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Sobre ruedas con Rober Astorgano: “Nunca olvidaré el llanto de aquella niña, era puro terror”

Rioja2

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La infancia de Rober Astorgano transcurrió con una cámara de fotos en la mano. De hecho, asegura que todas las fotos que tiene de aquella época las ha hecho él. Por eso, a nadie le extrañó que decidiera irse a Barcelona a estudiar fotografía, primero general y después documental, fotoperiodismo.

Ahora, en medio de una vida de viajes por todo el mundo, aprovechamos una de las paradas en Logroño de nuestro fotógrafo más internacional para subirlo a bordo de nuestra furgoneta Mercedes y repasar sus proyectos, tan artísticos como humanitarios desde que documentó por primera vez la historia de un dragqueen del Raval hasta sus últimos viajes por Europa, América y África.

Sin duda, su proyecto más importante hasta la fecha ha sido el que ha realizado a lo largo de varios meses y numerosos viajes documentando la crisis de las personas refugiadas en Europa. Sus imágenes tomadas en Grecia, Croacia, Servia, Lesbos o Idomeni, muestran un proceso que él mismo define como “duro, muy duro, pero también muy bonito”. Con este trabajo, Astorgano ganó el premio de fotoperiodismo en los Yellow Awards.

“Hay dos momentos a orillas del Mediterráneo que se me quedarán grabados para siempre”

De aquellos meses guarda algunos de los momentos más duros que le ha tocado vivir. Uno de ellos fue la primera vez que vio llegar una barca a la costa. “No pude ni ayudar ni hacer fotos, me quedé completamente paralizado con la cámara en la mano y sin poder hacer nada”, recuerda. Otro momento que le ha marcado para siempre fue también con una barca, de noche, en la costa de Lesbos. “Era de noche y por eso había muy poquitos voluntarios, la barca se estrelló con una roca y los cuatro que estábamos allí corrimos a ayudar”, cuenta, “todo estaba muy oscuro, no se veía nada y se oía el llanto de los niños. Recuerdo que cogí a una niña en brazos, no paraba de llorar, no había consuelo, había perdido a sus padres en la oscuridad del mar y ni mis abrazos ni mis caramelos lograban calmarla, hasta que apareció su padre. El sonido de ese llanto no se ha borrado de mi memoria”.

Otro de sus proyectos le ha llevado a México, a documentar el día a día de las Patronas, mujeres de un pequeño pueblo en el estado de Veracruz, que llevan más de 20 años dando comida a los migrantes que van hacia Estados Unidos en el tren conocido como “la bestia”. El documental que rodó con ellas se llevó un premio en el Octubre Corto de Arnedo.

“La Barranca está a la altura de memoriales como el de Auschwitz”

Se encuentra ahora inmerso en otro gran proyecto, en África, documentando la vida de los niños talibés, a los que obligan a mendigar, convirtiéndoles en esclavos, a cambio de una educación coránica en Senegal.

Todos estos viajes y proyectos están salpicados de estancias en Barcelona y Logroño, donde imparte cursos de fotografía y vídeo para conseguir continuar con sus sueños.

Nuestro recorrido con Mercedes nos lleva hasta su próximo sueño, que está muy cerca, en el cementerio civil de La Barranca. “Es un lugar único, no sólo a nivel regional o nacional, sino a nivel mundial, a la altura de memoriales como el de Auschwitz”, señala, “es un sitio muy especial, con mucha energía, aquí hay más de 400 personas, una de ellas mi bisabuelo”. Por eso, su próximo trabajo será un documental basado en la historia de su bisabuela, una de esas mujeres de negro, las viudas de La Barranca. “Ellas venían aquí año tras año y por ellas se hizo este memorial, quiero basarme en ellas, en sus historias, las vejaciones que sufrieron, y como ya no están, lo haré a través de sus hijos y nietos”, cuenta.

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