Un grupo de riojanos adelanta su vuelta de China por el coronavirus: “hemos visto ciudades fantasma”

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La plaza de Tiananmen vacía, carreteras desiertas, el metro en hora punta sin el habitual gentío, la muralla china cerrada... Este es el panorama que se ha encontrado un grupo de riojanos que estos días estaba de vacaciones en China visitando a Cristina, una joven de Préjano que se estudiaba allí un curso de Traducción e Interpretación. El miedo al coronavirus impregna todo y les ha obligado a adelantar su vuelta. Ahora ya están sanos y salvos en España.

Ha sido muy poco lo que han podido visitar en China. Lo que prometía ser un viaje soñado, coincidiendo además con la celebración del Año Nuevo Chino, se ha convertido en un caos. “Estuvimos cuatro días en Pekín y sí que llegamos a ver la muralla antes de que la cerraran, pero no pudimos ver los guerreros de Xian. Se suspendieron todos los actos del Año Nuevo”, nos relata el hermano de Cristina, Asier, quien ha viajado acompañado de su madre, su pareja y dos amigos.

Y es que el panorama que se encontraron en Chongqing, donde vivía Cristina, era de todo menos festivo: “Era una ciudad fantasma. No había gente por la calle, todas las tiendas estaban cerradas. La Policía nos daba mascarillas a todos y en el metro te tomaban la fiebre. Era espectacular ver los edificios vacíos y las carreteras sin coches”.

Los riojanos comenzaron a tener miedo y decidieron volver. “ Empezamos a recibir llamadas de gente alarmadas y cambiamos el vuelo”. La vuelta no ha sido nada fácil. Tuvieron que esperar un día para conseguir vuelo y otro más después de que se cancelara el viaje previsto. Además, en el aeropuerto pararon a uno de ellos, al que acusaban de haber cometido un delito. Tras demostrar que no había sido así, pudieron por fin emprender la vuelta, con un pasajero más.

“Mi hermana no quería volverse, pero la hemos obligado... y menos mal. Cuando fuimos a su residencia a recoger a sus cosas todo era un caos. El portero ni la conocía, estaba en shock. Se ha venido a España sin billete de vuelta”.

Al llegar a Barajas, se han encontrado con menos controles de los que esperaban: “con decir que no llegábamos de Wuhan y ver que no teníamos síntomas, nos han dejado marchar. En la embajada tampoco se han preocupado mucho por nosotros”. Ya en España, vuelven a La Rioja Baja con el miedo todavía en el cuerpo.

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