La Rioja rural: el supermercado sobre ruedas que lleva la compra a 28 pueblos riojanos

La Rioja rural: el supermercado sobre ruedas que lleva la compra a 28 pueblos riojanos

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La despoblación no es un problema nuevo. Los pueblos riojanos comenzaron a vaciarse hace ya unos cuantos años. Fue entonces, hace ya 22 años, cuando la familia que regentaba la tienda de alimentación Hernáez en Nájera decidió comprar un camión y convertirlo en supermercado para dar servicio a los pueblos de la zona.

“Las tiendas de alimentación se cerraban y en los pueblos había un mercado que estaba sin cubrir”, recuerda Ana, una de las hermanas que recorre buena parte de La Rioja Alta para que sus habitantes puedan seguir saliendo a la compra al pueblo: “hay personas que se mueven pero, sobre todo a las personas mayores, si se lo llevas mejor”.

28 pueblos a la semana

Este particular supermercado portátil visita cada semana 28 pueblos, “cada día hacemos unos, los clientes ya saben cuándo viene el camión”. Los lunes se acerca a Sorzano, Sojuela, Daroca, Hornos de Moncalvillo, Sotés y Ventosa; los martes se puede comprar en Camprovín, Bobadilla, Pedroso, Villaverde y Matute; el miércoles llega a Hormilleja, Baños de Ebro, Manjarrés, Santa Coloma y Bezares; los jueves hay supermercado en Hervías, Zarratón, San Torcuato y Bañares y los viernes, San Millán de la Cogolla, Cañas y Canillas y a Lugar del Río vamos cada 15 días.

Ana, que ha recitado sin pensar medio mapa de La Rioja, cuenta cómo ven la diferencia entre la vida en estos pueblos en invierno y en verano: “hace unos años el cambio era de Semana Santa a Los Santos y se notaba mucho, ahora son los meses de junio, julio y agosto los más fuertes y septiembre todavía está bien”.

“Lo normal es que haya más movimiento en verano, igual puede aumentar un 30 o un 40%

“Hay pueblos que durante el invierno van una y dos y en verano a lo mejor tienes ocho mujeres. Aunque hay pueblos que están más equilibrados, lo normal es que haya más movimiento en verano, igual puede aumentar un 30 o un 40%”, calcula “a ojo” Ana. Lo que cambia menos en el tipo de cliente: “siempre es gente mayor, en verano sí que vemos a más gente joven, pero porque vienen a acompañar a los padres”

“Nos cuidan mucho”

Ya saben a la hora que vamos y nos esperan. Las clientas suben al camión y pueden buscar entre sus estanterías todos los productos que quieran. Este supermercado en miniatura dispone de todos los productos, menos refrigerados: conservas, todos los productos básicos, droguería, dulces, fruta... “Además, ya controlamos lo que gastan más en cada pueblo”, asegura Ana.

Preguntada por si el esfuerzo de pasar todo el día en la carretera compensa, Ana es sincera: “todavía en verano compensa un poco pero antes compensaba más, aunque la verdad es que el trato con las personas es todo”. “Si te pasa cualquier cosa ya sabes que tienes la casa de todas abierta, cuántas veces han salido todos con una pala para abrirle camino al camión cuando nevaba. Siempre nos cuidan mucho”, agradece esta tendera viajera.

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