El premio del carácter
Ni un despiste. El EDF Logroño no se lo puede permitir. Orden, trabajo, sacrificio, esfuerzo, corazón. El bloque de Héctor Blanco es aguerrido, voluntarioso, combativo, intenso, agresivo. Son sus armas para sobrevivir en la Liga Iberdrola. Asume su papel. Lo acepta y trata de explotar sus virtudes. No le importa ceder el control del juego. El plan es otro. Aguantar, incomodar, desesperar a su oponente. Ahí es dónde pone el énfasis. El mérito es mayor si se saben los problemas que está arrastrando el técnico logroñés para contar con efectivos con los que estrenarse en la máxima categoría del fútbol femenino.
Por todo ello el empate a cero ante el Valencia fue lo de menos y eso que sumar ante este rival es un magnífico premio a lo realizado en el césped. Lo relevante es que exhibió carácter para competir. Es lo que pretende; plantar cara, dejarse la piel en cada duelo y levantarse si hay una caída.
En el estreno en la categoría, el EDF, como cabía esperar, le dio la pelota al Valencia. Las de Óscar Suárez no se extrañaron y buscaron hacer daño por los costados, pero no estuvieron precisas en los pases. Parte de la culpa la tuvo la tela de araña de las logroñesas. En el centro de la zaga mandaban Rebeca y Ana Tejada. Santana se multiplicaba por delante de la defensa, mientras que Falknor y Saray, cuando podían, constataban que dan criterio. Ibra, en el costado derecho, y Jade aportaban el factor diferencial. Con espacios hacen daño. Lo comprobó el Valencia cuando Ibra asistía para que la delantera se topara con Vreugdenhil. Un aviso de la amenaza real de las riojanas.
El Valencia, con el paso de los minutos, fue cercando a su rival. Incluso marcó un gol, anulado por fuera de juego, tras un córner. Pero le costaba generar peligro. No en vano dos finalizaciones, bien atajadas por una segura Andrea, vinieron precedidos de errores. De un saque de banda a favor, el Valencia montó una contra que acabó Naiara; y después de un mal despeje de Soruco fue Mari Paz la que intentó el tiro lejano. Pese a ello, fue Jade -una futbolista diferente y talentosa- la que de un despeje se plantó en el área contraria, encaró a dos rivales y chutó ajustado al palo. El descanso oxigenó al EDF que estuvo cerca del gol, en los compases iniciales de la segunda mitad, con la falta lateral que estrelló Falknor en el larguero (y posterior rechace de Ana Tejada) y con una transición ofensiva de Jade.
La situación no cambiaba, con un Valencia dominador, que buscaba con mayor regularidad su perfil diestro, y un conjunto logroñés disciplinado y solidario que sufría ante la insistencia visitante, pero Andrea daba motivos para sumar en el debut. Sirva la parada, ya en el minuto 78, que realizó a Mari Paz tras un pase de lujo de Coleman. Emoción, nervios y un gran punto para comenzar una temporada en la que toca sufrir, aunque si se muestra el trabajo del día del debut las alegrías, como la del choque inaugural, se repetirán.
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