Los novatos continúan pagando el peaje

3 de octubre de 2020 08:08h

El peaje que está pagando la UD Logroñés en la Liga Smartbank es evidente. Cada error defensivo (bien colectivo bien individual) se convierte en gol en contra. Aspecto ciertamente preocupante que debe mejorar cuanto antes para poder competir -durante 90 minutos, no de forma intermitente- en esta categoría. Luego está el balance ofensivo. Ante el Sporting se comprobó que pesaba la Segunda división, frente al Castellón se hizo algo más, pero insuficiente para ganar; mientras que en el estadio de Gran Canaria a excepción de dos remates consecutivos a los 20 segundos (por mucho que hubiera hasta siete tiros a la conclusión) nunca se transmitió la sensación de poder remontar cuando Rober, nada más reanudarse la contienda, anotó el primer tanto para Las Palmas. Esto también es sintomático.

Como sucediera en El Molinón se empezó bien, con orden y con capacidad para intimidar -varias faltas laterales-, pero con el paso de los minutos se perdió la manija en el centro del campo (Olaetxea, pese al trabajo, no acaba de ser ese jugador importante que era en la Segunda B). Errasti y Andy hacen kilómetros pero sin el balón. Luego cuando se recupera, falta continuidad y no hay profundidad, de poco valen acciones esporádicas de Zelu. La consecuencia es que Leo Ruiz (Ander Vitoria en las dos anteriores jornadas) nunca estuvo donde se le espera a un goleador, en el área y en disposición de anotar.

Sobreponerse al marcador adverso es un aspecto que al conjunto de Sergio Rodríguez históricamente le ha costado. En Gijón apenas hubo margen de maniobra, frente al Castellón se empujó, se generó una y se metió, pero ante Las Palmas, con 40 minutos por delante, Valles apenas tuvo que intervenir. Otro matiz es que las variaciones hombre por hombre no acogotó a un rival que se puso nervioso en los minutos finales (iba ganando 1-0) pese a que mantenía el control.

Sergio Rodríguez introdujo dos novedades, la experiencia de Medina en el lateral diestro y la juventud de Leo Ruiz en la punta de ataque. El primero debía estar al quite de uno de los jugadores más desequilibrantes de los amarillos, el incisivo Pejiño; mientras que el colombiano demostró en apenas 20 segundos su capacidad para rematar. Porque el balón al espacio para que Ousama recortara dentro del área y cediera atrás culminó con un doble retiro del ‘7’ riojano que rechazó en dos ocasiones seguidas un formidable Valles. Incidía Zelu con una falta lateral a la que no llegó por poco Álex Pérez para dar un toque de atención al conjunto dirigido por Pepe Mel cuando apenas se llevaban 4 minutos de juego.

Las Palmas entendió el mensaje y quiso equilibrar amasando más el juego. De esa manera pisó área en un par de ocasiones, aunque sin que Miño viera peligrar su meta. Además, la UD Logroñés intimidaba con varias faltas laterales que acabaron en la nada. El duelo parecía estar bajo el control de los visitantes, con más confianza y con un Zelu más activo que anteriores citas, pero con el paso de los minutos, los locales mejoraron sus prestaciones con el cuero e hicieron retroceder a su adversario, al que le iba costando encontrar continuidad en las acciones.

Un ejemplo de ello, era que Pejiño empezaba a mostrar su calidad para zafarse y generar problemas a la zaga blanquirroja. Para que los amarillos se animaran, pese a la lesión de Ale Díez, marcaron un gol al filo del descanso en un córner, pero el asistente levantó el banderín y el VAR lo revisó. No había fuera de juego, pero sí que el esférico había salido por la línea de fondo antes de que Kirian rematara en el segundo palo y que Curbelo -nada más incorporarse al partido- remachara en posición legal. El descanso llegaba, en este sentido, en un buen momento para los riojanos, que habían bajado sus prestaciones después de una gran puesta en escena.

La segunda mitad comenzó con la UD Logroñés acosada -algo pudo ver que Fabio apareciera en la medular para oxigenar a los suyos en esa zona- merced a una serie de saques de esquina, incluida una falta lateral muy escorada, de Las Palmas que desembocó en el gol de Rober después de una pérdida de Ousama en la frontal del área al querer conducir en vez de despejar y provocar la acción que terminó en el zarpazo del futbolista cedido por el Betis a los isleños. Sergio Rodríguez reaccionó con el debut de Paulino -desapercibido como delantero acabó como extremo derecho- por un amonestado Errasti.

No varió el escenario y los riojanos confiaban en alguna acción a balón parado porque en el juego daba la sensación de que Las Palmas se sentía más cómoda y eso que cuando Pepe Mel varió sus piezas (Araujo, Mendes y Ramírez) dio la impresión de que era el momento para cambiar la situación. La presencia de Iago López y Ander Vitoria (hombre por hombre, sin variar nada el dibujo) no dinamitó a una UD Logroñés voluntariosa, pero sin ideas ni armas para acercarse a Valles, que hizo su trabajo a los 20 segundos con dos intervenciones y ya no volvió a intervenir, a excepción de un centrochut de Zelu.

Al cuadro local le entró el miedo, aún no había ganado este curso, y con muy poquito (centro de Iñaki y remate defectuoso de Ousama), la UD Logroñés creyó que podía empatar. El duelo se rompía, le interesaba a los visitantes, que le metían ritmo y verticalidad. Lapeña, se estrenaba con el primer equipo, y Petcoff eran las últimas apuestas de Sergio Rodríguez. Todo ello sin variar el dibujo pese a que Ander Vitoria y Ousama eran ahora los dos delanteros.

Por si fuera poco, Mendes hizo gala de su corpulencia -Lapeña perdió un balón en el costado- para asistir a Araujo y certificar el primer triunfo de Las Palmas esta campaña. De poco sirvió el tanto de Andy, desde los once metros, después del codazo de Curbelo sobre el centrocampista blanquirrojo. Dio algo de vida, unos segundos, a un equipo cuyo bagaje ofensivo en esta Liga SmartBank está siendo escaso y cuyos errores individuales están costando goles en contra.