En peligro la estructura de la iglesia de San Francisco de Alfaro

La Iglesia de San Francisco de Alfaro ha sido incluida por la asociación Hispania Nostra en la Lista Roja de elementos sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores. Buscan con este listado darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración.

Se trata de un edificio que no cuenta con protección específica y que, según esta asocación, “necesita urgentemente alguna actuación en uno de los arcos de las capillas, pues peligra la firmeza estructural del edificio”. En estos momentos está apuntalado y sufre “un abandono total por parte de los propietarios”.

Las obras de esta iglesia-convento comenzaron en 1634 y finalizaron en 1697. En 1808 las tropas napoleónicas ocuparon el convento. En 1813 regesaron los franciscanos, que fueron expulsados en 1835. El edificio se empleó entonces como acuartelamiento del regimiento de lanceros de Borbón, 5º de Caballería. Posteriormente se convirtió en una cárcel y en 1871 pasó a ser de la Fundación de Santiago de Tejada e Isabel de la Pezuela, teniendo como fin servicio de culto, colegio, escuelas especiales, obras cristianas auxiliares y casa de caridad.

De 1895 a 1988 fue mantenida por los padres franciscanos, que la abandonaron por el descenso de vocaciones religiosas. Esta iglesia está cerrada al culto desde 1994.

Como detalla Hispania Nostra, es un edificio construido en ladrillo, con alguna cadena de piedra. Tiene tres naves, las laterales formadas por la comunicación de las capillas entre los contrafuertes mediante arcos fajones, de cuatros tramos la nave central y tres las laterales, con crucero y con cabecera rectangular, ocupada por la capilla mayor y presbiterio. Se cubre con bóvedas de lunetos, excepto en el crucero, donde hay una cúpula. Las bóvedas se apoyan sobre arcos fajones de medio punto y grandes y robustos pilares cruciformes ornamentados con pilastras corintias. La cúpula del crucero descansa sobre pechinas, en las cuales hay insertadas cuatro lienzos que representan a Santos franciscanos, del siglo XVII, aunque repintados.

A los pies, un coro alto sobre lunetos, sobre el último tramo de la nave central, que sirve de pórtico, y en el que se encuentran un órgano y una sillería de coro de estilo neogótico correspondiente al siglo XIX.