Una tarde para el olvido

29 de noviembre de 2020 06:36h

No todo podía salir tan bien. Después de seis triunfos seguidos y de cinco encuentros sin recibir ningún gol, una jugada a los dos minutos desencadenó una serie de incidencias, todas ellas negativas para los intereses de una UD Logroñés que acudió a la casa del líder con la intención de competir. Como cabía esperar, estar prácticamente todo el encuentro en inferioridad pasó factura ante un Mallorca que, con poco, castigó en exceso a los blanquirrojos -de azul en el Visit Mallorca Estadi-. De esta manera, el 4-0 final no debería preocupar en lo deportivo, pero evidentemente va a tener consecuencias para los próximos compromisos ante la expulsión de Andoni López y las lesiones de Santamaría y Roni, obligando a los logroñeses a terminar el último cuarto de hora con 9 futbolistas.

Lo mejor será olvidar el encuentro y pensar que el choque sirvió para acumular minutos en las piernas de algunos futbolistas (Arnedo, Ander Vitoria, Sierra, Siddiki, Medina) y para que otros descansaran -Andy, Iago López, Errasti y Leo Ruiz no jugaron e Iñaki lo hizo ante la roja de Andoni López-, además de ver el debut de Van La Parra. Cualquier otra conclusión sería irreal ante un equipo que no tiró el partido, que trabajó y se esforzó como si fuera posible sacar algo positivo pese a la multitud de adversidades.

Todo comenzó con una pérdida en la medular, contra del Mallorca y Arnedo que, como puede, desvía la pelota que atrapa Santamaría. Libre indirecto. Ahí cambió el partido. Y era el minuto 2. Una cesión, sin voluntariedad, dio un punto de inflexión inesperado para una UD Logroñés que, como es lógico, en poco se pareció a lo que venía exhibiendo en las últimas jornadas. Porque de esa falta vino el lanzamiento de Salva Sevilla, la salvada sobre la línea de Andoni López -en su primera titularidad- con el codo y la consiguiente expulsión, además del penalti.

Acción en la que Santamaría se impuso a Dani Rodríguez. Pero el VAR permitía ver que Bobadilla, Siddiki y Sánchez entraba al área antes del lanzamiento. Repetición de los once metros con los mismos protagonistas y, de nuevo, el portero navarro le adivinaba la intención al ‘pichichi’ de los mallorquines. Solo que esta vez Salva Sevilla rebañaba para poner por delante a lo suyos. Sergio Rodríguez optó por no mover ficha, aunque sí modificó su dibujo inicial. Si de partida la idea era una defensa de cuatro, con Sierra y Arnedo en la organización, Rubén Martínez y Siddiki, en los costados liberando a Bogusz junto a Ander Vitoria, el plan hubo que retocarlo.

De esta manera, defensa de cinco, retrasando a Arnedo, con Rubén Martínez en el lateral zurdo. Por delante, línea de tres con Bogusz, Sierra y Siddiki, mientras que Ander Vitoria quedaba para fajarse con los centrales. Un dibujo con lagunas -sobre todo porque el cuadro de Luis García aprovechó bien la superioridad por banda durante algunos instantes-, pero en ese momento, era la única opción posible para no tener que utilizar una ventana de cambios.

Evidentemente, Santamaría tuvo trabajo. Y menos mal que Sánchez no atinó con el remate, dentro del área pequeña, nada más haber hecho el 1-0. Ganó tiempo el cuadro logroñés que sufría sin la pelota y que intentaba pausar el ritmo cuando la tenía. Pese a los esfuerzos y el inmenso trabajo desplegado, la primera mitad resultó un monólogo. Dani Rodríguez volvería a toparse con el meta blanquirrojo, de dulce. También lo pondría a prueba Ameth en una jugada en la que se revisó un posible penalti de Arnedo sobre Mboula. Hubiera sido demasiado castigo.

Ruiz de Galarreta se toparía con Santamaría y una espectacular mano que desvió lo justo el cuero para que pegara en el larguero y se marchara a córner. El alivio duró unos segundos porque tras el despeje en el primer palo del saque de esquina hubo un desajuste claro que provocó que Ameth, tras un disparo de Dani Rodríguez desde la frontal, cazara la pelota y anotara un 2-0, prácticamente insalvable, al filo del descanso.

Misma disposición en el arranque de la segunda parte y parecida dinámica con un Mallorca que no apabullaba, pero que sí controlaba. Entonces, Santamaría, al golpear en largo, se rompió. Yari, a escena sin tiempo para calentar. Así que Sergio Rodríguez, para dar tranquilidad al ucraniano, que tuvo que intervenir con acierto a un tiro de Dani Rodríguez, modificó el dibujo -defensa de cuatro- con la presencia de Petcoff e Iñaki en el campo.

La idea pasaba por no estar tan a merced, pero la primera vez que hubo una transición ofensiva de los blanquirrojos, Fran Gámez, con espacios, centró por la derecha y Adbon Prats remataba a bocajarro. El técnico logroñés se tomó lo que quedaba de encuentro con resignación (poco más podía hacer), así que aprovechó para dar minutos a Van La Parra, que se puso por delante del capitán riojano. Por si fuera poco, Roni, que entró en el último cuarto de hora, sufría una lesión muscular que dejaba a la UD Logroñés con nueve futbolistas. Luka aprovechó un gran pase para batir a Yari (previamente había realizado un par de intervenciones meritorias), de tiro cruzado, y cerrar el marcador. Entonces, ambos conjuntos entendieron que poco más se podía hacer, pusieron la bandera blanca de tregua y dejaron pasar el tiempo. Sin duda, resultó una tarde de desgracias continuadas y todas para el mismo lado.