El último viaje

No se trata de un bar más. Sus paredes están decoradas con objetos de todo el mundo que los clientes han ido aportando, su carta ofrece todo tipo de cervezas, cócteles, cafés, batidos o infusiones y durante años ha acogido los más diversos espectáculos, desde conciertos, hasta teatro, monólogos o exposiciones de fotografías. El cierre de El Viajero Café deja, sin duda, un vacío en el panorama hostelero logroñés. Sin embargo, la situación es, para su dueño, Nuno Miguel Alves, “insostenible”.

No ha sido fácil tomar la decisión de echar la persiana. “Empecé como camarero con 20 años,, desde el principio, y ahora ya tengo 36. Me he criado aquí, he hecho amigos...un bar es como una familia”. Son casi 17 años de actividad, cuatro de los cuales como propietario, que finalizarán el próximo 28 de mayo.

¿Por qué ha tomado esta decisión? El detonante ha sido la prohibición de acoger espectáculos musicales desde 2014. Hasta entonces, explica Alves, siempre había organizado conciertos y espectáculos de todo tipo sin haber recibido ninguna queja, pero una denuncia anónima dio al traste con esta programación. El Ayuntamiento no les sancionó, pero les advirtió de que no cumplían la normativa específica para este tipo de eventos y les prohibió volver a organizarlos.

“Cuando yo cogí el bar, en 2013, contaba con unos ingresos que ya no tengo, porque la gente dejó de venir. Si te quitan las herramientas de trabajo y no tienes presupuesto para solucionar el problema, es inviable continuar”, lamenta Alves, quien detalla que, para poder organizar conciertos, debería poner doble puerta, insonorizarlo y, en definitiva, “tirar el bar entero y hacerlo nuevo”.

Desde Facebook ya ha querido agradecer a su clientela su “confianza y buen gusto por el buen hacer y por todos esos momentos que hemos pasado juntos durante todos estos años” y les ha invitado a “pasar una última vez por este local”. El Viajero se despedirá, a lo grande, con varios actos del Frikoño, en lo que será su último viaje.