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Cartas de mujeres que han escapado de los malos tratos: “no es fácil pero tampoco tan difícil como te parece”

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Una veintena de mujeres y niños están pasando estas semanas de confinamiento en los pisos de acogida del Gobierno de La Rioja. Son mujeres víctimas de violencia machista que han dado un paso adelante saliendo de sus hogares para escapar de sus maltratadores. Desde estas viviendas, gestionadas por profesionales de Cruz Roja, han querido lanzar un mensaje de ánimo para todas las mujeres que se están viendo en esta situación, encerradas con las personas que les están maltratando.

Desde que se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo, se han producido en España 7.895 llamadas al 016, el número gratuito de atención a la mujer (no deja rastro en la factura, sólo hay que borrarlo del registro del teléfono). Esta cifra supone un incremento de más del 45% respecto en las dos primeras semanas de abril respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos del Ministerio de Igualdad. Los datos desvelan además que las llamadas incrementan y la situación se agrava a medida que avanza el confinamiento.

Por eso, tanto Cruz Roja como las propias mujeres que han encontrado su libertad en estos pisos de acogida, han querido dirigirse en primera persona a todas las que necesitan esa mano tendida para salir del infierno. “Comencé de cero. Hoy, dos meses después, creo que vale completamente la pena. Soy feliz, estoy tranquila y me siento libre”, cuenta una de ellas. “Techo para mis hijas y para mi, apoyo psicológico, gente que te escucha y sobre todo que ves que no es fácil pero tampoco difícil como yo sentía. Hay gente que te apoya y sobre todo hay tranquilidad”, explica otra de sus compañeras, una mujer que vive allí con sus dos niñas.

CARTA 1

Conocí a mi pareja hace dos años mientras tomaba un café, al principio todo fue maravilloso, era el hombre más romántico, detallista y amoroso que había conocido. Con el pasar del tiempo comenzó a cambiar, adoptando comportamientos extraños, por ejemplo, un día fuimos a cenar, me tardó un día entero pensando qué ropa ponerme. Finalmente me decidió por una falda ceñida al cuerpo. En el principio se mostró a gusto con lo que tenía, sin embargo, con el transcurrir de las horas me decía cosas como “esa falda está un poco corta, está muy apretada, te está mirando todo el mundo”. En fin, al final de la noche todo salió bien, en ese momento no le puse mucho cuidado y me pareció normal.

Siempre me pedía que me colocara ropa poco ceñida al cuerpo pues el “sólo me estaba cuidando” porque había “muchos locos” que podrían hacerme daño. En enero de 2019 decidí irme una temporada a vivir con él y su familia. Según yo, era el hombre más maravilloso, respetuoso y amoroso y sólo quería cuidarme. Además, según el yo era muy grande como para vivir con mi familia. En un principio todo era maravilloso pero no sabía lo que estaba por venir.

Una semana después de estar viviendo con él y de ver que era “feliz”, el me propuso “ser padres” pues éramos jóvenes y tendríamos más paciencia para criar además de que cuando creciera aun seríamos jóvenes. En un principio lo dudé mucho pero el logró convencerme y acepté. Una vez, dos veces y tres lo hicimos sin ningún tipo de protección. Los días pasaron y recibí un mensaje de un ex novio. Se puso furioso y empezó a gritarme y a jalonearme dándole golpes a todo. Sinceramente me asusté y le pedí que me llevara a casa de nuevo donde mi madre. Me dijo que o y me quitó el móvil y mi cartera.

Finalmente le convencí en que me llevara a casa, en el trayecto me insultaba e intentó lanzarme por la puerta del coche. Cuando llegué a casa mi mamá me abrazó y se tranquilizó pues desde el día en que me fui con él, ella sabía que las cosas no andaban bien. Decidí terminar y seguir con mi vid. Todo marchaba de maravilla hasta que en febrero comencé a notar ciertas molestias (...) La semana del 22 de febrero no me llegaba la regla y me hice la prueba que efectivamente dio positivo y este fue el principio de la pesadilla, no por mi bebé, por él.

Decidí buscarlo y decirle. El sonrió y dijo “seremos padres mi amor”. Posteriormente se fue tres meses a su país. Yo seguí con mi embarazo, cuando volvió a España me buscó y prometió cambiar. En un principio todo era maravilloso de nuevo, me cuidaba, se preocupaba, claro, yo aun no vivía con él, pues temía que hiciera lo mismo y no estaba tan equivocada. Los últimos dos meses decidí irme a vivir con él y el maltrato aumentó. Un día estando de siete meses de embarazo me lanzó una silla y el día que iba a tener a mi pequeña le daba patadas a la camilla. pensé que no tenía salida y decidí seguir con él. Mi familia estaba ajena a todo esto, lo trataban como un miembro más de la familia.

