¿Por qué la muerte sigue siendo un tema tabú?

¿Por qué la muerte sigue siendo un tema tabú?

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Hoy en día hemos construido entre todos una cultura de silencio alrededor de la muerte, una cultura que tiene como consecuencia que consideremos la muerte como un fracaso vital en vez de una consecuencia natural de la misma. Cada año, fallecen aproximadamente 300.000 personas en España víctimas de algún tipo de enfermedad. Y la realidad es que no estamos preparados para afrontar la etapa final de la vida ¿Cómo nos preparamos ante la muerte? Este ha sido el tema elegido por la Fundación Edad &Vida para impartir la charla 'Acompañamiento al final de la vida'.

María José Abraham es la directora general de Fundación Edad &Vida y explica a Rioja2 por qué la muerte sigue siendo un tema tabú. “Es importante reconocer que, en nuestra sociedad actual, se valora por encima de todo la juventud, la vitalidad y la sensación de invulnerabilidad”. Por esta razón, prosigue, “la muerte es una cuestión que nos devuelve a nuestra naturaleza finita, nos hace sentir vulnerables. La muerte se oculta, no se muestra y pertenece a ese gran espectro de cosas de las que no se habla”.

Y, de hecho, Abraham analiza las costumbres sociales en relación a la muerte asociadas a otros eventos. Cuando se produce el nacimiento de un nuevo miembro en la familia, cuenta, “se hace partícipes de la celebración a los demás niños de esa familia y acuden a conocer a la nueva persona lo antes posible. En cambio, cuando un familiar fallece se aparta a los niños de ese momento, no se les deja participar en los ritos de despedida. En ocasiones, ni siquiera se les explica en qué consiste la muerte”.

Y, estos comportamientos y actitudes, “generan una cultura de silencio alrededor de la muerte que tiene como consecuencia que la consideremos como un fracaso vital en vez de una consecuencia natural de la misma”.

Pero además, en la charla también se abordó la forma en la que se prepara a una persona para la muerte. Así, y desde el punto de vista médico, “lo primero que debe hacerse es reconocer y aceptar que no existe una curación posible que salve a la persona de la muerte. De esta forma, se evitará que la persona experimente un sinfín de intervenciones de todo tipo que no van a obtener el resultado deseado y se buscarán soluciones que palien todos los síntomas negativas que pueden aparecer”.

¿Cuáles son las necesidades de una persona al final de la vida?

Igualmente, apostilla Abraham, “es importante reconocer las diferentes necesidades que tiene una persona al final de la vida”. Y estas necesidades son multidimensionales. “Hay necesidades físicas, sociales, emocionales y espirituales”. Entre las primeras Abraham destaca la necesidad de confort, de no padecer dolor y otros síntomas negativos como la ansiedad, la fiebre o la confusión. Y, entre las necesidades sociales, menciona “la necesidad de sentirse acompañado por sus allegados. En cuanto a las emocionales, existe un amplio rango de necesidades que pueden aparecer, desde hablar de todo el proceso a simplemente distraerse. Finalmente, es importante respetar las creencias de la persona y necesidades espirituales que se derivan de ellas”.

Acompañar a una persona en su última etapa de vida implica un trabajo en equipo que responda de manera integral a las necesidades de la persona”. Es más, la OMS recomienda, “optimizar el bienestar de la persona en proceso de muerte y de sus familiares mediante la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicológicos, sociales y espirituales”.

¿Cómo se afronta la pérdida de un ser querido?

Para los familiares, el duelo es uno de los procesos más demandantes al que se enfrentan las personas a lo largo de la vida. “Afrontar la pérdida de un ser querido puede ocasionar que aparezcan las experiencias, sentimientos y emociones más intensas de nuestra vida. El duelo, que se considera como una respuesta natural del ser humano ante la pérdida de un ser querido, afecta a la persona en todas sus dimensiones”. Y es aquí donde entran en juego los profesionales porque son ellos los “encargados de identificar aspectos que precisan de una atención más detallada y específica que facilite que el familiar elabore su duelo de una forma saludable y satisfactoria”.

La Rioja, a la vanguardia en atención paliativa en España

Y, en este sentido, La Rioja, y según esta experta, está a la vanguardia en atención paliativa en España. Y es que el Gobierno de La Rioja cuenta con un Plan de Cuidados Paliativos que incluye tres niveles asistenciales en los que se presta una atención integrada y efectiva, centrada en la persona y de calidad.

De esta forma, explica Abraham, el primer eslabón lo configura la atención en el domicilio de la persona y se sirve de los recursos de atención primaria y se apoyará a su familia durante la enfermedad y en la atención posterior en el duelo. Este nivel cuenta con las unidades de hospitalización y cuidados paliativos domiciliarios, así como asistencia continuada 24 horas del día durante todo el año. El segundo eslabón incluye la atención en medio hospitalario. Finalmente, el tercer eslabón lo forman las unidades específicas de cuidados paliativos de adultos y pediátricos.

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