Envejecer en casa: mejor en los pueblos pequeños que en Calahorra o Logroño

La esperanza de vida cada vez es mayor. Además de vivir más años, aspiramos también a vivirlos más cómodos y, preferiblemente en nuestro entorno. El 94,4% de las personas mayores deciden envejecer en sus propias casas.

Esto aporta además grandes beneficios tanto para la salud y el bienestar de las personas, incluso aquellas que son dependientes, como para el Estado, ya que resulta una opción mucho más económica.

Pero, ¿se consigue vivir esos últimos años en las mejores condiciones? Un estudio del Observatorio Social de La Caixa ha desvelado que el 20,1% de las personas mayores de 65 años viven en viviendas con vulnerabilidad extrema, es decir, que tienen riesgos importantes para la salud. El 37% de ellos vive en ciudades de tamaño medio, entre 10.000 y 100.000 habitantes, una franja en la que sólo encontramos un municipio en La Rioja, Calahorra.

Le siguen en importancia las ciudades de tamaño mayor, entre 101.000 y 500.000 habitantes, franja en la que se encuentra Logroño.

El estudio deja claro que es notablemente mejor envejecer en pueblos muy pequeños o ciudades muy grandes. Las ciudades medianas son las que acumulan una mayor tasa de vulnerabilidad residencial extrema. En concreto, donde menos personas mayores viven en estas condiciones de falta de seguridad son los municipios de menos de 2.000 habitantes, categoría en la que entran la mayor parte de los municipios riojanos.

Los problemas más graves y frecuentes

Los problemas más comunes que se encuentran en estas viviendas de personas mayores son la falta de calefacción u otros aparatos fuentes de calor y la falta de accesibilidad, entendiendo como tal los edificios de más de tres pisos sin ascensor.

Aunque algo menos frecuentes, los problemas que se consideran más graves son la ausencia de un aseo en el interior de la vivienda, la falta de agua corriente, no tener sistemas de alcantarillado público y los edificios en mal estado.