¿Cuál es la mejor opción para dormir? Sin duda, hacia el lado izquierdo

¿Cuál es la mejor opción para dormir? No todo depende de la comodidad puesto que la postura que elegimos para descansar tiene mucho que ver con nuestra salud y ,si elegimos una mala, puede tener efectos negativos para nosotros.

La ciencia ha encontrado la respuesta a esta incognita. Muchos son los estudios los que han demostrado que dormir hacia el lado izquierdo es mucho más beneficioso para nuestra salud que dormir hacia el derecho, afirma este artículo de La Vanguardia.

¿Cuáles son los beneficios? Además de los presentados abajo, se confirma que descansamos más, nos sentimos mejor y nuestro organismo trabaja con menos esfuerzo.

Se ha confirmado que dormir hacia el lado izquierdo es bueno para el cerebro ya que, al acostarnos hacia ese lado, se facilita el drenaje linfático del cerebro. Esto sirve para eliminar desechos del sistema nervioso como los beta-amiloides, nocivos para nosotros.

Además, ayuda al corazón porque es más fácil que bombee la sangre, haciendo más fácil el drenaje linfático. También mejora la circulación, uno de los mayores beneficios de esta postura, ya que se deja libre la vena cava. Ningún órgano del cuerpo la presiona, por lo que la tarea se facilita.

Mejora la digestión, evitando que los ácidos estomacales suban a la boca y provoquen malas digestiones y acidez e impide que ronques, por lo que esto puede ser la solución a esos ronquidos que no te dejan dormir.

Por último, ayuda a tu columna vertebral ya que dormir hacia el lado izquierdo hace que tu espalda este más alienada, evitando así los dolores de espalda y liberando todo el peso del cuerpo.

Destacar también que favorece un correcto drenaje linfático porque nuestro sistema linfático actúa del lado izquierdo. Es por esto que, si nos acostamos hacia la izquierda, el cuerpo filtrará mejor las toxinas y los desechos del cuerpo.

Esta postura es especialmente buena para las embarazadas ya que se facilita la llegada de sangre y nutrientes a la placenta y reduce la presión que se ejerce sobre el feto.