El BM Logroño 'tira' la Copa Asobal

10 de diciembre de 2019 11:05h

Poco análisis hay que hacer, ya llegará el momento. El BM Logroño está a expensas de Sinfín, de que logre el triunfo este miércoles en Irún ante el Bidasoa, para que los riojanos puedan pelear por la Copa Asobal. A las 20:30 horas de este martes parecía impensable cuando el marcador registraba un 7-14 (20 minutos de juego) favorable a los de Miguel Ángel Velasco ante un Granollers fuera de sitio. Sin embargo, a la conclusión todo dio un revolcón. El 33-21 que se produjo después del tiempo muerto de Antonio Rama propició que el cuadro franjivino diera la sensación de que tiraba su presencia en Valladolid pese al esfuerzo realizado durante todo este primer tramo del campeonato.

Encajar 40 goles en el día en el que te juegas quedar entre los tres primeros en el ecuador de la temporada no es lo mejor, máxime con el marcador antes apuntado, 7-14, que se dice pronto. La defensa no estuvo a la altura, es evidente. Quizá por ello, Sergey sólo realizó dos paradas en la segunda mitad (9 en total), quizá por eso el BM Logroño recibió 26 tantos en la media hora final, ya que al descanso aún se iba por delante en el luminoso, 14-18.

El duelo comenzó equilibrado, aunque se intuía que los franjivinos estaban cómodos más allá del 5-5. Un parcial de 0-5 gracias a un balón a la madera de los vallesanos, tres intervenciones de Sergey y una pérdida local, además del consiguiente acierto visitante, daba una jugosa ventaja que fue incluso en aumento hasta que el técnico del Granollers utilizó una cartulina verde que resultó ser mágica. El 7-14 era indicativo de lo que estaba sucediendo en la pista. El breve parón empezó a dar sus frutos a los anfitriones que vieron la luz cuando Guardià detenía un lanzamiento de Ligertvari para cerrar un primer acto nefasto para los suyos, con el 14-18 (ya en esos diez minutos el parcial era de 7-4 favorable a los vallesanos).

No frenó su actitud defensiva el conjunto catalán para acabar pasando por encima a un bloque desubicado con el paso de los minutos pese a que tuvo opciones de éxito hasta casi el pitido final. En apenas 4 minutos, Granollers ya había empatado a 20. El BM Logroño no encontraba el ‘timing’ necesario para asentarse e imponer su ritmo en alguno de los dos lados del parqué. Y por si fuera poco tras la exclusión de Popovic y Garciandia (22-22), los locales creyeron en el triunfo tras dos tantos seguidos que propiciaron el tiempo muerto de Velasco con el 24-22. Restaban 20 minutos. Los primeros acabaron 7-14, los segundos 17-8. ¿Los terceros? Había tiempo para reaccionar.

Pero ya era tarde. El BM Logroño no estaba conectado, todo lo contrario que un Granollers ‘enchufado’, más activo y centrado que su oponente. El 28-25 era un reflejo de ello. Kusan animaba con el 32-30, aún faltaban diez minutos, a los suyos dentro de un partido en el que el intercambio no era positivo para los franjivinos, impotentes para encauzar la situación. El máximo goleador de Asobal, el pivote Figueras seguía imparable (acabó con 13 dianas). Enfrente mucho juego individual y poco colectivo. Si a ello se añadía que en el aspecto defensivo hacía mucho tiempo que se había desistido, es entendible que el BM Logroño encajara la friolera de 40 goles y se queda a expensas de la victoria de Sinfín en Artaleku contra un Bidasoa que ya depende de sí mismo para jugar la Copa Asobal.