La Gran Vía se lo pone difícil a los Bomberos

Los bomberos se enfrentan cada día al riesgo. Ninguna intervención es fácil. Sanear una terraza de la que han comenzado a caer cascotes de hormigón podría parecerlo. Sin embargo, se complica cuando la terraza está en un octavo piso de la Gran Vía logroñesa.

Es una de las calles más anchas de la capital riojana pero está llena de “trampas”. “Los jardines y vehículos de las cargas y descargas, que impiden que el camión pueda acercarse a las fachadas, y las farolas en forma de 'Y', que deben sortear cuando levantan la escala”, advierten en primer lugar.

Además, los aparcamientos subterráneos son otro riesgo, ante la duda de las toneladas que será capaz de soportar la calzada, “especialmente en la zona de las aceras, que podrían contener material más liviano de relleno”.

Al peso del camión, se une la presión del que ejerce el brazo de palanca de la escala, a medida que se va estirando, sobre los escasos centímetros cuadrados en los que apoyan las patas de acero retráctiles.

“Un hundimiento del terreno podría producir la desestabilización de la jaula y la posible caída de las personas que vayan en ella y también daños materiales en la calzada, camión, fachada, etc.”, señalan.