La vida tras el alto al fuego en Gaza: “Más allá de los bombardeos, en la vida normal, la gente está en una situación muy mala”

La vida tras el alto al fuego en Gaza: "Más allá de los bombardeos, en la vida normal, la gente está en una situación muy mala"

Rioja2

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Afincado en Logroño desde hace diez años, dónde ejerce como profesor de matemáticas, Fares Khader volvió hace aproximadamente dos meses a la Franja de Gaza, para visitar a su familia, que reside en la zona norte. En la noche de este domingo y con la mediación de Egipto se selló un alto al fuego en la zona, tras tres días de bombardeos que se saldaron con la muerte de cuarenta y cuatro palestinos, entre ellos quince niños. “La situación nadie aquí puede aguantarla, la tristeza, el miedo y la ansiedad dominan el lugar”, lamenta sobre estos días previos. “Estamos en una zona y los cohetes que salen no sabemos desde dónde ni cómo, porque están en todos los lugares y en todas las direcciones”. “No hay palabras para esa situación”.

Este alto al fuego llega a Khader “con alegría”. “No sólo para mí, sino para todos, yo estoy lejos de casa desde hace diez años y vengo a visitar a mi familia”. Si bien recalca la situación de pobreza en la que vive la gente de Gaza: “viven con alimentos y herramientas básicas”, lamenta. “Más allá de los bombardeos, en la vida normal, la gente está en una situación muy mala, el aire está contaminado, el agua está contaminada, más de dos millones de personas viven en una zona muy pequeña”, enumera al teléfono, además existe un fuerte control fronterizo que lleva, como explica este, a demoras de hasta más de un mes para salir del país.

El suministro eléctrico, por otro lado, los días en los que han cesado los bombardeos llega a su casa “durante cuatro horas y se corta durante doce”. La semana anterior, durante los bombardeos, contaban con electricidad “durante tres horas y se cortaba durante 24”. Este flujo depende de la situación, de la compañía y de las estaciones, cuenta, estableciéndose un calendario diferente en cada zona. A esto se suma la dificultad para tener agua corriente, que se activa a través de bombas para que suba a la mayoría de las casas siendo, como explica Khader, muy difícil contar con los dos suministros al mismo tiempo. “Te acostumbras, no tenemos otra solución, ahora podemos salir, hay sitios seguros”.

Tras una década viviendo en la capital riojana, este profesor tiene planeado regresar para seguir dedicándose a su oficio, no sin antes asegurarse de que su familia se encuentre bien.

*Fotos cedidas por Fares Khader.

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