La calle Mayor se queda sin zapatero

La calle Mayor se queda sin zapatero

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Ha sido lugar de trabajo durante más de 20 años. Marcos es zapatero y, desde hace dos décadas, atiende a sus clientes en el número 92 de la calle Mayor de Logroño pero el próximo 2 de mayo, echará el cierre. Con este, la calle se queda huérfana de negocios distintos a los bares porque “hace poco que también se ha traspasado la panadería y no sé si continuarán con el negocio”.

Veinte años dan para mucho, tiempo durante el que Castro ha sido testigo de la muerte paulatina del Casco Antiguo de Logroño. Me da igual el color político, asevera, “el Ayuntamiento está dejando morir esta zona”. Con nostalgia recuerda “el movimiento que había hace años por aquí”. Los negocios eran de lo más variado, “había tiendas de todo tipo, de zapatos, muebles, comestibles, gente que reparaba electrodomésticos, fontaneros, peluqueros...” ahora sin embargo solo quedan bares “y tampoco muchos porque muchos de ellos se están traspasando”.

Y es que el tránsito de personas por esta zona es demasiado escaso. “Hay días que no pasa nadie por la calle y en invierno el panorama es mucho más desolador”.Una situación de la que culpa directamente al Ayuntamiento de Logroño.

Se han olvidado de esta zona de Logroño”. Y de ello culpa a todos los partidos políticos que, durante estos años, han dirigido el Ayuntamiento de Logroño. “No ha habido apoyo ninguno, ni siquiera se han dignado a reunirse con nosotros cuando veían como poco a poco los negocios iban cerrando”. Las administraciones, critica, “se dedican a gastarse miles de millones de euros en grandes obras que, como el Centro de la Cultura del Rioja, ahora están cerradas y no han servido para dinamizar la zona”.

Por esta razón, pide a los dirigentes políticos “un poquito de atención para el corazón de Logroño que se está muriendo”. Hay rumores de que una de las tiendas de la cadena Inditex se va a trasladar al Paseo de las 100 Tiendas. “No estoy diciendo que traigan uno de esos establecimientos a esta zona, lo que pido es que se incentive de alguna manera que, personas que estén pensando en iniciar un negocio nuevo, se vengan a esta zona, hacer atractivo el Casco Antiguo de Logroño para los nuevos emprendedores”. Es la única forma de revitalizar el corazón de Logroño, sentencia.

Tengo 50 años, confiesa. “Es ahora o nunca”. Y, aunque le da pena abandonar la que ha sido su zona, afronta esta nueva etapa con ilusión. “Me traslado a la calle Murrieta número 43, al lado de los juzgados”. Una zona por la que dice “pasa mucha gente” aunque lo importante también es que “entren a comprar en los establecimientos porque por la calle Portales de Logroño también pasea gente pero no entran a comprar en las tiendas”.

Una nueva era, una nueva etapa en la que, seguro echará de menos, “las relaciones tan cercanas que había antes”. “Hace años, ni siquiera cerraba la tienda cuando iba a hacer un recado o a tomarme un café y, nunca he tenido ningún problema”. De hecho, “los vecinos me consideraban uno más y, cuando no estaba en el taller, sabían donde encontrarme”. Si era la hora del café, “sabían que estaría en el Moderno o en el Noche y Día”.

De hecho, “gracias a la ayuda de Julio, del Café Noche y Día de Portales, me puedo trasladar a Murrieta. Y eso que en el local de la calle Mayor no pago alquiler, si no, no hubiera aguantado tanto tiempo”, concluye.

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