¿Sabrías decir a qué sabe un vino tatuado a fuego?

La artista Mery Raijin ha pasado la mañana tatuando a fuego una barrica en Haro. Como suena. ¿Sorprendido? Pues ahí no acaba las cosas. Resulta que una vez concluida la labor, la barrica, junto a sus cinco barricas hermanas, han sido rellenadas con un vino especialmente seleccionado para la ocasión. No se tiene noticia alguna de otro vino que envejezca en barricas tatuadas a fuego. Tampoco a tinta.

Se tata de una iniciativa de Viña Pomal, buque insignia de Bodegas Bilbaínas, localizadas en el Barrio de la Estación de Haro. Ocurre que, en esta bodega, llevan muy a gala los valores que, dicen, caracterizan a sus vinos: compromiso, origen, tradición y tierra. Y, un buen día, decidieron grabarlos a fuego sobre barricas. Lo explica el enólogo Alejandro López: “estos valores son parte de nuestra identidad y queremos marcarnos estos conceptos a fuego. No se nos ocurrió mejor manera de hacerlo que mediante el arte del tatuaje y en nuestra piel, las barricas”.

Este fue el inicio de un singularísimo periplo protagonizado por tatuadores de prestigio nacional e internacional que ha recorrido varias ciudades españolas. ¿La misión? Tatuar barricas. Una por artista. Madrid acogió el primer evento, que contó con la participación de los artistas Megan Massacre, Jack T. Newton y El Bueno. El segundo tuvo lugar en Bilbao con el artista Moay y el tercero, en Barcelona con Bufonetty.

El cuarto y último evento se ha celebrará esta mañana en Haro de la mano de Mery Raijin. Ella ha sido la encargada de tatuar o, para ser más exactos de pirografiar, la sexta y última barrica de roble.

Las seis barricas tatuadas, una vez concluido el trabajo de la artista, han sido expuestas y, allí mismo, se ha vertido en ellas un vino especialmente seleccionado para la ocasión. El resultado será una edición limitada muy especial, que será denominada Viña Pomal Compromiso, y verá la luz a finales de año. La pregunta es la siguiente: ¿sabrían decir a qué sabe un vino tatuado a fuego?