La policía comienza una campaña para evitar el robo de catalizadores en los coches

La policía comienza una campaña para evitar el robo de catalizadores en los coches

Rioja2

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La sustracción de los catalizadores es la especialidad que ha florecido en los últimos años, siendo esta un procedimiento sencillo, basado en soltar los tornillos que le unen al tubo de escape y al silenciador, pero, dado que no se busca su reutilización, es más rápido y eficaz cortar los tubos con las herramientas apropiadas.

El catalizador o convertidor catalítico es una pieza que está considerada como uno de los elementos más importante de los vehículos de combustión, dado que su función es la de minimizar la contaminación ambiental, mediante la disminución de los elementos nocivos que arroja el escape, encontrándose dicho elemento alojado en el denominado tubo de escape, contando con una forma ovaladas o cilíndrica, en cuyo interior se produce la denominada catálisis, gracias a la entrada en acción de unos elementos nobles metálicos considerados metales preciosos (platino, rodio y paladio) que se encuentran impregnando su superficie y que actúan de catalizadores, acelerando los procesos químicos y convirtiendo los gases nocivos en elemento inocuos no polucionantes.

Los citados catalizador no son piezas únicas o exclusivas que puedan ser usados en la generalidad de los vehículos, dándose el caso de que vehículos de idénticas marca y modelo, llevan instalados catalizadores diferentes acordes con la motorización de estos, esta variedad en los denominados catalizadores es motivo igualmente se una diferenciación en el valor de estos.

Dichos elementos tienen un elevado coste, lo que llevaría a pensar que los catalizadores son sustraídos para ser revendidos en el mercado negro, siendo esto incorrecto ya que la finalidad de la sustracción esta en los metales preciosos anteriormente aludidos (platino, rodio y paladio), en un catalizador estándar de dimensiones medias, suelen encontrarse unos dos gramos de paladio, en torno a cinco de platino, y unos pocos miligramos de rodio. El precio del platino se sitúa en torno a los 30 euros el gramo, el precio del paladio supera los 60 euros el gramo y por su parte el rodio se dispara hasta sobrepasar los 800 euros el gramo.

En nuestro país y por parte de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se procede al control de forma habitual y exhaustica de los centros de reciclaje de materiales a si como las casas de compra venta de metales preciosos lugares estos sin duda alguna necesaria para el tratamiento de los denominados catalizadores y la extracción de los metales preciosos y su posterior salida la mercado, lo que sin duda alguna dificulta a los autores la perfección de los hechos delictivos y con seguridad su fácil identificación y detención, conocedores de este extremo los autores, se ven en la obligación a deshacerse de los catalizadores en países en lo que el control de los citados centros no sea tan exhaustivo, como pudiese ser el caso, de los países del este de Europa y en concreto Rumania, en donde representaría mayor facilidad en la extracción de los metales y con ello la obtención del lucro motivo del ilícito, siendo estos efectos remitidos por medio de paquetería de empresas de rutas fijas entre el pasos de origen en este caso España y el país de destino Rumania.

Lógicamente la sustracción de dichos elementos es llevada a cabo en horario nocturno en lugares urbanos destinados al estacionamiento de vehículos, ya sean aparcamientos, descampados, zonas periféricas, polígonos industriales e incluso los estacionamientos generales ubicados en cualquiera de las calles de Logroño.

En cuanto a la sustracción de de catalizadores se aconseja marcar el catalizador grabándolo con la matrícula del vehículo o el VIN (Vehicle Identification Number), una serie de 17 dígitos que identifican el vehículo como si fuera su DNI, dificultando de esta manera la posterior venta de piezas en el mercado negro.

Se recomienda pintar el catalizador con alguna pintura estridente que lo diferencie a simple vista de una pieza original. Así, el ladrón tendrá más difícil su reventa posterior e igual desiste de sus intenciones. La pintura, eso sí, tiene que ser calorífica y resistir altas temperaturas.

Instalar en el taller una plancha inferior protectora que, aunque no evitará el robo al 100 %, sí servirá como medio disuasorio al complicar el acceso y las labores de desmontaje del catalizador, que llevará bastante más tiempo.

Dispositivos preventivos

La Unidad periódicamente realiza dispositivos preventivos para evitar diferentes ilícitos penales y uno de ellos específicamente son los robos con fuerza en vehículos, y aporta una serie de recomendaciones, una serie de actos sencillos con los que aumenta la seguridad de los objetos (susceptibles de ser robados) que se dejan en el interior de un turismo.

La primera recomendación obviamente, siempre que sea posible, aparcar el coche en un garaje o en el interior de una propiedad privada. Los ladrones tendrán más difícil acceder y robar la pieza. En el caso de aparcarlo en el garaje se insiste en la conveniencia de mantener el garaje con un «correcto» sistema de iluminación y de no dejar dentro del vehículo el mando que permite acceder al interior de ese recinto además de cuando se aparca el coche en un garaje, hay que esperar unos segundos hasta verificar que la puerta ha quedado completamente cerrada.

Una vez aparcado es cerrar bien: cuando el vehículo queda aparcado, resulta conveniente comprobar que tanto las puertas como las ventanillas están cerradas. Si se tiene que dejar en la calle, evitar estacionar el coche en lugares solitarios, apartados y poco iluminados.

No aparcar con dos ruedas subidas en la acera, porque eleva el coche sobre el suelo y facilita el acceso a las piezas bajo la carrocería. Este consejo está indicado sobre todo a los vehículos de altura normal, porque los SUV o todoterreno, por su mayor altura, tienen ya más expuestos los bajos.

El segundo consejo apunta a la discreción: tras cerrar el coche, es necesario comprobar que desde fuera no se ven bolsos, maletas, llaves, mandos de garaje u otros objetos de valor.

El tercer consejo se dirige a utilizar las medidas de seguridad al alcance del usuario del coche: si el vehículo cuenta con alarmas o cepos, es útil colocarlos o activarlos.

Por último ponerse en contacto con la policía nacional si, por ejemplo, en algún momento se llega a observar la presencia de personas ajenas al garaje que resultan sospechosas, debe notificarse de inmediato esa situación a la Sala Cimacc- 091.

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