“Este año no hay más víboras que antes”

"Este año no hay más víboras que antes"

Rioja2

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La mordedura de una víbora a un niño este fin de semana en las Viniegras ha levantado las alarmas, pero lo cierto es que este año no hay más víboras que antes y estas no constituyen una plaga. Así lo ha explicado a Rioja2 el biólogo Luis Martínez-Zaporta, quien ha recordado que estos ejemplares, como todos las especies silvestres, están protegidos, y no se les puede “matar, dañar, molestar o inquietar”.

Sin embargo, es posible que estos días en un paseo por el monte se haya encontrado con una de estas serpientes. Esto no significa que haya una plaga, sino que, con las altas temperaturas, las vemos más. “Son animales nocturnos, pero con el calor salen más por la mañana y por la noche, durante las horas más frescas, y coinciden más con las horas de actividad de los humanos”.

Además, la víbora es una especie que sólo aparece a partir de 1.000 metros de altitud. De hecho, es ahí donde podemos encontrar las dos especies presentes en La Rioja: la víbora áspid, presente en zonas de montaña, y la víbora hocicuda, que puede hallarse en las cuencas altas de los ríos Cidacos y Alhama.

En el valle, por el contrario, lo que prolifera son las culebras, contra las que las víboras no pueden competir. Para distinguirlas, Martínez-Zaporta explica que debemos fijarnos en la pupila del ojo. Las víboras la tienen vertical y las culebras redonda. Además, las escamas de la cabeza en las víboras son pequeñas, como en el resto del cuerpo, mientras que las culebras tienen grandes placas como las de los lagartos.

Ambas son vitales para el funcionamiento de los ecosistemas, ya que ayudan a controlar las poblaciones de roedores, como los topillos, que sí son un problema para la huerta.

CÓMO ACTUAR ANTE UNA MORDEDURA

Su peligrosidad es mínima, pero aún así, en caso de ser mordido por una víbora, lo recomendable es, sobre todo, mantener la calma. Los casos fatales suponen menos del 1% y no se ha registrado ninguno en La Rioja en los últimos 10 años. Además, dispone de 24 horas desde la mordedura para ser atendido con éxito en un centro de salud.

Se aconseja también esperar con calma los primeros síntomas. Las víboras muchas veces dan mordiscos de aviso, en los que no inoculan veneno. Si en media hora no se percibe dolor o inflamación, es muy posible que no haya sido envenenado. También hay que retirar anillos, relojes, pulseras, zapatos o cualquier otro objeto que pueda presionar la extremidad en caso de inflamación y bajo ningún concepto realizar cortes o succiones sobre la herida, ya que aumenta el riesgo de infección. Después, hay que dirigirse sin prisa pero sin pausa a un centro de salud o llamar al 112.

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