Hasta que a principios de este año no aguanté más y decidí llamar a mi hermana y comentarle. no sabía qué hacer, buscamos ayuda y nos dieron un número de emergencia. Sinceramente, me sentía con miedo de que las cosas salieran mal. Lo pensé mucho, hasta que un día me gritó tan fuerte que mi bebé comenzó a llorar fuertemente. Ese día llamé y al día siguiente decidí marcharme. Mi hermana me recogió y me trajo hasta Logroño. Creo que ese ha sido uno de los días más importantes de mi vida. Comencé de cero. Hoy, dos meses después, creo que vale completamente la pena. Soy feliz, estoy tranquila y me siento libre gracias al acompañamiento de psicólogos y trabajadores sociales que están al tanto de mis necesidades y las de mi hija.

CARTA 2

Me acostumbré tanto a una convivencia muy difícil con mi ex pareja, y para todo había excusa, ha tenido un mal día, su pasado le juega una mala pasada, soy su fuerza, si no le ayudo, ¿quién lo hará?

La familia es para trabajar duro y ayudarnos. Eran cosas que siempre repetía él y que yo las adapté como mías y cada día me adaptaba más a una condición donde él siempre era el eje de todo y yo quedaba en un segundo plano. A nadie le comentaba i situación, nadie sabía por las cosas que pasaba, pero lo notaban cuando por casualidad tenían que interactuar con mi ex pareja. Cada día iba empeorando las cosas y mis compañeros de estudio lo notaron. Comenzaron a animarme a buscar ayuda.

No fue fácil. Estaba en un país diferente al mío con dos hijas pequeñas y que estaban acostumbradas a una forma de vivir que sentía que sola era difícil de darle. Gracias a Dios estaba en España y a diferencia de mi país, tenía mucho apoyo. Así fue como llegué a esta casa donde me han ayudado un montón, techo para mis hijas y para mi, apoyo psicológico, gente que te escucha y sobre todo que ves que no es fácil pero tampoco difícil como yo sentía. Hay gente que te apoya y sobre todo hay TRANQUILIDAD.

Decálogo para víctimas de violencia de género en el Estado de Alarma

Ante la actual situación de confinamiento, un equipo de expertas de Cruz Roja ha elaborado un decálogo de recomendaciones para víctimas de violencia de género:

1. Los números gratuitos 112 y 016 siguen funcionando

Puedes llamar y pedir ayuda. Estos números pueden ponerte en contacto con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad así como con los servicios de acogida, para poder salir del domicilio.

2. Utiliza las redes sociales.

Si te resulta más fácil pedir ayuda online que llamar por teléfono puedes hacerlo en la dirección de correo electrónico 016-online@mscbs.es.

También puedes activar el dispositivo ALERTCOPS se puede descargar en el teléfono y envía señal de alarma a la policía con la localización

3. Si necesitas apoyo emocional inmediato, puedes contactar vía WhatsApp a través de los números: 682916136 / 682508507. (Ministerio de Igualdad).

Si buscas asesoramiento jurídico lo puedes encontrar a través del 016 en horario de 08.00 a 22.00, todos los días de la semana. Este servicio se presta en 52 idiomas y con un servicio adaptado a posibles situaciones de discapacidad: Servicio Telesor: telesor.es y Servicio de videointepretación visual: svisual.org

4. Recuerda que también siguen funcionando los teléfonos de emergencia de la Policía Nacional 091 y de la Guardia Civil 062.

5. Si convivir con el agresor hace que no puedas llamar por teléfono, intenta abandonar el domicilio y dirígete a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Estos días te resultará más fácil solicitar su ayuda en la calle.

6. Intenta tener siempre contigo el teléfono móvil, con la batería cargada, las llaves a mano y algo de documentación (DNI, tarjeta sanitaria).

7. Añade a tus favoritos el número de emergencias para que puedas llamar con más facilidad.

8. Ante un estallido de violencia intenta salir y pedir ayuda, ante una situación de peligro o emergencia, no existirá sanción por salir a la calle.

Si no puedes salir, busca un lugar seguro en el que resguardarte

9. El entorno, familiares y vecinos, debemos estar más atentos ante posibles situaciones de violencia de género y denunciar ante la mínima sospecha. Todos y todas podemos prestar ayuda.

10. Si tienes hijos y/o hijas en común con el agresor, puedes solicitar la suspensión cautelar de las visitas con motivo del estado de alarma y el riesgo para la salud. Tu abogado o abogada pueden asesorarte.

Ten en cuenta, además que, si tus hijos y/o hijas se encuentran fuera del domicilio, el estado de alarma contempla como desplazamiento justificado “el retorno al lugar de residencia habitual” (en una única ocasión).

No olvides: la actividad de los recursos destinados a la atención de mujeres víctimas de violencia de género NO está suspendida

GUIA TELEFONOS/ APP´s DE INTERES:

  • 016
  • 016-online@mscbs.es (Por mail)
  • 112
  • 091 (Policía Nacional)
  • 062 (Guardia Civil)
  • WhatsApp de apoyo emocional inmediato: 682916136 / 682508507
  • Asesoramiento jurídico Especializado: 016. De 08:00 a 22:00 de lunes a domingo.
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