Se derrumba un andamio en la calle María Teresa Gil de Gárate: dos heridos

Se derrumba un andamio en la calle María Teresa Gil de Gárate: dos heridos

Rioja2

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Susto importante esta mañana en el centro de Logroño. Un andamio de una obra en la calle María Teresa Gil de Gárate se ha derrumbado por completo, así como parte de la fachada del edificio sobre el que estaba colocado el andamio.

Al parecer se ha debido a un accidente en el transcurso del derribo, la fachada ha vencido y ha empujado al andamio, dejando la calle con un amasijo de hierros y chocando contra el establecimiento de enfrente, Alquiler de Furgonetas Racing.

Según ha podido saber Rioja2, el suceso ha provocado dos heridos leves, el encargado de la obra y un trabajador, uno de ellos solo ha sido atendido en el lugar por cortes tras ser golpeado con el andamio y el segundo ha sido trasladado a Urgencias por un ataque de ansiedad.

Los vecinos advirtieron que la fachada se movía

Antonio, del bar Neska, en el número 1 de María Teresa Gil de Gárate, se encontraba trabajando en ese momento, fuera del local, cuando ha empezado a ver que algo fallaba en la estructura del edificio.

“Llevamos días que no sé por qué no pasaba nada”, ha asegurado relatando cómo los trabajadores han alertado al encargado de que se bajara, porque se veía que se movía la fachada. Pasados unos instantes, ha caído una gran losa, antaño balcón, y ha arrastrado con ella el andamio, que ha atravesado la calle hasta quedar tirado en el suelo y chocando contra el local de enfrente.

“Menos mal que no pasaba nadie por la calle”, ha añadido Antonio, y es que se trata de una calle céntrica, plagada de bares con terraza. “Ha sido un milagro”, ha añadido.

La caída de la estructura ha levantado una gran polvoreda, además del miedo en los viandantes, algunos de los cuales han corrido al no saber qué ocurría. En el local de enfrente acababan de quitar una furgoneta.

Al rato, muchas personas se han congregado en los alrededores para contemplar el esqueleto de la vivienda. “Eso que se ve ahí era mi salón”, clamaba un niño pequeño señalando un agujero en el que, incluso, se veía un mueble de madera marrón. El edificio estaba siendo desmontado para la posterior construcción de nuevas viviendas.

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