“El piojo está en peligro de extinción”

"El piojo está en peligro de extinción"

Rioja2

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Si tienes hijos, es probable que en algún momento te hayas encontrado con la desagradable sorpresa de encontrar piojos en su pelo, pero ¿hay este año más que antes? Lo cierto es que, aunque tengamos la sensación de que hay epidemia, “ahora no hay ni más ni menos. De hecho, el piojo está en peligro de extinción, debido a que cada vez hay más higiene y medios más eficientes”, asegura el biólogo consultado por Rioja2 Luis Martínez-Zaporta.

Martínez-Zaporta ha explicado que no hay una razón física para que las víctimas de este parásito suelan ser niños, tan sólo que “en los colegios hay una gran concentración de chavales, están más juntos y la transmisión es más rápida”. En cualquier caso, es importante subrayar que el piojo no transmite enfermedades.

¿Qué hacer para eliminarlos? Ante todo, los expertos recomiendan usar un producto antipiojos y tener cuidado con remedios caseros como lavar el pelo con vinagre, porque sólo sirve para eliminar la capa de protección de los huevos, pero no mata los ejemplares adultos.

¿Y SI ME ENCUENTRO UNA GARRAPATA?

Además, con la llegada de la primavera, los parásitos empiezan a salir de su letargo, nosotros salimos más al campo...y aumentan las posibilidades de sufrir la picadura de una garrapata. Sin embargo, lo habitual es que este contratiempo no suponga un riesgo para la salud.

Como en el caso de los piojos, Martínez-Zaporta ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad: “no hay ni más ni menos garrapatas ahora que hace unos años, aunque por esta época siempre hay más alarmismo”. Además, en España, la probabilidad de desarrollar enfermedades tras la picadura de este parásito es muy baja y éstas, tratadas a tiempo, tienen fácil cura.

Aun así, en nuestro país hay registradas unos 20 tipos de garrapatas que pueden transmitir hasta 50 enfermedades, según El Mundo. La enfermedad de Lyme, causada por garrapatas del género lxodes, es una de ellas y en La Rioja tiene una de las tasas de prevalencia más altas de España, 9,8 por cada 100.000 habitantes, frente a la media de 2 casos por cada 100.000.

Aunque la posibilidad de que una picadura dé problemas por infectarse es baja, toda precaución es poca. El Gobierno de La Rioja editó el año pasado unos folletos explicativos, en colaboración con Madreselva. Guías de naturaleza y educación ambiental, con una serie de recomendaciones para evitar su “ataque”.

Entre ellas, se aconseja ir al campo con pantalón largo y metido dentro de los calcetines, evitar pasar por zonas con hierbas altas, caminar por el centro de los senderos y, al llegar a casa, revisar toda la ropa y el cuerpo, poniendo especial atención en las zonas donde la piel es más fina, tiene mayor flujo sanguíneo o forma pliegues, como las ingles, las axilas, la cabeza, los codos, las rodillas o la parte posterior de las orejas.

Si, durante esta revisión, se encuentra una garrapata, hay que extraerla si se sabe cómo. La correcta extracción sería con unas pinzas finas de puntas redondeadas, sujetando el parásito por la cabeza, lo más cerca posible de la piel, y tirar hacia arriba con una tensión constante hasta sacarla. Hay que comprobar que no se haya quedado alguna parte de la garrapata en la piel. El cuerpo la expulsará, pero si se advierten complicaciones, hay que acudir al médico.

En ningún caso deben utilizarse métodos populares como la extracción manual, aceite, vaselina, cigarrillos encendidos o hielo y, si no se sabe cómo hacerlo, se debe acudir a un centro de salud.

Los folletos de la Consejería de Medio Ambiente también informan sobre los trombicúlidos, también conocidos como “ácaros de la cosecha” o “ácaros rojos”. Son más pequeños que la garrapata y, a diferencia de ésta, su picadura produce un intenso picor y una irritación cutánea. Lo más importante es evitar rascarse, ya que se pueden producir heridas que, a su vez, podrían infectarse. Se aconseja aplicar baños de avena, coloidal, hielo, corticoides o antihistamínicos bajo prescripción médica.

En La Rioja, estos ácaros se han observado sobre la vegetación baja de áreas boscosas de la montaña Ibérica (Alto Najerilla y sierras de Cebollera, Los Cameros y de La Hez). Pueden encontrarse desde agosto hasta noviembre al realizar actividades de recolección de setas, senderismo, pastoreo o actividades forestales.

De todos modos, como subraya el biólogo, todos los organismos son necesarios, incluso algunos tan desagradables como los piojos o las garrapatas, ya que “cumplen una labor ecológica: transmiten virus, crean resistencias y contribuyen a la selección de individuos”.

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