La UR reclama escuchar “alto y claro” al feminismo

La plaza del Edificio de Rectorado ha acogido este martes 8 de marzo, a las 11.00 horas, una concentración con motivo del Día Internacional de las Mujeres en la Universidad de La Rioja.

Los manifiestos han sido leídos por Marta Pozo Olmos, alumna del Máster Universitario en Profesorado y medalla de Oro en el Campeonato Europeo de Jiu-Jitsu; y las integrantes de la asociación URFEM, que esta tarde organiza una mesa participativa a partir de las 17.30h en la Plaza del Mercado.

Por otro lado, el Centro Penitenciario de Logroño acoge mañana, a las 11:30 horas, la charla taller 'Modelos de masculinidad y de feminidad: antes y ahora' impartida por Iratxe Suberviola, Noelia Barbed y Olaya Fernández, profesoras e investigadoras del Grupo Igualdad y Género de la Universidad de La Rioja.

El manifiesto de URFEM ha comenzado señalando que “desgraciadamente, todos los años tenemos malas noticias que vuelven a recalcar la importancia de manifestar nuestras exigencias, que más que exigencias deberían ser principios básicos de convivencia. Los últimos años han sido duros, miles de mujeres han tenido que convivir con sus agresores a causa del Covid y los trabajos no asalariados, como el de cuidados y mantenimiento del hogar, cuya carga recae principalmente en nosotras, se han visto notablemente acentuados”.

“Es cierto que es el día de la mujer trabajadora, pero es necesario hacer mención a algunos sucesos. El que nos toca más recientemente es lo sucedido en Palermo hace tan solo una semana. Hombres que se sienten impunes para atentar contra el cuerpo y la vida de una mujer. Luego nos llaman exageradas, pero la realidad es que seguimos escuchando y leyendo noticias de este calibre prácticamente todos los días. En lo que llevamos de año contamos ya con 12 feminicidios, 78 el año pasado. Nombres y vidas de mujeres que se convierten en cifras para poder visibilizar la gravedad de esta circunstancia social”

, ha añadido.

El manifiesto también ha señalado lo siguiente: “La prostitución está a la orden del día. Podemos ver cómo proxenetas aprovechan una situación de guerra, en la que las mujeres se encuentran en una situación vulnerable, para ampliar su ”negocio“ a costa de su sufrimiento. Así que sí, en pleno siglo XXI sigue existiendo el machismo y la misoginia, no es algo del pasado. Es importante no hacer oídos sordos a esto, aunque lo sintamos como algo lejano a nosotras y que ”nunca nos podría pasar“, porque pasa”.

“No obstante, no todo son malas noticias. Cada vez es más evidente que alzar la voz da resultados. Ejemplo de ello son los avances conseguidos en materia de salud sexual y reproductiva, como el aborto legal en Argentina, o la bajada del IVA a 0% en los productos de higiene femenina en México, mujeres que poco a poco van accediendo a puestos de dirección... No nos olvidemos de las mujeres afganas que no han parado de manifestarse por sus derechos”

, han relatado desde URFEM.

“En el día de la mujer trabajadora, nosotras como estudiantes debemos reivindicar la situación de la mujer en las aulas, tal y como hicimos el año pasado. La educación es clave para asegurarnos que las nuevas generaciones crecen en un entorno con las mismas posibilidades y unas exigencias paralelas. En este sentido, volvemos a recordar la importancia de incluir a escritoras, ingenieras, políticas, juristas mujeres en nuestro repertorio de estudio. Ver a mujeres ocupando posiciones que históricamente habían estado ocupadas por hombres impulsa sustancialmente a las generaciones nuevas para tomar parte y preferir desarrollarse en diversos campos. Es una referencia de la que carecemos actualmente, donde nuestras carreras siguen marcadas en mayor o menor medida por un factor de género

“, han añadido.

Y para concluir, han pedido que “utilicemos este día para que una vez más se escuchen nuestras voces alto y claro. No olvidemos que el 8 de marzo es un día en el que estamos más visibilizadas, pero que el sufrimiento de las mujeres es diario y todavía está a la sombra. Por este motivo, debemos luchar de forma constante para cambiar aquello que nos oprime y poder crear así un mundo más igualitario. Nadie más lo hará por nosotras”.

Manifiesto de la CRUE

Por su parte, el manifiesto de la CRUE señala lo siguiente: “La crisis de la COVID -19 no solo ha contribuido a aumentar la violencia machista, también ha acentuado las desigualdades de género y puesto en evidencia la clara desventaja de mujeres y niñas. La pandemia ha intensificado la brecha de los cuidados , que recaen mayoritariamente sobre las mujeres y dificultan su acceso y promoción profesional, y con ello, la brecha salarial y la repercusión que en un futuro tendrá sobre sus pensiones”.

“Las universidades llevamos años trabajando por la igualdad efectiva y somos conscientes de que no somos una excepción a estos problemas. El reciente estudio «Brecha salarial de género en las universidades públicas españolas», fruto de la colaboración entre el Ministerio de Universidades, ANECA y Crue, revela la existencia de diferencias salariales de género. Estas brechas son una expresión más de las dificultades que las mujeres tienen en el desarrollo de su carrera docente e investigadora, de los obstáculos internos y externos que tienen que salvar para garantizar su estabilización y promoción profesional, y de la necesidad de programas de conciliación laboral y familiar para ambos sexos que permitan mantener el ritmo adecuado en el ejercicio docente e investigador”, añade.

Y destaca que “aunque la presencia de las mujeres en estudios de Grado supera a la de los hombres, es preocupante su infrarrepresentación en los puestos de responsabilid ad y en las carreras STEM. La creciente importancia del dominio de las tecnologías para acceder a ocupaciones de relevancia social nos urge a actuar para cerrar la brecha digital de género que ya existe. La segregación educativa también se observa en la escasa presencia de hombres en las titulaciones relacionadas con la Educación, el cuidado y la atención a las personas, ámbitos menos prestigiados por la sociedad. Es necesario lograr el equilibrio para favorecer la corresponsabilidad. Crue, a través del Grupo de Trabajo de Políticas de Género de su comisión sectorial de Sostenibilidad y en colaboración con la Red de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria, quiere centrar su reivindicación en la lucha contra todas estas desigualdades, desde el papel innovador de las universidades”.

“La implantación de los estudios de género, la transversalización de la perspectiva de género en la docencia, la investigación y la transferencia y el compromiso social son las vías más potentes para aumentar la concienciación y prevenir discriminaciones”, asegura.

“Es obligado poner en valor el trabajo y el esfuerzo de las unidades de Igualdad de las

universidades para el desarrollo de los planes de igualdad; la coordinación de los servicios para la

eliminación de las violencias sobre las mujeres; el impulso de actividades formativas desde la dimensión de la igualdad y no discriminación, o la integración de la perspectiva de género en todas las actividades universitarias“, añade.

Y concluye así: “No podemos olvidar a las mujeres rurales, mujeres con discapacidad o migrantes ni a aquellas a las que la violencia machista ha silenciado. En definitiva, a todas las que, en algún momento, han sufrido discriminación por el simple hecho de ser mujeres. La comunidad universitaria ratifica la necesidad de seguir conmemorando cada 8 de marzo y de seguir luchando por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres todos los días del año. Es nuestro deber como instituciones propulsoras de una sociedad más justa e igualitaria”.