Rescatan a una oveja a punto de despeñarse en Viguera

Rescatan a una oveja a punto de despeñarse en Viguera

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Un grupo de voluntarios, algunos de ellos bomberos, ha rescatado en Viguera a una oveja a punto de despeñarse en el comienzo de la cascada del 'Chorrón', un lugar con un salto de agua de 100 metros verticales rodeado de farallones de piedra y buitreras. El animal no podía ni subir ni bajar y no sabían cuánto tiempo llevará allí.

Prevenidos desde la tarde-noche del domingo, a media mañana se activó la colaboración de voluntarios para el rescate, una vez que confirmaron que la administración autonómica no va a intervenir.

Así, un grupo de voluntarios compuesto por Lolo, Jacobo y Unai, bomberos de Logroño en su día libre; Juan, de trabajos verticales; Fernando, investigador de la Universidad de La Rioja; y José, gerente de un rocódromo; todos ellos experimentados escaladores, junto a un policía local de la APDA Policías por los animales, se dirigieron hacia lo alto de la montaña en compañía de Aitor, pastor y vecino de la localidad.

El sábado, los bomberos, como voluntarios, ya habían mostrado su intención de evitar riesgos al pastor, ya que “conocen la peligrosidad del lugar, practican escalada también en él y, por desgracia, años atrás evacuaron (de servicio) a un escalador accidentado grave”, como detalla APDA en Facebook.

Tras avisar al 112 un grupo de excursionistas, no se les confirmó que se fuera a movilizar ningún recurso. “Al parecer, permitir que una oveja muera o subir en su rescate no es responsabilidad de nadie, por mucho que el artículo 337 del Código Penal establezca su protección”, lamentan desde APDA.

El alcalde, Álvaro Manzanos, contactó con la única familia que tiene ovejas en el municipio, pero no sabían nada de la desaparición de un animal. El Ayuntamiento también era conocedor de la presencia de un perro muerto en la zona desde hacía cuatro días, pero no lograron que “algún recurso público fuera a recogerlo”.

Ya el domingo, el pastor había calculado la dificultad del rescate de la oveja porque, criada en libertad, podría asustarse y caer. De nuevo APDA se queja de la falta de voluntad por parte del Gobierno de La Rioja para poder solución a este suceso.

Como detalla, el lunes 7 de diciembre los ganaderos tuvieron que retirar el ganado del monte porque al día siguiente, martes día 8, había una batida autorizada en la zona de caza por montería. Al parecer, la oveja había sido madre por primera vez pocos días antes y el cordero no pudo seguir el paso del rebaño hacia los establos, quedándose ambos rezagados y escondidos entre el matorral para pasar la noche.

El martes 8 la batida comenzó temprano y los 20 perros que componían la rehala rastrearon la zona en busca de olores y animales a los que dirigir hacia los puestos o a los que dar alcance, según la potencialidad de las razas utilizadas.

“Cordero y madre tuvieron la mala suerte de ser detectados por la rehala. Poco pudo hacer la oveja para salvar de una muerte segura a su hijo, salvo correr para ser perseguida por los perros, y así los condujo -casualmente o no- hasta el salto del Chorrón. El perro más atrevido o menos astuto que la perseguía cayó en picado, mientras ella se quedó en una repisa tres metros más abajo. O quizá, antes de caer de la repisa, ambos se batieron cuerpo a cuerpo a dentelladas y testarazos, pero ante un perro sólo ella ganó”.

Así, “paradojas del mundo animal y rural, desde ese día, martes, los turistas se alarmaban por ver al animal de compañía que yacía muerto abajo, mientras que a ella no la vio nadie hasta el sábado”.

“Con tan solo 30 centímetros de roca sobre la cual mantenerse, al borde de un precipicio de 100 metros de caída vertical y de una pequeña poza desde la que salta la cascada, con un poco de hierba a su alrededor que le procuró algo comida, sin espacio para tumbarse y dormir, si es que durmió, la resistencia del animal la hizo sobrevivir 6 días… pero la dejó muy debilitada y delgada”, según señaló Aitor en cuanto la vio. La ausencia de tormentas esos días, que hubiera aumentado el torrente de agua del salto del Chorrón, le procuró esa roca seca de 30 centímetros y quizá también la vida.

Así, se preparó el equipo de rescate, con temor de que la oveja se tirara ante la presencia humana. Con la máxima paciencia posible, sin ruidos ni brusquedades para transmitir calma al animal, fueron pasando los minutos. El voluntario más cercano a ella logró introducir el lazo con ayuda de la caña y una brizna de hierba que, anudada cuidadosamente con la cuerda, ayudaba a ampliar la circunferencia y que se deshizo nada más topar con el cuello y tensar. El resto de nudos de escalada -perfectamente practicados sobre la caña- cumplieron su función e inmovilizaron al animal.

El animal se dejó manipular dócil mientras le colocaban las cintas a modo de arnés alrededor del cuerpo y así fue finalmente rescatado.

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