Los parajes riojanos se convierten en un desafío

‘Una carrera contra ti mismo. Un desafío, tres etapas… una experiencia única’. No le falta razón al lema escogido para resumir lo que es La Rioja Ultra Trail ‘La Ruta Capital’ 2018 que comienza este viernes y que concluye el domingo. Algunos lo hacen para ver hasta dónde les lleva su cuerpo, pero es que otros eligen este escenario bucólico con las estampas de La Rioja como preparación para sus retos. Así, por ejemplo Luis Alberto Hernando, pese a que ha ganado las tres ediciones anteriores, estará una vez más en la línea de salida. Sabe que Miguel Ferrer, año a año, le ha ido comiendo terreno, pero el campeón del mundo de la especialidad insiste en ser el mejor en La Rioja.

Pero ojo, que no son los únicos que quieren el triunfo final. Esta edición comienza este viernes a las seis y media y el primer corredor en hacerlo será Jorge Olmedo en una contrarreloj de 13 kilómetros. El último en tomar la salida será Luis Alberto Hernando, pasadas las siete y cuarto. Entre medias un sinfín de participantes que buscarán sus particulares objetivos. Algunos bastante tienen con llegar, otros con completar los tres días, habrá quiénes quieran probarse en el trail y también los que busquen mejorar sus registros. Alain Santamaría, tras haber ganado el circuito vasco de duatlón, estará presente. Como era de esperar el Ferrer Sport Team intentará abanderar la carrera, pero el Trail Team Bizkaia está dispuesto a dar guerra, como alguno otro anónimo que buscará la sorpresa. Las motivaciones son diferentes, ya que hay quienes hacen este desafío por causas solidarias, como es el caso de los cuatro integrantes del ‘Corredor Solidario’.

LAS TRES ETAPAS

La primera etapa es una contrarreloj individual. 13 kilómetros en los que hay que demostrar resistencia y técnica ante las subidas y bajadas propuestas. No sólo eso, hay que saber dosificar para lo que vendrá en los siguientes días, pero tampoco se puede uno dormir en los laureles porque se pueden empezar a marcar las primeras diferencias. La salida es desde la Bodega Institucional de la Grajera y se atraviesan los picos más representativos de la zona, además de unas vistas espectaculares. Caminos y senderos que guiarán a los participantes hasta las instalaciones de Prado Viejo.

El sábado toca cambiar de escenario, la Sierra de Cameros. Segunda etapa que arranca en un lugar con historia, como es el Castillo de Nalda. Recorrido duro, pero con unos paisajes espectaculares. Hayas, encinas, robles. Sin duda, una gran aventura entre caminos, sendas y bosques, con el sonido de los ríos. Como no, subidas y bajadas antes de llegar a uno de los tramos más exigentes, a ascensión a Peña Bajenza, una subida de casi dos kilómetros al 35% de elevación. Por si fuera poco, la carrera sigue por Cerro Arado y otra subida de 6 kilómetros hasta el comienzo del cortafuegos de Cuvaldón, para después culminar la jornada por un trepidente descenso hasta regresa a Nalda. En total, 24,7 kilómetros.

Y el domingo llega el postre; San Millán de la Cogolla. Se parte de los monasterios de Suso y Yuso para adentrarse en la Sierra de la Demanda, donde los valientes deberán exhibir destreza y valentía por un recorrido largo de 35,2 kilómetros con el aliciente del pico de San Lorenzo que será la guinda a un pastel exigente para que los aventureros regresen al punto de partida.