Un cuento de Navidad: Papá Noel en Nochebuena, el resto del año vive en la calle

Rioja2

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Domingo, 24 de diciembre de 2017.

Un solitario Papá Noel cargado con una enorme bolsa roja recorría calles y plazas saludando a los niños. Hablaba con todos y cada uno de ellos y permitía que sus padres le hicieran fotos con el móvil. Les preguntaba qué tal estaban, qué habían pedido en su carta y les ofrecía un puñado caramelos de colores que llevaba guardados en el zurrón.

Su familia vive en Checoslovaquia. Con ellos sigue manteniendo el contacto a través del teléfono. Ese día de Nochebuena fue Papá Noel. Estuvo contratado por una empresa para animar las calles y un centro comercial donde arrancó las sonrisas e ilusiones de los niños y, también, de sus padres.

La experiencia le ha hecho acordarse de los suyos. “Ese domingo disfruté mucho, me gustan mucho los niños y cuando estaba con ellos no pude evitar acordarme de mis sobrinas”. Al terminar el día, “solo perdí la voz y pasé mucho calor”. Sin embargo, en la calle hacía frío, mucho frío.

Los ojos de Papá Noel chispeaban de felicidad por haber encontrado un trabajo aunque solo fuera por una mañana. Transmitía cariño, agradecimiento y dulzura a todos los que se le acercaban. Estaba feliz de poder ser útil y dedicar su tiempo a los demás. Pero...

¿Cómo se convirtió en Papá Noel?

Por hacerle un favor a un amigo que, a última hora, no pudo aceptar el trabajo. Durante todo el día, más de 200 niños se sentaron en sus rodillas susurrándole al oído sus deseos. “Hubo muchísimos niños y me pedían cosas que yo ya ni conozco...”. Entre esos deseos había artículos de deporte, muñecos y, cómo no, alguna que otra play station...

El día 24 se acabó y Papá Noel volvió a su vida normal. Una vida que transcurre en la puerta de un supermercado en La Rioja Baja porque es así como se gana la vida ahora.

Soy de Checoslovaquia y llegué a España hace unos 14 años”. Vive en La Rioja desde hace unos 9 años y confiesa que le gusta. “No soy de ciudades grandes” aunque Valencia ocupa un lugar privilegiado en su corazón y, de hecho, “algún día me gustaría volver”.

¿Por qué vino a nuestro país? Es una larga historia que, por el momento no está dispuesto a contar. Y, aunque reconoce que la calle es dura, “tengo buenos amigos con los que voy pasando la vida, también junto a mi perro”.

Una vida que, ahora mismo ve pasar a las puertas de un supermercado. “Me levanto, me tomo un café y me voy al supermercado”. Allí, dice que la gente le trata bien y que le ayuda. Así pasa los días... “He trabajado en muchísimas cosas: he sido camarero, albañil, he trabajado en el campo... he hecho un poco de todo”.

Y, ¿qué le pide un ayudante de Papá Noel a Papá Noel?

¡Salud! Es su respuesta tajante. “Al 2018 le pido salud y si puedo encontrar un trabajo...”. Aunque en su lista de deseos también está “arreglar cosas personales” que tampoco ha querido desvelar, por miedo, quizás, a que no se cumplan sus deseos.

Nuestro amigo volverá a rodearse de niños este 3 de enero para ayudar a Sus Majestades los Reyes Magos. Se olvidará otra vez de su día a día, convirtiéndose, esta vez, en el paje del Rey Baltasar.

Después... Volverá con su perro, su más fiel amigo... Se tomará un café y se apostará a la entrada del supermercado. Estas Navidades ha hecho felices a muchos niños, a muchos padres... Ha sido el protagonista de un cuento de Navidad tan real como la vida misma, al menos, durante un par de días.

Amigo checoslovaco... Gracias por contarnos tu historia. Te deseamos un Muy Feliz Año Nuevo.

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