“En La Rioja, el servicio de lengua de signos para personas sordas en el ámbito educativo es inexistente”

"En La Rioja, el servicio de lengua de signos para personas sordas en el ámbito educativo es inexistente"

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En las últimas semanas, las intérpretes y los asesores sordos que trabajan para la empresa Cilsem de Madrid han denunciado la precaria situación que padecen en este servicio contratado por la Comunidad Autónoma, con impagos de hasta seis meses. El colectivo en La Rioja ha querido mostrar su apoyo a sus compañeras madrileñas dejando claro además que la situación en otras comunidades no es mucho mejor.

En La Rioja el servicio es prácticamente inexistente. Es una de las comunidades que no presta el servicio de lengua de signos en ámbitos tan importantes como la Educación. “En otras comunidades hay intérpretes de signos en los colegios, para los niños con discapacidad auditiva pero aquí no existe ese servicio”, explican, “aquí se centra todo en la logopedia y la lectura labial y el único refuerzo de lengua de signos es el que las familias hacen en sus casas. Aquí estamos como hace 50 años”.

Son apenas cinco las trabajadoras que prestan este servicio en La Rioja. Lo hacen a través de un convenio de la Asociación de Personas Sordas con el Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño. Además, el consistorio tiene un contrato de dos años con una trabajadora autónoma que interpreta algunos de sus actos públicos.

“Si las subvenciones a la Asociación llegan tarde, puede haber retrasos en los salarios porque dependemos de ello”, explican, “el servicio de externaliza a una entidad pero lo ideal sería prestarlo desde la administración o incluso sacarlo a contratación directa o con una oferta de empleo pública como se hace por ejemplo en el País Vasco”. De esta forma, se prestaría un servicio real, sin dejarlo al criterio de que una determinada entidad quiera cubrir un acto o no y sin dejar estos servicios en manos de empresas que, en ocasiones, ni siquiera tienen nada que ver con este ámbito y sólo priman las cuestiones económicas.

Denuncian además que no cuentan con ningún convenio, por lo que sus condiciones de contratación no están en absoluto aseguradas. “No se nos considera como a otras intérpretes de lenguas orales”, explican.

No es este el único problema del colectivo en La Rioja. “El reconocimiento de nuestro trabajo también es nulo. No nos avisan con tiempo de los servicios que tenemos que prestar ni facilitan previamente el material”, señalan, “lo que nos demuestra que nos tienen más por imagen que por cubrir una necesidad real. Si así fuera, nos darían los discursos previamente para poder prepararlos, nos facilitarían el trabajo para que podamos prestar el servicio mejor”.

Las intérpretes de signos insisten en que las mejoras de sus condiciones laborales y el reconocimiento de su trabajo no sólo beneficiarían al colectivo de personas sordas sino a toda la sociedad. “Se tiene la falsa creencia de que nosotras trabajamos para las personas sordas pero no se dan cuenta de que, sin nosotras, las personas oyentes no podrían comunicarse con las personas con discapacidades auditivas, nuestro trabajo es fundamental también para que lleguen esos mensajes”, defienden.

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