Vuelta a la calma

Vuelta a la calma

Rioja2

0

Vuelta a la calma. El 34-27 final indica que el bache del Naturhouse estaba en las cabezas de los jugadores. Ante Anaitasuna se brilló en defensa, se recuperó a un equipo franjivino reconocible. Quizá eso era lo que hacía falta, que regresara la normalidad. Porque se puede ganar, empatar o perder, pero lo que no se podía era arrastrarse sobre la pista, dejarse ir y carecer de actitud colectiva. En el Palacio ante un millar de presentes y contra un rival físico y duro como el conjunto navarro, los hombres de JotaGonzález se fajaron en defensa, mostraron un nivel alto en esa parcela para ir solventando las dudas que fueron surgiendo en el partido.

Porque las hubo. Sobre todo con el 24-25, minuto 46, cuando previamente el Naturhouse había gozado de cinco goles de diferencia: 19-14 y 20-15. Los empates a domicilio en Cuenca y Benidorm, así como las derrota ante Puente Genil y Valladolid podían pesar. Sin embargo, con 26-25 salió Aginagalde para detener un siete metros a Nadoveza. Fue la única labor del capitán franjivino. Suficiente para llenar de confianza a los suyos. Dio igual que acto seguido Rocas fallara un penalti ante Hernández –brillante en la segunda mitad- porque nada iba a evitar la victoria de los riojanos. Un parcial demoledor de 5-0 tras las tablas a 26 resultó letal para noquear a un Anaitasuna que acusó el esfuerzo realizado y acabó buscando el ataque con siete en un minuto final que le salió rana, ya que encajó dos tantos a puerta vacía.

En el comienzo del encuentro no hubo muchos sobresaltos: 2-1, 3-4, 5-5. Con el 6-8, tras un gol de Gastón, parecía que las alarmas podían saltar en el bando local. Langaro, con dos obuses, se encargó de equilibrar la contienda, mientras que Ángel Fernández hacía el 9-8. Juantxo Apezetxea movía sus piezas mediado el primer tiempo en aras de refrescar las ideas y las fuerzas de los suyos. Los riojanos no estaban muy finos en ataque y la efectividad de Rocas desde los 7 metros, cinco penaltis al descanso, unido a Langaro y Ángel Fernández permitían la alegría de la grada.

Jota, incluso, jugaba con siete hombres cuando Anaitasuna se quedaba en inferioridad. Era evidente que no quería que le ocurriera como contra el Valladolid, cuando cada superioridad por exclusión del rival era un suplicio. Cierto que tampoco se ganaban con brillantez, pero se jugaba bien aunque al final no se finalizara. Quizá no pasó a mayores porque Vigo culminaba una serie de cuatro goles en 30 segundos entre los dos equipos. Tanta rapidez le vino bien al conjunto riojano que desatascaba el duelo con el 14-12 a los 20 minutos.

Nordlander dejaba paso a Hernández, que evitaba males mayores para los suyos cuando con 17-14paraba dos contras a Ángel Fernández y Miguel Sánchez-Migallón. Pese al supuesto revés que significaba, el Naturhouse apretó en defensa para que Rocas y Langaro estiraran la ventaja al 19-14, que se quedó en cuatro abajo al descanso cuando Jiménez marcó casi sobre la bocina.

Empezaba la segunda mitad con un Anaitasuna más necesitado, que trató de meter algo de mayor presencia física en sus acciones. Oswaldo organizaba a los suyos, mientras que Nodaveza, Bazán provocaban que los navarros creyesen en el partido. El primer aviso de que los visitanets iban en serio vinocuando Kappelin detuvo una contra a Dias Mota. Esa acción supuso una transición y el tanto de Ángel Fernández. Si a ello se le suma un ataque neutralizado por el meta sueco y una acción culminada por Miguel Sánchez-Migallón, el panorama era tranquilizados en el minuto 39, 23-19.

Pero Oswaldo y Dias Mota no estaban por la labor de poner una alfombra roja a sus oponentes. Así que ambos lideraron una nueva reacción navarra. La falta de acierto del ataque local –Montoro falló varios tiros seguidos- dieron vida a un Anaitasuna que empataba a 24 en el minuto 45 con una gran jugada que finiquitó Dias Mota. Hasta, Bazán dio la voltereta.

Los fantasmas estaban ahí. Anaitasuna quería hacer sangre y lo buscó con una defensa solidaria y aguerrida. Pero esta vez el Naturhouse mantuvo el tipo. Pese a los errores en ataque, mantuvo la línea de trabajo en la parcela defensiva. Aginagalde se quitaba al chándal, con 26-25, para detenerle un penalti a Nadoveza. Fue mucho más, fue un empujón. Hernández hacía lo propio con Rocas, pero la cabeza de los franjivinos estaba lúcida. Por eso con el empate a 26 llegaron 5 minutos brillantes en los que se sentenció el choque.

Un parcial de 5-0 que despejaba las incógnitas. Restaban tres minutos y el 31-26 obligaba a un esfuerzo extra a los navarros. Se la jugaron y buscaron ataques sin portero. La consecuencia fueron dos goles a puerta vacía de un conjunto franjvino que recupera parte de su identidad y que confía en olvidar ese bache mental y deportivo que tanta factura ha dejado. Jota demostró que quiere seriedad hasta la conclusión, volvió a repartir minutos en el lateral diestro –Luisfe, Montoro y Garciandia-, mientras que Peciña y Muñoz vieron el partido sentados. Kukic, de no ser por un golpe que se llevó Vigo, también.

FICHA TÉCNICA

Naturhouse La Rioja: Kappelin (p), Rocas (8, 5p), Luisfe (1), Vigo (4), Javi García (2), Langaro (6) y Ángel Fernández (8, 1p), siete inicial, Molina, Garabaya (2), Montoro (1), Miguel Sánchez-Migallón (2), Kukic, Garciandia y Aginagalde (p).

Helveita Anaitasuna: Nordlander (p), Gastón (1), Oswaldo (7), Dias Mota (3), Bazán (4), Nadoveza (4, 1p) y Chocarro (3), siete inicial, Balenciaga (2), Agirrezabalaga (1), Jiménez (1), Kisselev, Ceretta (1), Goñi, Etxeberría y Hernández (p).

Parciales cada 5 minutos: 2-3, 5-6, 9-9, 12-11, 16-13, 19-15 (descanso); 21-18, 23-19, 24-23, 26-25, 29-26 y 34-27 (final).

Árbitros: Jesús Álvarez Menéndez y José Carlos Friera Cavada. Excluyeron al local Molina (min. 31), y a los visitantes Dias Mota (min. 12), Ceretta (min. 20), Kisselev (min. 23), Chocarro (min. 35) y Nadoveza (min. 43)

Incidencias: 1.100 espectadores en el Palacio de los Deportes de Logroño.

Etiquetas
stats