El suplicio de recibir una goleada
Es lo que toca. Asumirlo. Aprender, si se puede y extraer conclusiones positivas, seguro que las hay. Todo lo demás, sería darle vueltas a un imposible. El EDF Logroño está a años luz del nivel que exhibió un Atlético de Madrid hambriento, voraz, insaciable. El resultado, abultado de 6-0, puede hacer daño. Eso es lo que hay que tratar de evitar, que no duela, que no pese. Sobre todo porque las riojanas fueron a la Ciudad Deportiva Wanda sin nada que perder. Se llevaron la lesión muscular de Rebeca, eso sí que es un contratiempo. En cuanto al resultado, poco se puede decir.
El EDF Logroño se encontró de bruces con los opuestos que hay en esta Liga Iberdrola. Un recién ascendido visitaba el campo de un vigente campeón que desde el pitido inicial no quiso confianzas. El tanto a los dos minutos de Jennifer Hermoso ya fue una demostración de lo que le esperaba al cuadro riojano. Si el calor hizo mella, cada gol de las locales aumentaba la temperatura. No hubo respiro. Parecía imposible. Si la empresa era complicada, ver el 1-0 en casi la primera aproximación acabó por hundir a las chicas de Héctor Blanco.
Eso no quitó para que las riojanas, superadas en muchos momentos, se fajaran, trabajaran a destajo e intentaran revertir la situación. Por si fuera poco, Rebeca, este domingo como lateral diestra, se lesionó a los 10 minutos, lo que obligó a que Lucía saltara a escena. Un contratiempo más. El conjunto rojiblanco continuó con su insultante dominio. Buscando por dentro para después abrir el campo, para percutir con pases interiores y plantarse ante Andrea en situaciones muy favorables.
Si el 0-1 fue un centro desde la izquierda que remató Hermoso en el segundo palo, Meseguer lo tuvo todo de cara para batir a la meta de las logroñesas desde dentro del área. Mientras el EDF se recuperaba, apareció Esther para hacer el 3-0. Ni 30 minutos y el duelo estaba finiquitado. El parón a la media hora para refrigerarse fue el único momento de asueto para las de Héctor Blanco. Con otro centro, esta vez desde la derecha, Esther cabeceaba para ceder en el segundo palo para que Ángel Sosa enviara a la red. 4-0.
El EDF ansiaba alcanzar el descanso y quizá el final del partido. Ojalá que el choque hubiera acabado en ese instante. Las locales se permitieron el lujo de realizar tres sustituciones con la idea de que el ritmo continuara, que el dominio de las madrileñas se mantuviera intacto. Vuelta al sufrimiento. Las riojanas no cambiaron el plan. Tampoco había otra alternativa. Trabajo y más trabajo con el estímulo de acercarse, aunque sea un poco, a una inédita Gallardo y evitar que llegaran más goles en contra.
Cuando menos apuros estaba pasando el EDF apareció Olga García para tras un saque de puerta favorable de las logroñesas convertirlo en el 5-0. Un tanto que desmoronó a las visitantes. Muestra de ello fue el 6-0 en una jugada coral en la que las riojanas fueron casi espectadoras de una jugada culminada por Chidiac a puerta vacía. Restaban 20 minutos aún de suplicio. Aunque entre el nuevo parón por la hidratación y que las locales dejaron hacer algo más, el EDF Logroño se acercó al área rival, como el tiro elevado de Lorena desde la frontal. Con eso hay que quedarse y con tres paradas finales de Andrea para evitar un marcador aún más abultado.
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