“Hasta que no termine, no paro”: con 90 años, Alejandro pasa por La Rioja en su tercer Camino de Santiago

"Hasta que no termine, no paro": con 90 años, Alejandro pasa por La Rioja en su tercer Camino de Santiago

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“Da gusto ver andar a los jóvenes, pero yo no me quedo atrás”. Y tanto que no se queda. Con 90 años, el palentino Alejandro González está demostrando que el Camino de Santiago no tiene edad. Este fin de semana ha pasado por el Albergue Casa de la Cofradía del Santo, en Santo Domingo, donde han podido charlar con él y descubrir que es ya la tercera vez que hace el Camino.

Lo asombroso es que las dos anteriores ocasiones en las que realizó esta ruta no era precisamente joven: con 82 años completó el Camino francés y con 84 el inglés. González prometió que si llegaba con salud a los 90 lo volvería a intentar. “Y aquí está, tan campante, como si para él solo fuera un paseo”, explican desde el albergue.

Rioja2 ha podido hablar hoy con él, ya en la provincia de Burgos, y se encontraba con fuerzas para completar el Camino, aunque no sabe cuándo llegará. “Cada día ando unos 15 kilómetros y hasta que no termine, no paro”. Y eso que no se ha preparado específicamente para la ruta. “Mi secreto es haber trabajado mucho en el campo, comer bien y disfrutar de la salud”, detalla.

Este veterano peregrino nació en Villota del Duque, un pequeño pueblo de Palencia, cerca de Carrión de los Condes, por donde pasa el Camino de Santiago, por lo que conoce bien la ruta y además, “lleva todo muy organizado”.

Sus tres hijos están muy pendientes, sin perder el contacto diario, pero muy tranquilos de que le pueda pasar algo. También sus sobrinos, como Higinia, que vive en Santo Domingo y ha estado saludando este domingo a su tío. “Es extrovertido, sociable, muy sencillo y con la mirada clara y muy limpia”.

Amigos no le faltan en su peregrinaje. Se va quedando en los albergues del Camino, donde cada tarde, después de lavar su ropa y echar la obligada siesta, charla con el resto de peregrinos y acude a misa. Asegura que no se siente solo: “soy católico y no viajo solo, voy el de arriba”.

Su sobrina nos descubre más secretos de este caminante tan poco habitual. “Como persona te da lecciones de vida, vive en Madrid y todos los viernes se va a a dar la cena y a ayudar a indigentes, e incluso hace años llegó a dormir con ellos en una casa de acogida”.

Todo un ejemplo de que no hay excusa que valga para no afrontar un reto tan exigente como el Camino de Santiago. De momento, Alejandro ya ha dejado La Rioja y este viernes confía en estar en Burgos, con una sonrisa en la cara y un entusiasmo a prueba de años.

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