El líder pone a prueba el gran momento del Clavijo

El líder pone a prueba el gran momento del Clavijo

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Si hay alguna manera de superar al líder es ahora. El viernes. En el Palacio de los Deportes. Desde las 20.45. Luego dos horas, algo menos quizá, por delante para saber si este Clavijo, el nuevo, el de las últimas 6 jornadas, es capaz de vencer a un Café Candelas Breogán que atisba la ACB en el horizonte, pero que debe confirmar esa primera posición para gozar de oportunidades y, al menos, merecerlo deportivamente –luego, como siempre, el tema económico decidirá-.

Los lucenses van lanzados. Han estado firmes mandando en LEB Oro, pero sus dos últimas salidas se han saldado con derrotas: Iberostar Palma (80-70) y Manresa (90-78). Buenas perspectivas para los riojanos ya que los de Natxo Lekcano son terrenales. De hecho, acumulan sólo 6 derrotas esta campaña, pero 5 han sido lejos de su feudo –Araberri, Ourense y Huesca también saben lo es tumbar al líder-. Por algo será. Además, enfrente estará el mejor Clavijo del curso. El más intenso, el más concentrado en labores defensivas, el más aguerrido debajo de su tablero, el más solidario en las ayudas, incluso el más decisivo si tiene el día en ataque –que se lo digan a Huesca que encajó 32 puntos en los últimos 10 minutos del partido-.

También el más ganador, puesto que ha firmado 5 victorias en las últimas 6 jornadas. Gracias a esa dinámica mira con optimismo las cuatro finales que aún le quedan por delante, de las cuales tres de ellas serán ante su afición. Otro aliciente. Los nuevos roles están cristalinos. Ya no se regalan minutos, ni siquiera segundos. Una rotación de 8 jugadores. Un quinteto afianzado e incorporaciones desde el banquillo con peso. Bieshaar realiza el trabajo oscuro, Phillip alterna brillantes actuaciones con otras menos importantes, mientras que Carlos Martínez, desde su reaparición tras su lesión de tobillo, ayuda en todo lo que puede y el ejemplo es que a lo largo de esta semana por ir a coger un rebote ofensivo sufrió un aparatoso corte.

Quintela, Coggins –ha mejorado su acierto-, Cabot, Adala Moto y Yates tienen, de partida, la confianza del cuerpo técnico. Y todos responden con creces. Saben que van a estar muchos minutos en pista y eso se nota porque no tienen miedo a fallar. Si acusa porque se olvidan de la acción anterior y se centran en lo que va a venir. Se vive el presente sin mirar atrás. Esto ha provocado que los números de los riojanos engorden y que sean una de las sensaciones de la categoría en este último mes de competición. Pero queda rematar la faena después de haber estado conviviendo en los puestos de descenso.

Además, se ha logrado involucrar a otros equipos que casi se encontraban de vacaciones, caso de Huesca o Lleida –con el que todavía hay que medirse-. Por detrás del Clavijo, con 10 triunfos, están Palma, Sammic Hostelería y Barcelona B. Con 11, el bloque riojano se equipara con Huesca y Lleida, mientras que con 12 Río Ourense Termal y Cáceres, ambos con mejor basketaveraje que los logroñeses, cuentan con margen en este final de temporada.

El morbo de que dos hermanos se enfrenten queda relegado a un segundo plano. Los Quintela lo tienen asumido. Lo primero son los equipos, luego el aspecto individual. Erik, el que ejercerá de anfitrión, atraviesa por un gran momento de juego. Viene de ser el mejor jugador de hace dos jornadas. Puntos, asistencias, robos de balón, faltas recibidas… hasta rebotes. Su hermano pequeño Sergio tiene menos relevancia en el grupo en un conjunto con calidad, oficio, experiencia y trabajo en el que centrarse en un jugador sería un error. Por todo ello, el Clavijo debe aspirar a plantear un partido en el que cada jugada sea una pequeña batalla para que al final en el cómputo de la guerra que desarrollará el cuadro de Jenaro Díaz salga victorioso el dueño del Palacio.

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