La fuerza de la unión: toda una comunidad coordinada para fabricar material sanitario

La fuerza de la unión: toda una comunidad coordinada para fabricar material sanitario

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Desde el inicio de la crisis del COVID-19, la presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, se marcó como único objetivo salvar vidas. Dotar de todos los recursos necesarios a los profesionales sanitarios y a los trabajadores sociales para poder hacer frente al virus en primera línea fue una necesidad acuciante. Con la coordinación de la Fundación Riojana de la Innovación, las empresas riojanas se pusieron manos a la obra para fabricar batas, delantales o mascarillas.

Toda una comunidad unida, trabajando al unísonos para fabricar EPI en tiempo récord. El potencial de la empresa riojana se puso al servicio del Gobierno de La Rioja, que de forma rápida coordinó a distintas empresas de municipios de Arnedo o Ezcaray.

Se empezó con batas, buscando elaborarlas de forma rápida y colectiva. Unas empresas buscaban los materiales, otras cortaban, otras fabricaban... La Fundación Riojana para la Innovación ejercía de intermediaria y se convertía así en el nexo perfecto entre Salud e Industria.

Al mismo tiempo, la Universidad de La Rioja y un grupo de voluntarios expertos en distintas áreas (los coronamakers) trabajaban para intentar desarrollar proyectos lo más rápido posible, como la fabricación de mascarillas que “tuvo una respuesta increíble, en el primer fin de semana confinamiento había casi 2.000 hechas ya”.

Todo el mundo quería aportar algo, “había más manos que capacidad de canalizar la necesidad de ayuda”, explica uno de los empresarios colaboradores. Y es que la sensación de “ser útil, de formar parte de el ejército que está luchando contra la pandemia” ha sido un sentimiento que ha impulsado a la gente a entregarse a fondo y a hacer de La Rioja la única comunidad que no ha tenido problemas con EPI.

Un trabajo en conjunto que ha servido para fabricar, hasta ahora, 180.000 batas, 3.000 gorros UCI, 20.000 pares de calzas, 21.000 batas UCI, 40.000 patucos, 18.000 pantallas de impresión 3D, 250.000 pantallas de goma espuma y 3,5 millones de mascarillas quirúrgicas. Todo este material ha abastecido a La Rioja y también a Soria, Navarra, a Huesca, a Barcelona y a Madrid, además de haber servido para incorporar a 150 trabajadores en ERTE y de crear 160 nuevos puestos de trabajo.

Números abrumadores y una lección: “si actuamos como comunidad, somos más necesarios y más fructíferos”.

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