Pis en las piscinas: mito o realidad

Por mucho que nos lo hayan contado desde pequeños, nadie ha visto que la piscina haya cambiado de color cuando el agua entra en contacto con la orina. Esto sólo indica que es un mito, no que la gente no haga pis. Así se demuestra gracias a un test que ha creado un grupo de científicos de la Universidad de Alberta, en Canadá, que determina de forma aproximada, cuanta orina hay en el agua. Lo hace midiendo la concentración de un edulcorante artificial muy común en alimentos procesados y que se expulsa cuando orinamos.

El resultado del estudio elaborado durante tres semanas en dos piscinas públicas determinó que los usuarios habían vertido 75 litros de orina en una piscina grande de 830.000 litros. En la otra, con la mitad de capacidad, se detectaron 30 litros de orina. Estos datos evidencian que la presencia es habitual.

El dato se confirmó al analizar 29 instalaciones públicas más. En concreto, los jacuzzis son los más “perjudicados” con tasas hasta tres veces superiores que las piscinas. La orina, en contacto con el cloro, puede producir irritaciones respiratorias o en los ojos.

El propio Michael Phelp admitió en una entrevista del Wall Street Journal que es una práctica normal que los nadadores profesionales hacer pis en las piscinas. Una encuesta de The Guardian apuntó que un 19% de los adultos estadounidenses reconocía orinar en la piscina.