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“El CRMF de Lardero cambió mi vida”

"El CRMF de Lardero cambió mi vida"

Rioja2

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La vida de Nagore no ha sido como la de cualquier otra joven de su edad. Sufre cardiopatía congénita, una alteración del corazón que le ha limitado mucho en su día a día desde pequeña. Todo cambió cuando decidió venir desde Vitoria a estudiar en el Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física de Lardero. “La Nagore de ahora lo es gracias a ellos. El centro cambió mi vida”. Fue tal su cambio que decidió plasmarlo en un libro, 'Nagore, corazón sin límites'.

Ya en el embarazo, a la madre de Nagore le dijeron, tras una ecografía, que su hija sufría una cardiopatía. Nada más nacer, tuvo que ser intervenida para poder seguir viviendo y desde entonces, ha sido operada y hospitalizada en numerosas ocasiones.

“Me ha limitado mucho en mi día a día, tengo que hacer esfuerzos muy limitados, mi alimentación está controlada, no me aconsejaban estar mucho tiempo de pie...”. Su vida no estaba exenta de dificultades, aunque aprendió a “convertir su limitación en un aliciente”.

Una nueva vida en Lardero

Su vida dio un giro radical cuando en 2011, con 20 años se fue a vivir como usuaria interna al Centro de Recuperación de personas con discapacidad física (CRMF) en Lardero.

“Yo vivía encerrada en mi mundo de discapacidad, creía que eso solo me pasaba a mí. Convivir con personas con grandes discapacidades, con enfermedades como esclerosis múltiple o parálisis cerebral me hizo ver lo afortunada que era”. Nagore aprendió mucho de esa experiencia: “ves que salen para adelante y piensas: si ellos pueden, yo también. Cambié el chip completamente”.

Usuarios y trabajadores del CRMF de Lardero, protagonistas de un videoclip

“Mi estancia allí me hizo madurar más rápido de lo normal, al ver situaciones muy al límite”, explica Nagore, quien destaca, sobre todo, el papel de los profesores en su cambio. “Son grandes profesionales y grandes psicólogos. Ellos son más culpables de lo que creen de la nueva Nagore”, quien comenzó a escribir el libro en el centro y ya va por la segunda edición.

Los beneficios van destinados a Faro, la Asociación Riojana de Niños con Cáncer, ya que es una asociación con la que este chica colaboró y le parecía justo, además, que fueran para un colectivo riojano.

Ubicado en Lardero, El CRMF es un centro educativo público y gratuito dependiente del Imserso que ofrece a las personas con discapacidad física y/o sensorial en edad laboral todas aquellas medidas que hagan posible su recuperación personal y profesional que les facilite la obtención de un puesto de trabajo.

Hoy en día, Nagore es una persona que, pese a su enfermedad, se vale perfectamente por sí misma. Volvió a Vitoria, ha trabajado como dinamizadora en un centro de formación y actualmente busca trabajo. Además, colabora con muchos proyectos, algunos de ellos políticos, como el PSOE de Álava, con quien trabaja en temas de discapacidad. Lleva una vida totalmente normal y el centro de Lardero tiene mucha culpa de ello.

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