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El Voleibol Logroño, una máquina de ganar títulos

El Voleibol Logroño, una máquina de ganar títulos

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16 títulos en 6 temporadas. El Voleibol Logroño, ahora bautizado Minis de Arluy, es una auténtica máquina de ganar trofeos. Lleva seis campañas atemorizando a los rivales. Sólo permitió que Haris le birlara una Supercopa y una Copa de la Reina en la 2016/17. Ha sido la única vez en la que el bloque riojano se ha visto vulnerable en el momento de la verdad, pero aquello ya es pasado. También hubo dudas la temporada pasada, pero Carlos Arratia, presidente, se puso a las órdenes de reconducir la situación y sumar tres copas.

El presente curso arrancaba sabiendo que no iba a participar en Europa, ya que el propósito pasa por disputar la Liga de Campeones, para lo cual se requiere una mayor inversión económica. Quizá ahora, tras la retahíla de títulos llegue el momento de dar el salto. La Liga Iberdrola se les queda pequeña. Para eso se contrató a Juan Diego García, un teórico e investigador de este deporte que demuestra en la práctica que sabe aplicarlo a la pista. El juego de las riojanas casi no ha mostrado titubeos. Dos derrotas, una de ellas intranscendente en la última jornada liguera. El juego del Minis de Arluy ha sido regular, brillante en muchas ocasiones y, sobre todo, muy veloz. Rápido en la elaboración y letal en la ejecución. Así se entiende que los porcentajes de ataque hayan superado las cifras de temporadas precedentes.

Es lo que se impone en el voleibol femenino. Más potencia, más fuerza, más velocidad, más acierto. Eso no quita para que la recepción, como viene siendo habitual, haya vuelto a ser clave. Como también el hecho de contar con dos centrales que no para de celebrar títulos: Fernanda Gritzbach e Iva Pekovic. En la red son casi imbatibles. Ahí están los números en los bloqueos directos. Espectaculares. Pero este Voleibol Logroño se ha caracterizado por su capacidad coral. Helia González, Dani Da Silva y Vicky Savard han lanzado a las suyas. Siempre al rescate. Mérito el de la capitana, que se alzó con un nuevo trofeo a la mejor jugadora de la final, donde el Barcelona cayó 3-0.

El conjunto azulgrana, esta temporada dirigido por Hugo Gotuzzo, ha dado un salto de calidad. Segundo en la liga regular y subcampeón. Pero vencer al Voleibol Logroño no ha sido posible. Casi lo consigue en el segundo partido, donde se colocó 1-2, pero el equipo local remontó para irse a Barcelona a falta de ganar un duelo. Esto sucedió el sábado por la tarde, un rotundo 3-0 (17-25, 26-28 y 18-25). Una muestra más de que cuando las riojanas se ponen en plan son un rodillo pilón.

Además, este curso todo ha salido a pedir de boca. El puesto de colocadora es clave, también el de opuesta. Dos fichajes extranjeros, como viene siendo habitual, que se han adaptado a lo que se les exigía a la perfección. Ashley Evans, MVP en la Copa de la Reina, ha demostrado fiabilidad y destreza para manejar el ataque del equipo. Pero es que Vicky Savard ha sido el complemento ideal para que Helia González -que estuvo una fase de la temporada lesionada- y Dani Da Silva continúen liderando el juego ofensivo de las logroñesas.

Crucial ha sido también la aportación de la líbero Patricia Llabrés. Regular y constante, además de juventud. Pero Amelia Portero y Alba Sánchez -ha tenido que ejercer de líbero cuando la titular estuvo lesionada- han aportado su grano de arena para estar siempre cuando las habituales no estaban en pista. Compromiso y aceptación de su rol. Asimismo, la central Melissa Rangel, pese a arrastrar molestias, ha dado descanso a Gritzbach y Pekovic. Por último, Danira Costa ha sabido estar ahí para ser la segunda colocadora.

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