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Un punto de madurez

Un punto de madurez

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La UD Logroñés sigue quemando etapas. Si hace diez días se lograba el primer triunfo en la Liga SmartBank, este miércoles por la noche se sumó el primer punto a domicilio en Segunda. Unas tablas meritorias (0-0) por varias razones. Se ejercía como visitante; enfrente estaba el único invicto de la categoría, un Fuenlabrada que apenas generó ocasiones -prácticamente todas a balón parado-; Sergio Rodríguez introdujo novedades, tanto de jugadores como en el sistema empleado; durante el primer tiempo la sensación fue de que los riojanos estaban siendo mejores que los madrileños, mientras que en la segunda parte, los blanquirrojos supieron aguantar con orden, no arrinconarse en su área y no cometieron errores, como por ejemplo sucediera en el debut en El Molinón, donde se perdió en los minutos finales.

En este sentido, la UD Logroñés, por así decirlo, sorprendió a su oponente durante una gran primera mitad -con un Andy onmipresente, con un Paulino muy participativo y con un Roni, convencido de su valía para sacar provecho de lo que hace bien, además de una solidaridad colectiva para mantener el orden defensivo- en la que solo faltó el gol (hubo dos opciones, pese a que Rosic apenas intervino, casi menos Yari). Luego, tras el paso por los vestuarios, el choque se equilibró hasta que el Fuenlabrada sin mucha profundidad y gracias a faltas laterales fue metiendo en su campo a un conjunto, el logroñés, que ya no podía realizar transiciones ofensivas con las que hacer pensar a su contrincante. Por fortuna, el juego de los madrileños no se basa en asfixiar con la pelota, es un juego más versátil, menos vistoso y más de sacar provecho de los errores ajenos que de producir jugadas.

Sergio Rodríguez introdujo 6 cambios en el once -hasta 8 metió de golpe José Ramón Sandoval en el cuadro madrileño- y una variación de sistema, al pasar a jugar con tres centrales (donde debutó Clemente). Modificaciones que podían pesar en la conjunción del equipo blanquirrojo. En el aspecto defensivo, el orden y la buena colocación (las ayudas) funcionaron a pleno rendimiento, mientras que en el balance de ataque, el fútbol fue más rápido y vertical, donde la presencia de Rubén Martínez y Paulino, viniendo de fuera hacia dentro, dificultaba la labor de un Fuenlabrada que asumió el control del balón.

Eso no quita para que la UD Logroñés transmitiera la sensación de estar a gusto en el Fernando Torres y con más clarividencia para generar peligro que su rival. Sobre todo porque era punzante en las transiciones ofensivas, superando líneas con criterio, con paredes y con pases al espacio en el momento adecuado, además de que el bloque azulón no atosigaba y se limitaba a acciones a balón parado, puntuales, para intimidar a un Yari, sobrio y con poco trabajo.

En este sentido, Rubén Martínez disfrutó de las mejores oportunidades de los riojanos. Primero con un tiro flojo desde la frontal que atajó Rosic y después, tras una gran transición ofensiva, y un pase atrás de Iago López, el menorquín se topó con Iribas, que se lanzó al suelo a cortar un peligroso tiro. En el cómputo global de la primera mitad, los logroñeses estaban convencidos de que el trabajo, si continuaban en esa línea, podía darles premio en la reaundación.

Sandoval lo vio claro en el descanso e introdujo dos sustituciones para variar la dinámica. Al menos, consiguió que, de entrada, el duelo se abriera con idas y vueltas, como la contra de la que disfrutó el recién incorporado Nteka para chutar sobre Yari. La UD Logroñés salió consciente de no dejarse dominar, lo que conllevó varias amarillas consecutivas en el afán de seguir manejando los tiempos. El equipo local fue ganando terreno y ahora los riojanos acumulaban imprecisiones con la pelota que no le permitía acercarse sobre Rosic.

De ahí que Siddiki apareciera en escena para buscar algo más de presencia en campo contrario. Pero el choque estaba en ese momento en el que el Fuenlabrada, casi sin querer (y a través de varias faltas laterales), daba un paso adelante, mientras que la UD Logroñés no encontraba la forma de montar esas transiciones que sí funcionaban minutos antes. Si en el intermedio se podía pensar en el triunfo, porqué no, cuando restaba un cuarto de hora la mentalidad parecía enfocarse en aguantar la portería a cero.

Los madrileños querían frescura en los extremos, de ahí que Sandoval cambiara sus piezas. Por su parte, Sergio Rodríguez, también oxigenaba sus piernas, con Leo Ruiz, en punta de ataque, y con Sierra, para acompañar a Andy. Sustituciones que le vinieron bien a los visitantes, por cuanto el ritmo se enfrió, cuestión interesante para poder sumar a domicilio por primera vez en la Liga SmartBank. Prueba de fuego para ver la madurez de los blanquirrojos, que se tenían que afanar en las acciones defensivas de estrategia, único atisbo para el Fuenlabrada de llevarse el partido. El marcador no se movió y la UD Logroñés debe estar satisfecha con el trabajo realizado y con el premio obtenido en su visita al Fernando Torres.

Ficha técnica

Fuenlabrada: Rosic; Iribas, Pulido, Juanma (Diéguez, min. 81), Moi Delgado (Glauder, min. 46); Pathe Ciss; Salvador (Mula, min. 79), Fuentes (Nteka, min. 46), Aguado, Pinchi (Feuillassier, min. 79); y Kanté.

UD Logroñés: Yari; Iago López, Gorka, Bobadilla, Clemente, Iñaki; Paulino, Andy, Petcoff (Sierra, min. 78), Rubén Martínez (Siddiki, min. 64); y Roni (Leo Ruiz, min. 78).

Gol: No hubo.

Árbitro: Javier Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Amonestó a Moi Delgado (min. 24), Pathé Ciss (min. 65), por el Fuenlabrada, y a Clemente (min. 31), Petcoff (min. 36), Gorka (min. 41), Rubén Martínez (min. 52), Roni (min. 55), Iñaki (min. 56), por la UD Logroñés.

Foto: CF Fuenlabrada

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