Los pequeños ganaderos riojanos se reinventan ante la falta de ventas

Los pequeños ganaderos riojanos se reinventan ante la falta de ventas

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Con el cierre de la hostelería, muchos productos han dejado de venderse, lo que ha provocado importantes pérdidas a los pequeños ganaderos riojanos, pues los corderos y cabritos son productos que no se están comprando en los hogares.

Alicia cría cabritos y el carnicero que se los compraba para venderlos en el Mercado del Corregidor, Santi, ha dejado de hacerlo en la misma medida ante la falta de clientes.

“Vivimos de los mercados que se organizan en los pueblos. Después de los tres primeros meses del año que suelen ser meses de pocas ventas, Semana Santa es el repunte y acumula el 60 por ciento de los ingresos de todo el año”, lamenta Alicia, que ha tenido que renunciar a ello ante el cierre de todos esos mercados.

Reinventarse para seguir

Por eso, han tenido que reinventarse y empezar la venta particular a sus clientes. “Hablamos con el carnicero que nos compraba los cabritos y él nos los va a matar y despiezar para venderlos al vacío nosotros mismos, directamente al cliente”, cuenta esta ganadera.

Aunque muchos compañeros están bajando los precios, Alicia todavía los mantiene. “Mi producción es muy pequeña y las cabras siguen necesitando paja, sigo teniendo gastos, bajar los precios me generaría pérdidas”, señala.

También hacen quesos y en un primer momento decidieron parar la producción. Ante la extensión del estado de alarma, han decidido que también lanzarán una campaña en redes sociales y llevarán quesos a los domicilios de los clientes.

“No estábamos elaborando quesos, pero vamos a retomarlo con quesos curados y menos perecederos”, explica, ya que este proceso dura meses y así podrán tener quesos para cuando se recuperen las ventas habituales.

“A los mercados no viene nadie”

Santi es uno de los carniceros del Mercado del Corregidor, donde sobreviven también gracias a las ventas a domicilio que han organizado a través de la Asociación de Comerciantes porque “a los mercados no viene nadie”, asegura.

“La bajada de precios que están sufriendo muchos ganaderos se debe a que el consumo es nulo”, señala Santi, que estña vendiendo filetes o carne picada, mientras no da salida a todos los productos más propios de la hostelería o de las reuniones familiares, como cabritos o chuletones.

Al mismo tiempo, los grandes supermercados están llenos, con largas filas a sus puertas y mucha gente en el interior. “Esperamos que se puedan recuperar pronto los mercados que se organizan en los pueblos con todas las medidas de seguridad, porque los supermercados siguen abiertos con 200 personas dentro”, defiende Alicia.

“Un poco de oxígeno para las explotaciones”

Desde FADEMUR, la Asociación de mujeres del Medio Rural de La Rioja, han querido colaborar para paliar en la medida de lo posible. Van a comprar productos a pequeñas explotaciones -“por supuesto, a un precio justo”, subraya Mila, de la asociación- que luego donarán a la Cocina Económica a través Banco de Alimentos.

Este martes harán una salida para entregar quesos frescos de La Rioja Baja y de Cameros, además de algunos productos hortícolas. También en las próximas semanas esperan hacer lo mismo con productos cárnicos.

“Las pequeñas explotaciones estaban ya tocadas”, apunta Mila, de FADEMUR. Por eso, “el objetivo es comprar a un precio justo para que estas explotaciones tengan un poco de oxígeno”.

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