretados por la Agrupación Municipal de Logroño, ha llegado el broche final con el Grupo de Danzas de Logroño.

ESTADO EXCELENTE DE UVAS

El acto de hoy se encuentra inmerso en plena vendimia y la Consejería de Agricultura ya ha indicado, en la Hoja de Precios, que “la lluvia caída esta semana ha sido bien recibida en los viñedos, para ultimar la maduración de una uva que se prevé excelente y con un óptimo estado sanitario”.

Añade que, por ahora, “son los blancos los que ocupan la vendimia, que poco a poco va ascendiendo por el valle”.