Un punto y sensaciones de reacción

8 de febrero de 2020 07:29h

El Calahorra encadena su tercer empate a domicilio (Real Unión, 0-0; UD, 0-0) después de neutralizar en dos ocasiones (2-2) la renta cedida ante Unionistas. Un punto, y las sensaciones, para paliar las dos derrotas vividas en La Planilla, pero que no permiten escapar de esta crisis de resultados que han llevado a los rojillos a no conocer la victoria en este 2020 (3 puntos de 18 posibles).

Miguel Sola introdujo cambios en la alineación al apostar por Echaide en vez de Santamaría, por Yasin en vez del sancionado Morgado, Rodrigo por José Ramón y Óscar Castro, que debutaba con la elástica riojabajeña, en detrimento de Jorge Fernández. Bastantes novedades que provocaron, de partida, que los visitantes lanzaran hasta seis saques de esquina en apenas 10 minutos. Con esa inercia, parecía que el Calahorra estaba en disposición de marcar ante un Unionistas al que le costaba combinar.

Sin embargo, el cuadro local haría el primero de la tarde en una falta lateral perfectamente ejecutada por Góngora al segundo palo para que Gallego enganchara una volea imposible para Roberto. La reacción fue inmediata, ya que instantes después fue Chaco el que sorprendía a Mario con una vaselina. Vuelta a las tablas, pero con un Unionistas que había dado un paso adelante en sus intenciones con la llegada de los tantos, aunque sin incidencias hasta el descanso.

En la reanudación, insistía el bloque de Jabi Luaces, pero mantenía el tipo el conjunto rojillo que buscaba las llegadas por los costados con Rodrigo y El Haddadi. Pero el que acertó fue otra vez Unionistas: centro desde la izquierda y Yasin, en su intento de anticiparse a su rival, mete el balón en su portería. Pese a la adversidad, la salida de José Ramón fue decisiva, ya que a en la recta final anotaría el gol del empate definitivo, en una de las pocas acciones ofensivas de los visitantes.

Cierto que los anfitriones gozarían de dos buenas oportunidades en los instantes finales, pero Roberto realizó una gran parada a Óscar González, mientras que Alberto despejaba sobre la línea cuando la grada ya cantaba el triunfo. Incluso Kamal tendría la última oportunidad para los suyos, con un tiro que se marchó alto.