La Rioja, la Andalucía del norte

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El programa de Canal Sur Televisión 'Andaluces por España' ha hecho parada este lunes en Logroño, una ciudad situada a orillas del río Ebro y que se encuentra rodeada de los viñedos que dan origen al afamado vino de Rioja, como ha informado la RTVA.

Se calcula que en La Rioja viven actualmente 4.000 andaluces, la misma población que tienen los pueblos de Villanueva del Rosario en Málaga, Montalbán en Córdoba o Minas de Riotinto en Huelva. Hace ya unos años, el cantaor sevillano, José Menese, bautizaba a la región --en pleno concierto en Logroño-- como “la Andalucía del Norte”. Una comparación que viene de atrás y está presente en la literatura de viajes desde hace dos siglos. Será por eso que para los andaluces que viven aquí les ha sido más fácil adaptarse, aunque no hay un día que no se acuerden de su tierra.

ANDALUCES EN LOGROÑO

Paco Chamizo llegó a Logroño con 26 años, después de formarse en la Escuela de Jerez de Flamenco. Antes de marcharse a la capital riojana, tenía su escuela en Arcos y un grupo flamenco con el que bailaba por toda la provincia de Cádiz. Un buen día decidió dejar su pueblo y marchar a Logroño, donde tenía algunos amigos.

Actualmente, Chamizo tiene su propia academia de baile en la ciudad y se ha casado con una riojana, Yolanda, una enamorada de Andalucía. Se siente feliz en esta ciudad en la que ya lleva más de media vida. Su academia es una embajada de Andalucía en Logroño, y entre sus alumnas hay algunas andaluzas, pero sobre todo riojanas, a las que Paco les transmite cada día su amor a Andalucía. Tanto es así que en 2007 recibió la medalla de su pueblo como Embajador de Arcos en La Rioja.

Por otro lado, y a pesar de su juventud -21 años-, Amelia Portero es todo un ejemplo de lucha y superación. Empezó a jugar al voleibol cuando era una niña, donde pasó a formar parte de la cantera del Unicaja de Almería, y con tan sólo 15 años dejó su ciudad natal, Almería, para ir al centro de alto rendimiento de Soria, donde vivió tres años. Desde hace cuatro años es jugadora del Naturhouse Voleibol Femenino de La Rioja, y entre su palmarés destaca el título de campeona del mundo de la Competición Escolar. Igualmente, es la única andaluza de la Selección Española de Voleibol. Amelia estudia, además, Enfermería en la Universidad de La Rioja, su otra vocación. Estudios que compagina con sus seis horas de entrenamiento diarios. El programa acompañará a Amelia en un día de su vida, que acabará con partido y victoria final.

Juan Antonio Martínez Berbel es de Albolote (Granada), y lleva 14 años en Logroño. Es profesor de la Universidad de La Rioja, actualmente vicerrector de Profesorado, y su historia es la de un auténtico trotamundos. Después de trabajar en la Universidad de Granada como profesor de Literatura decidió viajar por el mundo (Holanda, Estados Unidos, Italia). Luego regresó a España, Madrid, y de casualidad llegó a Logroño, donde dice haber encontrado la ciudad perfecta para vivir en familia.

Martínez está casado con una madrileña de ascendencia asturiana y tienen dos hijos, de once y nueve años. Tiene en Granada a toda su familia, y con él el programa comprueba cómo hace para no perder el contacto con ellos. Las nuevas tecnologías y su pasión por los juegos de mesa han hecho que su familia granadina esté más cerca de ellos.

Por su parte, José Juan Sánchez Carrillo es de Rute (Córdoba), y lleva diez años en Logroño, donde es más conocido por su mote 'Pan', que le pusieron siendo un niño cuando su padre regentaba una panadería en su pueblo. Estudió Biología en Granada y trabajó como técnico de sonido en conciertos. Nunca pensó que acabaría viviendo en La Rioja, pero su pasión por el vino le llevó a hacer un curso de Enología y de ahí a trabajar en una bodega de La Rioja. Su abuelo criaba fino en una cochera en la zona de Montilla, así que cuenta que “el olor a vino siempre lo he tenido en la memoria”.

Finalmente, María Asunción Armero es de Campillos (Málaga), y lleva 45 años en Logroño, donde llegó por amor. Conoció a Gregorio siendo una niña cuando él estudiaba interno en un colegio en la citada localidad malagueña. Se escribían cartas y se veían una vez al año hasta que con 25 años se casaron sin casi apenas haberse visto. Lo suyo fue un amor a primera vista. Desde entonces vivieron en muchos puntos de España por el trabajo de Gregorio, aunque finalmente se instalaron en Logroño, donde tuvieron a sus tres hijos.

Dos de ellos son diabéticos, y Mari y Gregorio han luchado toda su vida para que sus hijos superaran la enfermedad, que hace 40 años no estaba tan controlada como ahora. La pareja es socia de la Casa de Andalucía de Logroño, y en el programa se dará a conocer la historia de otros andaluces que acuden este centro para seguir manteniendo el vínculo con la tierra que les vio nacer.

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